Basicamente una historia de Hisoka x lector, contendrá limon y algo de lenguaje indebido, es mi primer fanfic asi es que sean amables^^ mi autoestima se los agradecerá.
Disfrutenla ~
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Aún no puedes creer tu mala suerte, tu hermana acaba de morir en circunstancias muy lamentables y por decir lo menos "sospechosas". Lloras tratando de comprender como rayos llegaste a este desenlace tan fatal, el dolor de haber perdido a tu hermana mayor era un tema triste, sin embargo no era todo el asunto, el clan al que pertenecías, en donde todos los matrimonios eran arreglados por los padres, si la mujer prometida fallecía antes o después del matrimonio la hermana soltera de la difunta, si es que la hubiere, debía tomar su lugar en sagrado matrimonio con el viudo.
Tus lágrimas continúan cayendo sin control, no puedes casarte con ese hombre, es desagradable tanto por fuera como por dentro, siempre fue violento con tu hermana, todo el mundo lo sabía, pero nadie jamás hizo algo al respecto, las mujeres del clan eran de propiedad del comprador para usarlas como se les viniera en gana.
Se oye un suave toc-toc en la puerta de la calle, no quieres levantarte, podrías solo morir allí mismo y estaría bien, de hecho el suicidio justo ahora no parece una mala idea. No espera! tampoco puedes morir, que pasaría entonces con tus amados sobrinitos, no tienen la culpa de nada de lo que está pasando. El golpeteo en la puerta principal se hace más fuerte y demandante sacándote de tus pensamientos y mueves tu masa por inercia hacia la puerta de entrada secando tus lágrimas en el camino.
La figura de un hombre alto y grueso llena el umbral, es tu cuñado, lo miras con furia, sospechas q el tubo algo que ver en la repentina muerte de tu hermana.
- ¿Qué quieres? – le espetas
- Pasaba por aquí, y quise venir a saludar a mi linda prometida - dijo sin quitar la vista de ti. Nunca te había gustado la manera en la que te miraba, se sentía sucio y asqueroso. No te mueves de la puerta, no tienes ninguna intención de dejarle pasar, aunque quieres estrellarle la puerta en la cara, te abstienes.
- Bueno ya me viste, ¿deseas algo más?. Ve tu aspecto demacrado con malos ojos.
- Sí! – intenta tocar tu mejilla, pero te alejas – oh pero porque te alejas? pregunta con una sonrisa burlona - ya debes dejar de lloriquear!, tu hermana ya no está y tus lágrimas no la harán regresar.
- Terminaste? – preguntas enarcando un ceja desafiante y esperando terminar esta desagradable conversación lo antes posible.
Abriste tus ojos como plato cuando sin previo aviso se abalanzó sobre ti empujándote de los hombros contra la pared, poniendo su enorme peso en ti, y sujetando tus muñecas por debajo.
- Que crees que estas...?!- chillaste, mientras lo miras con furia, tratando de zafarte de su agarre sin mucho éxito, cierras los ojos deseando con todas tus fuerzas que se aleje de ti, peleas pero es inútil, él se agacha a la altura de tu oído susurrándote.
- Oh! eres tan salvaje y/n! no sabes cómo me divertiré amansándote, no puedo esperar a que seas mía! – él pasó su lengua dejando un camino de baba por tu cara. Sentiste la furia salir por todos los poros de tu piel, chillaste tan fuerte como pudiste y el hombre de ciento veinte kilos que estaba aprisionándote te soltó repentinamente y se fue, te limpiaste cómo pudiste su asquerosa baba, mientras lo veías alejarse, querías arrancarle la cabeza con tus propias manos, en eso el hombre se volteó y te gritó:
