Lección cuatro - Has Como Una Cuchara y Arrímate.

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Desafortunadamente para Harry, los días entre su última lección y la próxima se prolongaron por tanto tiempo que pensó que explotaría de la mezcla del entusiasmo y esperanza que la mera presencia de Hermione le inspiraba. Si él estaba en lo correcto, si ella quería estar con él, también…bueno, no podía menos que sonreír cada vez que pensaba en ello.

Por otra parte, había una chance de que Harry reaccionara de forma exagerada a todo, y Hermione podría no sentirse de la misma forma acerca de él en absoluto.

Era todo terriblemente confuso, y Harry quería demasiado que su siguiente lección viniera para que él pudiera entonces comenzar a probar las aguas.

Tres días llenos de torpeza, sueños placentero pero vergonzosos, e intentando no tocar a Hermione antes de que finalmente se encontró a si mismo en el cuarto de requerimientos otra vez, con el pequeño cuerpo de Hermione debajo suyo.

Afortunadamente – o tal vez no, dependiendo de que manera soplaban los vientos – el entusiasmo de Harry por besar a Hermione estaba haciendo maravillas por su ansiedad de besar, De hecho, estaba tan calmado acerca de esto que por una vez, Hermione no tuvo que decirle que comenzara. Al momento que ella termino de decirle que simplemente practicarían esta vez, él tenía sus labios sobre los suyos – y Oh, cuan agradables se sentían.

"Mmm – Harry, es – ah – es bueno – ver que estas – más confiado – mmmph!" dijo Hermione entre besos hasta que Harry la calmo con el uso inteligente de su lengua.

Harry comenzaba a sentirse un poco mareado cuando Hermione lo besaba de regreso – muy entusiastamente. ¡Honestamente, esta chica era una maniática! Antes de que comprendiera lo que estaba pasando, ella lo había lanzado contra su espalda – nunca rompiendo el contacto con los labios – y sentándose a horcajadas sobre él. Debía haber sabido que era del tipo dominante.

"Harry," dijo ella, separándose, "Creo que estamos listos para avanzar después de todo."

Su cuerpo entero se estremeció en anticipación. "¿A que?"

"Tocarnos," dijo ella en una manera jadeante que hizo a su corazón golpetear dolorosamente más rápido.

"¿To-tocarnos?" humedeció sus labios. Sus ojos viajaron lentamente a su pecho. ¿Iba ella a dejarle tocar esos, él se preguntó?

Dios, lo espero. …Jesús, vamos a lamentar esto más tarde.

"Se que debe ser un poco extraño para nosotros, y si no quieres, Perfectamente entenderé. Solo pienso que te gustaría aprender como ir sobre esto."

Harry asintió silenciosamente. Su cerebro había cambiado a piloto automático y él solo podía mirar como ella tomaba su mano y la colocaba bajo su camisa, contra la suave piel de su cadera.

"Quieres comenzar lento," dijo ella serenamente. "No quieres forzar a una chica a nada. Mantén tus manos sobre las prendas al principio – si ella responde bien a eso, puedes tratar deslizando tu mano bajo la camisa, así."

"Bien," él croó, estremeciéndose en el sonido parecido a un sapo de su voz. "Um. ¿Entonces que?"

"Trabaja en tu camino arriba," le indico. "Nuevamente, hazlo lentamente. Dale tiempo para detenerte si ella quiere."

Hermione quitó su mano del lugar donde la retenía, y él comenzó a acariciar de manera ascendente, pulgada a pulgada, hasta que sintió la tela de encaje de su sostén. Se preguntó simplemente que tipo de ropa interior estaba llevando hoy; siempre la había figurado del tipo de bragas de algodón blanco – no es que pensara en ello muy a menudo, hasta hace poco, al menos. Nunca en sus más salvajes – bien, en algunos de sus sueños más salvajes – la había imaginado en sostenes de encaje. Me pregunto de qué color es. Ella probablemente me abofetearía si intentara escabullir una mirada.

lecciones de besos para el principianteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora