Amantes (Taehyung & Tu) 》omegaverse《

02

El ver crecer a Taehyung y Hyolin fue algo muy gratificante para Misuk. Ambos habían adquirido valores enseñados en casa gracias a ella y su ama de llaves, Eunji. A pesar de ser una madre muy cariñosa con sus cachorros, fue muy estricta a la hora de formarlos desde pequeños según los estándares de la alta sociedad. Hubo veces en que los hermanos, sobre todo el menor, hacían travesuras y rompían las reglas del hogar impuestas por el líder de la familia Kim, pero no fue algo que la omega no pudiera controlar con severos castigos hacia los dos, a Tae por comenzarlas y a Hyo por ser cómplice de estas, aunque la parte que más le gustaba a la Sra. Kim es que sus hijos eran muy unidos y siempre trataban de encubrirse el uno al otro cuando hacían sus fechorías, no había castigo que no recibieran juntos porque así pasaban más tiempo entre ellos, nunca se desprendían y se ayudaban mutuamente. Logró controlarlos pero a quien no pudo domar por completo fue a Taehyung, puede que frente a los demás manifestara una figura elegante y educada, lo que ocasionaba que la mayoría de las familias adineradas exhibieran a sus hijas en cada oportunidad que se presentara para poder asociarse con los Kim; sin embargo, cuando se trataba de algo relacionado a Hyolin, adoptaba una conducta arisca y prepotente que ni la misma Misuk podría cambiar en ese instante si no fuera por la ayuda de su hija, incluso Jisung terminaba usando su voz de mando cuando su heredero no le dejaba otra opción. Agradecían infinitamente que al menos supiera comportarse con las personas ajenas a su hogar.

Fue así como MiSuk y Jisung alcanzaron la familia casi perfecta, con hijos respetuosos y amables a la hora de interactuar con los socios de su empresa cuando el Alfa realizaba eventos para conocer nuevos inversionistas, con una esposa que desempeñaba muy bien su papel como Omega y una excelente posición social. Todo estaba muy bien para ellos, pero últimamente había algo que tenía preocupada a la pelicastaña. Su hijo menor actuaba más extraño de lo normal con respecto a su hermana.

...

- TaeTae, deja de restregarte en mí. Vas a hacer que apeste a ti. – dijo la pelinegra con un tono de molestia, pero cargaba una sonrisa en su rostro - Solo quería avisarte que la comida ya esta servida - trató de quitarse los brazos del menor, pero cuanto más lo hacía, más se aferraba al delicado cuerpo de Hyolin.

- No digas eso, Noona. – comenzó a pasar su nariz por la curvatura de su cuello, específicamente donde emanaba con más fuerza su olor – Ambos sabemos que te encanta mi aroma como a mí el tuyo.

Y eso era verdad. Desde que tenía uso de razón, solía estar apegada a su hermano porque desprendía una fragancia que la relajaba hasta el punto de hacerla dormir profundamente. Sin embargo, en su proceso de crecimiento, se percató de que Taehyung buscaba marcarla con su olor la mayor parte del tiempo, era algo que no le tomaba importancia pues era normal para ella porque también hacia lo mismo con el contrario, solo que cuando su madre le comentó que no era correcto hacer eso entre hermanos, dejó de hacerlo. 

- Lo sé pero... - se dejó hacer entre sus brazos. Taehyung depositó un beso en su mejilla provocando que estas se tornaran de un color rojizo - debes dejar de hacerlo. Si seguimos así no podremos conseguir parejas – entrelazó sus dedos con los suyos – Además, a mamá no le gusta.

El peliazul reforzó el agarre en su hermana ante la simple mención que hizo, desvaneciendo de a poco su sonrisa. – Estamos bien así, no necesitamos a nadie más que no seamos nosotros, siempre a sido de esa forma y no pienso cambiarlo. – la idea de que su Noona estuviera con otro Alfa lo ponía inquieto y ansioso, de ser posible no permitiría que fuera a todas esas fiestas que organizaba su padre con el objeto buscar al candidato adecuado para ella, eso lo hacía enfurecer; también era consciente de que su madre lo arrojaba hacia las Omegas que asistían a esta para ver si escogía a alguna de ellas, pero él cortésmente las rechazaba alegando de que ya tenía a alguien más. Se preguntó hasta cierto punto el por qué lo hacía, no obstante, parecía darse cuenta de su actuar con el pasar de los días. – Y no me interesa si a mamá le gusta o no, si así puedo mantener alejados a esos asquerosos Alfas de ti lo seguiré haciendo.