Prologo

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Era un caos lleno de color.

La pared blanca comenzaba a quedar entintada de rojo al igual que el lavabo, las gotas callendo sin control desde la nariz de Park Jimin, quien no apartaba los ojos de su demacrado reflejo. Su propio rostro pareciendole espeluznante por la sonrisa retorcida que ponía como estandarte.

Nunca se había sentido más infeliz que en ese momento, pero su sonrisa no lo abandonaba.

Al recordarlo se martirizaba a sí mismo, pero él le dijo que su sonrisa era hermosa y nada podría cambiar eso.

Con su diente torcido, sus mejillas rellenas y su ojo lastimado de pequeño, cabello rubio descolorido y sonrisa simpática, trataba de encontrarse de nuevo a sí mismo en aquel triste reflejo.

Pero ahora se sentía tan insulso a sus ojos, tan contrastante con la obra de arte que le decía que era el amor de su vida.

En Jimin todo se hacía hermoso cuando sonreía, eso había escuchado por  años del hombre que amo, así que, como un mantra que aprendió a recitar, se esforzaba por mantener la mueca en todo momento si eso recordaba que era lo más hermoso para él…

Y así como en este instante que Jimin cumplía su promesa y se obligaba a sonreír, era muy hipocrita al ver que todo a su alrededor se desmoronaba, incluyéndo a sí mismo.

Observo su reflejo y suspiró, borrando esos pensamientos que cobraban sentido y que lentamente los engranes de sus recuerdos con los sentimientos se fusionaban, solo dejando el vacío en el pecho que creyó olvidar cuando perdió a Yoongi por primera vez.

Letters [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora