Lágrimas oscuras

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Y de pronto, despertó. De una forma tan repentina que todo le dio vueltas una y otra vez hasta que consiguió estabilizarse. ¿Dónde estaba?

Una niebla blanquecina lo cubría todo impidiendo vislumbrar el paisaje, mas la chica pudo reconocer la silueta de un viejo sauce. Aquel en el que había jugado con sus primos en tantas ocasiones.

Era la antigua granja en la que se juntaba la familia cada año. Pero el sol no alumbraba con la misma fuerza, la casona estaba muy deteriorada, los columpios del patio chirriaban al moverse con la suave brisa...

Y entonces recordó. La operación tan temida, la entrada al quirófano, los hombres con máscaras, tubos y más tubos, y finalmente el sueño que la llevó al lugar donde se encontraba.

Lo comprendió. Una mano fría la agarró tirando de ella hacia la penumbra. Su última lágrima le recorrió la mejilla. Y sucumbió a la oscuridad.

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