Capitulo 4

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De entre la espesura empezó a oírse unos pasos, ruidosos, claros, contundentes. Parecía que alguien se acercaba y cada vez venia más rápido. Maika empezó a jadear sin control, se levanto de su posición en cuclillas y empezó a buscar vías de escape, pero todo lo que la rodeaba parece haberse conjurado en su contra.

 Estaba en un claro, a su alrededor, no solo los arboles, sino pequeños arbustos le cortaban el paso. Arbustos llenos púas que demostraban con su presencia, el daño que la joven recibiría si se atrevía a traspasar  sus ramas.

A Maika no le quedo más remedio que rogar que lo que sea que se acercaba, no fuera malo. Pero sus opciones desaparecieron cuando el sonido llego a la cúspide y un ser extraño apareció delante de ella.

El ser con cuerpo humanoide se levantaba a dos metros del suelo, su estatura haciendo que el metro sesenta de Maika, pareciese insignificante.

Parecía un momia disecada, con la piel cuarteada y gris, los ojos desorbitados fijos en Maika, los dientes negros, con la sonrisa eterna de los putrefactos, sus dedos como  garras finas y puntiagudas, su cuerpo reseco y cadavérico, una exclamación del horror. Una pesadilla perenne.

Maika perdió el conocimiento nada más ver a la cosa. ¿Cómo se podía perder el conocimiento en un sueño?

Eso fue lo que pensó cuando creyó despertar, pero entonces porque seguía la pesadilla. Se sentía apretada, atada. Comprobó las manos y las sintió forzadas en la espalda. Intento liberarlas pero algo grueso enredado en su brazo se lo impidió.

Miro a su alrededor, con los ojos muy abiertos y la respiración acelerada.

Todo estaba en penumbras, parecía encontrase acostada debajo de una gran piedra que impedía que se moviera hacia arriba, desde los costados llegaba luces muy tenues que apenas iluminaban el espacio en que se encontraba tumbada. De pronto vio que algo se acercaba hasta ella, solo podía ver los pies y estos le parecieron los de un cadáver.

El ser se arrodillo hasta ella y dejo su esquelética, asquerosa y tenebrosa cara a escasos centímetros del rostro de Maika, la chica intento gritar, pero su voz no encontró salida.

TU SERAS MI PORTAL DE ENTRADA.

La momia le susurro estas palabras en el momento que le hizo un tajo en la garganta.

No mires bajo la camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora