CAPÍTULO IV

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Morana

Llego el día que debía presentarme a las nueve de la mañana a cumplir la detención impuesta como castigo. Obviamente después de que mi madre firmara el reporte con algunas escusas para que no se diera cuenta del verdadero motivo de todo eso. 

Me levanté dos horas antes y como de costumbre salí de mi casa apresurada para ir a mi lugar favorito. La tienda de cómic.

Además de eso, tenía a la música como un escape del mundo mediocre que me rodeaba y me servía para distraerme antes de afrontar mi realidad. La tienda combinado con la música eran las dos cosas que lo disfrutaba mucho.

La tienda me quedaba a diez minutos desde mi casa, con lo cual me facilitaba enormemente ir y venir cuando quisiera. Hasta podía fingir ser cualquier persona sin que nadie me molestara.

— Buenos días Ana, hace días que no venías. Te guarde la revista que tanto me pediste que salió la semana pasada. —hablo Nam Hunter el dueño de la tienda. 

— Buenísimo, gracias. —conteste con una sonrisa por su cálida bienvenida. Nadie en ese lugar conocía mi reputación y menos se interesaban en dramas de adolescentes; así que no corría el riego de ser rechazada. Era bueno no estar a la defensiva todo el tiempo y me permití acercarme al mostrador y charlar un poco con, Hunter. 

Luego de algunos minutos salió de la bodega el otro chico que cargaba varias cajas, él no solía decir mucho y apenas sabia su nombre. Tae Hyung.

— ¡Hola! —mi intento de saludo era demasiado intrépida, pero, Tae solamente me miró seguida de una reverencia. Su actitud me hacía pensar que él sabía de mí, lo que me ponía nerviosa cada vez que me lo encontraba. 

Sin embargo, con el tiempo entendí que simplemente no le agradaba conversar, por lo que Hunter decía que ya era así con todas las personas con la que convivía.

— Encantador como siempre. —dijo mientras lo palmeaba su espalda, quién solamente se encogió de hombros y volvió a la bodega. — Te juro ese chico me preocupa en ocasiones, no sé cuándo será capaz de encontrar una novia si sigue actuando de esa manera. —lo escuchaba mientras seguía perdida entre los estantes y me quede pensando en lo solitario que parecía. 

Después de mi visita breve encamine hasta la parada de autobús. Por suerte ni bien puse un pie en el lugar había llegado el transporte y cuando subí justo miré hacia atrás y había una cara familiar postrada en el asiento del fondo. Era Min Ethan.

— ¡Hola pecadora! —me saludo a lo lejos y fui directo a él para sentarme a su lado. Ethan, era el típico chico malo de la escuela. Vestía de negro en ocasiones; era malditamente atractivo y usaba una motocicleta. Era muy temido por las peleas clandestinas que ocasionaba su malhumor y con eso se había ganado una mala reputación. Algo que me agradaba ya que era la persona más odiada después de mí. — Así que detención de nuevo ¿eh?

— Lo mismo digo, dado a que vas en autobús y no en tu motocicleta. —mencione replicándolo y él pasó la mano por su lindo cabello. Era realmente guapo y nos conocíamos tan bien que jamás podría intentar algo romántico. 

Sería como salir con tu propia sangre, lo que me ponía los vellos de punta.

— ¿Y qué puedo hacer? Ayer tuve una pelea bastante violenta y mi motocicleta terminó involucrado.

— Me imagino cómo quedo esa persona que causo el daño a tu atesorada motocicleta.

— Igual habría acabado con ellos. —él negó con la cabeza. — Si no fuera por mi abuela que se pone a llorar cada vez que se entera que no asisto a clases. Ya me habría salido de ese lugar hace tiempo.

Culpable © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora