6. El Insomnio

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Suelto un bufido de molestia mientras ruedo en mí cama al ver la hora en mí celular, cuatro y cuarto de la mañana y yo aún ando despierta, mí teléfono solo con cinco por ciento de batería, a punto de apagarse.

Me pasé desde que he llegado a casa a eso de las ocho junto a mí familia y JiMin, depositando todo mí tiempo en evitar al invitado de esta noche. Apenas entramos mí mamá nos ofreció postres helados, todos habían aceptado, excepto yo, que aproveché ese tiempo en que todos estarían abajo para darme una buena ducha, colocarme uno de mis pijamas– en particular aquel que Park había quedado mirando aquella vez– y encerrarme en mí cuarto hasta que aquel rubio, el ser de la perfección, se retirase de mí casa. Obvio que antes de subir les había dicho buenas noches a la gente.

Y aquí, actualmente, estoy con mis manos agarradas sobre mí abdomen y mirando fijamente un punto en el techo de mí habitación. Mí celular había muerto, lo utilicé hasta lo último viendo videos, así que ahora se encuentra cargando, lentamente.

Tenía planeado prender la TV y ver Netflix pero el brillo sería extremo y mis ojos no lo aguantarían, ojalá, al igual que los aparatos móviles y tablets viniese incluida en todos los smart la opción para disminuir el brillo.

Giré en dirección a la puerta blanca de mí cuarto, en este momento, siendo ella la afortunada en tener mí completa atención.

Solitaria, aburrida y sin poder dormir ni tener nada con qué entretenerme, así lo estoy precisamente. Lo peor de todo es que yo sí tenía sueño, yo sí estaba cansada esta tarde por la fiesta, además me habían despertado temprano, tenía varias variantes, para ya, en este horario, encontrarme durmiendo plácidamente como un angelito. Pero no, claramente no, el insomnio aparece y se adentra en mí persona, impidiéndome poder descansar como uno debería.

Y claro que tenía una razón para hacer acto de su presencia, la misma presenta nombre y apellido, Park JiMin. ¿La causa? Se encuentra durmiendo en la habitación de enfrente con mí hermano. ¿El problema? Pues está más que claro, que tenerlo cerca es mí perdición, ahora súmenle el hecho que lo tengo a unos pocos pasos de mí y en mí casa. ¿Lo triste de esto? Yo sola sufro las consecuencias de desvelarme por una situación así, porque obvio, el debe de estar durmiendo sin problema alguno, mientras en tanto yo no consigo cerrar mis ojos y conciliar el sueño.

Me frusta el hecho de no poder olvidar mí flechazo hacía aquel perfecto y sensual rubio, me molesta que el se lo tome tan normal, pero ¿por qué razón no se lo tomaría así? El debe de pensar que ya no provoca nada en mí, y cuan equivocado ha de estar si es así, porque créeme que me provoca y de mil maneras.

Es como que, si el no está presente me es fácil olvidarle, decir que no me importa y que solo mí crush por el quedó ya sepultado en el pasado hasta que el está, aparece y me hace dudar y contradecirme de mis propias decisiones. Park podría prácticamente volver a transformarme en aquella niña idiota con una sonrisa y las mejillas rojizas totalmente enamorada al verlo venir.

Pero ahora recordando, he de admitir que la Chae de niña tenía más suerte que la Chae de ahora.

Creo que he dejado más que aclarado que el sabía de mí amorío hacía su persona, es más, me llega el momento en el que él para no hacerme sentir mal cuando Suga me cargoseaba con ese tema y lograba hacerme llorar, JiMin se acercaba velozmente –no sin antes pegarle a mí hermano– hacía mí y me cargaba como a una bebé abrazándome contra su pecho, diciéndome que no le hiciera caso y que si dejaba de llorar el más adelante sería mí novio, como una idiota que se creía aquello, me sacaba una sonrisa y tranquilizaba mis llantos. Obviamente mí hermano no sabía de lo que su amigo decía para calmarme, estoy más que segura, que de haberlo sabido, JiMin hoy no estaría con vida.

Y el más adelante del rubio, ocho años después, diciendo que sería mí novio, aún no se había cumplido. Y jamás se cumplirá.

Genial, ahora parezco una imbécil sonriendo sola en mí habitación. Ojalá aquellos momentos lo pudiera volver a cumplir ahora, ocho años luego. Aunque JiMin y yo ya no tenemos la misma relación de pequeños, ambos ya somos grandes, el ya conoce la verdadera vida, y yo aún estoy empezándola.

El ya tuvo dos afortunadas novias, y yo aquí, más virgen e inmaculada que la prima de uno.

El ya dió su primer beso, y no fue conmigo.

Yo aún no lo he dado, y sé que no será con él por más que quisiera.

Yo aún lo sigo queriendo como la primera vez en que experimenté aquel sentimiento y emoción del primer amor. Y único también.

Él, como siempre me verá como la hermana de su mejor amigo.

Y es en este momento en que caigo en cuenta que esto que siento por el no es un simple crush, es más que ello, podría jurar que yo, verdaderamente me he enamorado de Park JiMin, el mejor amigo de años de mí hermano mayor.

Y sí, estoy muy jodida con esto que yo misma me he descubierto y autoconfesado.

♥💖♥


Cinco de la mañana, aún mí cabeza rebobinando sobre lo mismo, Park, Park y más Park, es que hasta allí tiene que estar, estoy mal, muy mal.

Tanto pensamiento, confesión y dudas me han provocado una enorme sed, me levanto sin problema alguno, ni sueño ni cansancio en mi, hasta podría estar limpiando mí casa por completo, bueno, eso es exagerar.

Miro por la ventana que da hacía la calle y es puro silencio, oscuridad y oh, un solo auto con una gran velocidad pasando.

Estiro mis brazos y me colocó mis sandalias de andar entre casa, camino a mí puerta y giro la perilla junto con el seguro, abriéndola.

Salgo, volteando para cerrar mí pieza, y oigo la puerta de mí hermano abrirse, me giro confundida.

    — Hola...

Oh

Dios.



























DRAST_✔

Mi Crush- ʝιяσѕєDonde viven las historias. Descúbrelo ahora