Capitulo 26

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Torre de la Hokage...

Tsunade se encontraba sentada, su mirada estaba profundizada sobre la botella de alcohol que mantenía en su mano, por momentos le daba tragos sin pudor pues estaba tensa con el reencuentro y la plática que tuvo con la Hyuga, su vista se desplazo sobre una foto de ella y la pelinegra de hace unos momentos a lo que recordo la plática de nuevo con una sonrisa amarga.




Momentos de la plática...

Tsunade se encontraba tomando alcohol y jugando las cartas sola, pues ahora que no estaba Shizune podía perder tiempo y relajarse, sabía que muy pronto llegaría una visita que ella relamente apreciaba, pero también tenía que estar preparada para cualquier tipo de ataque, estaba apunto de llevar la pequeña taza a su boca y tomar un sorbo pero se detuvo al escuchar que alguien tocaba la puerta, pues sabía que ya era hora de la llegada esperada, la rubio sonrió de lado guardo rápidamente todo lo que la haría quedar mal, y nuevamente volvió a disimular que se encontraba trabajando, -Adelante-, La rubia no quitó su vista de los papeles pues quería quedar bien ante la persona que entraba, -Asi que estás aquí-, Tsunade volteo a ver a su visita, ocultaba su sonrisa por detrás de sus manos, pues sabía que no podía demostrarle que tenía confianza hacia la pelinegra.

La Señora-Hyuga, tocaba la puerta resignada pues no quería perder tiempo con su familia, sonrió pues apesar de no haber visto en mucho tiempo a la rubia que ahora era una Hokage para su sorpresa, sabía que seguía siendo la misma niña caprichosa que una vez conoció, a lo que esperaba verla ahora siendo toda una señora de la tercera edad, al entrar se sorprendió de ver a una linda jovencita y muy desarrollada, sonrió de lado, -Valla así que ahora eres la Hokage, e Tsunade-Hime uff cuánto tiempo sin vernos, si que has cambiado mucho pequeña-, La pelinegra le mostraba una sonrisa un poco nostálgica, llevando su manos hacia su pecho.

Tsunade se recargo sobre su asiento, cruzandose de brazos, -Que te parece si tomas haciento Hyuga, no creo que vengas solo a visitarme no es así-, la rubio miro impaciente a la pelinegra que se encontraba enfrente de ella, relamente se parecía a Hinata.

La pelinegra sabía que Tsunade esperaba cualquier tipo de sorpresas a lo que tomo asiento, -Valla Tsunade, si que has cambiado en ser menos descuidada, pero no vengo a hablar de el pasado si no de lago más importante pequeña-, La pelinegra ahora quitó su sonrisa y se mostró sería.

Tsunade se alegro de que la pelinegra aún recordara el pasado, se tranquilizó pues sabía que no estaba siendo controlada, pero se perdió en sus pensamientos al escucharla pues recordo cuando la conoció...


Recuerdos del pasado...

Una rubia se encontraba en el bosque mirando la luna, se encontraba recargada sobre un árbol mientras abrazaba sus rodillas, a lo que sus ojos derramaban lágrimas que se deslizaban sobre sus mejillas, algunos sollozos salían de ella pero no le importaba del todo, hasta que escucho una voz dulce que la molesto, pues que ella recordara jamás había gente a esas horas de la noche, volteo su rostro con una mueca de enojo pero eso cambio al ver a una mujer que parecía un ángel, al verla a los ojos se perdió en esa mirada pues apesar de que sus ojos no tenían pupila o no eran normales le daban confianza.

La Señora-Hyuga salía de la mansión pues había tenido una discusión con su esposo Hiashi, se encontraba embarazada y sabía que no podía seguir discutiendo o si no le haría daño a su bebé a lo que prefirió salir a respirara por el bosque, sin darse cuenta la seguian, pues Hiashi le había mandado un sirviente para que cuidara de ella, en el medio del bosque se canso a lo que se sentó a un lado de unos arbustos, llevo sus manos hacia su barriga y empezó a sobarla de forma maternal, -Lo siento mi pequeña Hinata-chan, ahora por mi culpa tienes frío no es así, es solo que a veces tu padre es muy temperamental, uff pero ya veraz que cuendo regresemos a casa el se disculpara-, La pelinegra se levantó cuidadosamente, dió media vuelta pues iba a regresar pero detuvo sus pasos al escuchar unos quejidos, a los que se acercó al lugar, al llegar vio una silueta de una pequeña niña, a lo que se le acercó y se sentó a un lado de ella con un poco de dificultad pues su barriga era un poco pesada pero eso no se lo iba a impedir, -Hey pequeña niña, por qué te encuentras en medio del bosque, te podría pasar algo-, La pelinegra se sobresalto al ver el rostro de la joven, pues ahora se daba cuenta que era una joven y no una niña.

