7:00 a.m, estando tan cansada y con poco sueño, no dejaba de despertarme a esa hora, el horario del ultimo trabajo quedo registrado en mi mente.
Hace 2 años que vi por primera vez aquella persona, esa de la cual no sabia su nombre, solo conocía sus ojos. Se volvía confuso saber si era un sueño o fue real.
Regué mis macetas y salí a caminar, era un día frio y un poco nublado, aún así regué las plantas, no parecía que fuera a llover por lo menos hasta en la tarde.
Las calles, para ser temprano, estaban con bastante gente, apenas y con los ojos abiertos, con trajes y corbatas, otros desayunando y con mucha prisa en su mayoría. Todos se veían tan ocupados, con una razón y meta para la cual dar su esfuerzo. Luego, estaba yo, tan blanco y negro, sin nada de color, gris, cansada, y triste.
Puede que se vuelva difícil encontrar un lugar, una persona, un tiempo o un sentimiento cuando que crees que ya has pasado por mucho. El verme al espejo y disgustarme, el sentir que jamás me gustare, solo me hacia sentirme peor. Todos quieren belleza, todos quieren salud y todos quieren atención. Pero nadie quiere empezar. Acomplejarse se volvía cada vez mas frustrante.
Cancelé viajes, me aleje de amigos, deje cosas que me entretenían, en cambio, mi cuerpo me dolía, engordaba y me sentía menos a gusto conmigo. No sabia si entrar a la universidad. Me disgustaban muchos los hombres, era horrible sentir el morbo ante tu cuerpo o el cuerpo ajeno emanada por un masculino egoísta, que no sabia respetar el espacio personal, al igual que la rivalidad entre mujeres al ver quien tiene el mejor culo, las piernas mas delgadas, los hombros menos anchos y unos senos firmes y abundantes. Tanto con que lidiar si piensas en ello. No cicatrices, no kilos de mas, no cabello corto. Mejor escolaridad, mejor curriculum, mejor antecedente familiar o mejor apariencia.
Estar al pendiente de todo, nerviosa y ansiosa. No sabia como controlarlo, me negaba a ir al psicólogo, una perdida de dinero.
Todo seguía fluyendo, y yo entre el agua que avanzaba en el rio, era una piedra que quedaba atorada entre la basura que la gente dejaba ahí. Sin nadie que pudiera ver que estaba atrapada, mientras las capas de moho solo se hacían mas grandes y quedaba enterrada por las nuevas piedras que creen estar en el fondo. ¿Por que no tengo fuerza de voluntad?, ¿por que estoy estancada?
Luego de caminar por un rato, la gente se volvió blur, no veía, no sentía y no me percibía de nada, hasta que, entre todas las personas con poca luz, una cara familiar y serena se acercaba a mi, dirigiendo su mirada a mis ojos y haciéndome recordar lo que antes ya había transmitido esa mirada.
Parecía tener prisa, me comencé a asustar ya que su meta en el camino parecía ser yo, solo me quedaba caminar mas despacio.
—Disculpe, ¿usted trabaja en la florería? —tira su pregunta como una bala, haciendo que mi corazón se pierda.
—Si, tomo el turno matutino, abrimos en —busco mi celular y checo la hora—, 2 horas, a las 10:00.
—Vaya —dice desairado—, creí que abrían mas temprano.
—Los miércoles abrimos a las 10:00, los demás días abrimos a las 9:00.
—Bien —busca algo entre su gabardina—, ¿Cree posible recrear este ramo de flores?.
Esto era irreal, mi estomago dolía y sin embargo tenia que responder a sus preguntas.
—Son peonias —dije ilusionada, viendo la foto sacada de google que el hombre alto me muestra en su celular, una confesión, una disculpa— , ¿las quiere únicamente blancas?
— Sí. —asiente levemente con la cabeza y me mira con preocupación.
— Claro, haré mi mejor esfuerzo. —la cuestión del por que y para quien era dirigidas esas flores, de cierta manera de preocupaba, ¿eran para alguien especial?
Alejó el celular de mi, y lo mete en sus bolsillo. Retrocede un poco y antes de darse la vuelta, dice;
— Estaré puntual, no me decepcione.
Sin agradecer, se da la vuelta y se pierde en el mar de gente que pronto volvía a parecer mas humanos que figura borrosas.
Y yo, parada, con emoción y entusiasmo, empiezo a dirigirme hacia el lugar donde habitaba (arriba de la florería) para arreglarme un poco y poder entregar el ramo al cliente que jamás pensé tener.
Luego del inesperado encuentro, mi mente solo procesaba los hechos y caminaba con toda la emoción a mi destino. Pincharme los dedos con las espinas de miles de arreglos que tenía antes que el ramo de peonias, y hacer lucir menos fea para el cliente sin nombre y mal agradecido.

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paeonia
Romansa"Corté la raíz de mis nervios, sacrifiqué mis esperanzas y te di el mejor de mis retoños, cuando una flor es cortada en su pleno florecimiento, es como dar la vida en amor hacia alguien. "