【 ᴄʀᴏꜱꜱᴏᴠᴇʀ ɴᴀʀᴜᴛᴏ x ꜱʜᴜɢᴏ ᴄʜᴀʀᴀ 】
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En el clímax de la batalla fina, no esperaban ser teletransportados a un mundo tan distinto del suyo.
Mientras intenta averiguar cómo regresar a casa, Sakura se en...
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Autora POV
Dejando de lado el agitado inicio que había tenido aquella mañana, el día parecía transcurrir de la forma más normal posible, tal y como se podía esperar. Sakura ponía su mejor esfuerzo en prestarle atención a los profesores, intentando entender un poco mejor el funcionamiento de aquel universo, sin embargo, a menudo su mente se encontraba dando vueltas con interrogantes e inquietud acerca del bienestar de Naruto y los demás.
De aquel modo, los primeros periodos de clases pasaron de forma rápida sin que ella se diese cuenta, hasta que eventualmente había tenido que abandonar el salón para dirigirse al auditorio donde, según había podido escuchar, se llevaría a cabo una reunión entre el cuerpo estudiantil, encabezada por los guardianes. Al parecer, esas reuniones se hacían habitualmente con el objetivo de discutir cuestiones de orden administrativo, entre otras razones.
Al adentrarse al gran salón, Sakura se acomodó en su asiento junto a Hinamori. Su vista se mantenía fija al frente donde Tadase hablaba para todos los presentes, aunque realmente no prestaba atención a las palabras del rubio.
Pasaron algunos segundos antes de que la ojijade pudiese notar como la otra pelirrosa se removía con cierto nerviosismo e incomodidad. La kunoichi la miró de reojo, sintiéndose un poco preocupada por ella... ¿Acaso le había sucedido algo en el transcurso del día?
Sakura estaba a punto de preguntarle si se encontraba bien, pero antes de que tuviese la oportunidad de hacerlo, sucedió algo totalmente imprevisto: El broche que Amu llevaba en su cabello pareció transformarse adoptando la forma de un corazón rojo, y junto con él, la personalidad de la chica cambió completamente. De un gran salto, la joven de ojos ámbar se puso de pie alzando su mano efusivamente para responder a la pregunta que Tadase acababa de formular.
— ¡Si! ¡Perdóname por lo de hace un rato! ¡Realmente me gustas, mi príncipe! —exclamó con una enorme sonrisa en labios tomando por sorpresa a los presentes.
La tensión en el lugar era palpable, nadie sabía realmente cómo reaccionar ante la extraña interrupción. Las miradas estaban clavadas en la chica que continuaba con la mano levantada, e incluso algunas personas habían comenzado a murmurar entre si.