Tsunade movió su cabeza para poder hablar, se tallo la cara dejandocela muy irritada y roja, en otra acción se levantó sobresaltada y enoja pues escuchar ala pelinegra le molestó pues ya tenía suficiente con que todo le dijeran plana, como para que ahora está mujer la viera como una niña llorona y plana, -Usted como se atreve, que no se da cuenta que no soy una niña, que no sabe quién soy yo acaso me estaba espiando-, La rubia mostró una vena sobre su frente pues estaba relamente molesta, cerro sus puños con fuerza y se dió la vuelta, estaba apunto de irse pero fue jalada y atrapada en un abrazo cálido, Tsunade se sobresalto al sentir la barriga que la mujer tenía, pues no se había percatado de que la pelinegra se encontraba embarazada.

A la pelinegra le callo una gota de sudor sobre la frente, pues recordo de nuevo la pelea y el carácter de su esposo, -Uff-, Sabía que la rubia no estaba en un buen estado, a lo que solo se cruzó de brazos y la escucho, cerrando su ojos, pero al ver que está callo habrío nuevamente los ojos y la vio dar vuelta, antes de que se alejara la tomo de la muñeca y la enrollo entre sus brazos, pues sabía que cuando una persona guardaba todo lo que sentía, y se quedaba en soledad eso la podía llevar a la oscuridad, -Tranquila, deberías tratar de calmar el temperamento que tienes pequeña, a decir verdad me recuerdas a mi esposo, pero estas muy hermosa para ser muy enojona no lo crees-, La pelinegra se alejo y le tocó la nariz con su dedo, así mostrándole una sonrisa y juntando su frente con la rubia.



La pelinegra choco su puño sobre la mesa que estaba enfrente de ella, pues sabía que Tsunade se encontraba en sus pensamientos, -Tsunade vuelve a la realidad, no estoy aquí para que recuerdes el pasado si no para hablar-, La pelinegra se levantó de su asiento y se dirigió hacia la ventana.

Tsunade movió su cabeza al escuchar el golpe en la mesa, a lo que suspiro y volvio en si, -Lo siento fue mi culpa, dime qué es lo que me tienes que decir-, Tsunade nuevamente volvió a mirar los papeles así ignorando a la pelinegra y mostrando superioridad de nuevo.

La pelinegra llevo su mano así su cuello, -Bien necesito que me tengas vigilada las 24 horas, quiero que mandes a tus mejores Ambus, también quiero que tengas vigilado las afueras de Konoha, en el futuro vendrán cosas inesperadas Tsunade-Hime, a lo que la única que podrá resolver será mi Hinata-chan, y quiero que me platique de la pelirrosa que es amiga de mi hija, a decir verdad no me agrada-, La pelinegra se encontraba sería.

Tsunade estaba realmente impactada por las palabras de la pelinegra, siempre iba un paso delante, -Tsk, no tienes por qué darme órdenes, soy la Hokage y ya tenía planeado todo, a lo que te daré una semana para estar con tu familia, te hiras el próximo domingo así que aprovecha los asuntos que tengas pendientes, sabes a qué me refiero, también necesito que vengas al anochecer para poder inspeccionarte-, Tsunade tomaba el bolígrafo y empezaba a firmar los papeles.

La pelinegra volvía con su semblante tierno, -Bien Tsunade-Hime, no sabes lo orgullosa que me siento de ti, a decir verdad me gustaría pasar más tiempo contigo pero creo que es imposible-, La pelinegra daba la vuelta dirigiebdose a la rubia y tomaba el hombro de Tsunade mientras la miraba y le sonreía.

Tsunade decidió ser egoísta y tomo la mano de la pelinegra, volteandola a ver, nuevamente viendo esa mirada que a decir verdad extrañaba, aunque nadie lo sabía, -Bien, creo que no deberías perder tiempo, creo que ya sabes que trataré de persuadir a Hiashi, no será tan difícil ya que soy la Hokage ahora-, La rubia le sonrió a la pelinegra demostrando superioridad.

La pelinegra llevo su otra mano a su boca, -Bien, creo que no deberías aprovecharte de tu puesto e Tsunade-Hime, pero a decir verdad creo que no me desagradaria un poco de ayuda-, La pelinegra se alejo de Tsunade y dió pasos a la salida, -Bien Tsunade-Hime, nos veremos después mi Hinata-chan me espera afuera-, La pelinegra salió de la habitación dejando a una Tsunade pensativa.



Continuara...

Espero y les guste y gracias por tomarse el tiempo de leer mi historia (":

(ʃƪ^3^)

¿¡Hinata cuidando de el bebé Sasuke!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora