Capitulo 5

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Del corte manaba la sangre tan roja y llena de vida, abandonando su cuerpo en un reguero fijo y sin pausa.

Sus manos atadas no podían hacer nada por evitar el escape de su vital fluido. No podía detener la hemorragia y pronto la sangre formo un reguero que llegaron hasta sus ojos, estos seguían sin poder evitar el continuo abandono del líquido.

 El flujo era hipnótico para Maika, no podía apartar la vista de ello, no podía ver el corte,  se olvido de la figura que sonría delante suyo, no era el escalofriante y frío espacio reducido de su cautividad, era la sangre, su sangre abandonando su cuerpo, eso la tenía fascinada.

El corte no fue lo suficiente  profundo para matarla, pero su conciencia luchaba por permanecer activa,  la debilidad de su cuerpo no se lo estaba poniendo fácil, cada vez le costaba más permanecer despierta, sus oídos captaban el sonido de su propia respiración, irregular y pausada, ya no se siente alertada sino aletargada.

¿Será ese su final?

No, no podía serlo, se negaba a morir así, quería seguir viviendo. Se mordió la majilla interior con tanta fuerza que sintió como su sangre corría por su lengua.

Se despertó.

Se sentó en la cama palpándose la garganta y sintió una cicatriz, la luna del sol empezaba a despuntar por su ventana y al mirar en el espejo vio como debajo de su cama, la muerte y el demonio le devolvían la mirada.

No mires bajo la camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora