Cap. 1

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Oscuros Deseos. –Capítulo 1.

–Buenos días, clase. –saludo colocando mi viejo portafolio sobre mi escritorio. Me quito mi saco y lo dejo caer sobre el espaldar de la silla para volverme a los alumnos. Todos aún están hablando o lanzando papeles al aire. Aclaro mi garganta y todos se acomodan rápidamente sin más interrupciones. –Bueno, como seguía diciendo. Bienvenidos de sus vacaciones de verano. –caminé al principio del salón y cerré la puerta. –Es hora de sufrir.

Podía ver como todos se miraban entre sí asustados y luego solté una leve risita que hizo desaparecer la tensión en el aire, volvieron a cruzarse miradas y luego rieron junto a mí. –Este es su último año y el mío también.

Todos empezaron a quejarse y con una leve sonrisa mía, volvió el silencio. –Sí, volveré a Londres. Entonces, no perdamos más tiempo y comencemos este año escolar.

Me acerqué a mi escritorio y saque del portafolio tizas y un borrador para pizarras y me dispuse a copiar en esta, mientras, todos se iban presentando.

–Hablaremos de Shakespeare. –escribí el nombre en centro de la pizarra y me gire a verlos. Todos me miraban como si hubiese dicho algo en otro idioma, típico. Continúo escribiendo y se presenta una voz.

–Set Harris. –dijo aquella voz y luego llego a mis oídos el sonido que causó al sentarse. La tiza se partió en mis manos, causando un sonido irritante. Tomé otra y continúe escribiendo.

–Leslie Woods. –se presentó aquella chica y mis ojos vacilaron hasta encontrarse con los de ella.

Oh, no.

Me volví a la pizarra y al terminar de escribir, tome el libro de Shakespeare, Hamlet y comencé a leer. Uno que otro ruido se escuchó en la sala pero no era más que bolsos cayendo al piso, bolígrafos deslizándose en el papel o gomas de borrar, quizás uno que otro libro tocando la superficie de las mesas, nada fuera de lo común.

Hasta que la puerta se escucha la puerta rechinar y desde mi asiento me giro para ver hacia esta, que deja al descubierto a una chica. La nueva secretaria de la directora, una chica alta, ojos cafés y una linda sonrisa. Toca dos veces y empuja sus lentes por el puente de su nariz.

–Hola, disculpe Sr. Malik. La directora quisiera verlo en su oficina después del timbre. –informó y después de girarse, cerró la puerta y desapareció.

Asentí y continúe leyendo. Para ser secretaria se veía joven, tal vez unos veinte años de edad, no es como si yo fuese mucho mayor, si es así solo le llevo dos años, aunque con este atuendo y la barba algo tupida, parezco un anciano y sinceramente, no me molesta en nada.

–La clase terminó. –declaré dos minutos antes del timbre y todos comenzaron a recoger sus cosas. –La clase que viene habrá preguntas sobre el capítulo de hoy. –Anuncie, todos suspiraron tomando el resto de sus cosas.

Me volví a mi escritorio a recoger mis cosas y guardarlas en mi portafolio pero una mano reconocida se interpuso. Levanté la mirada y ahí estaba.

–Leslie. –dije tratando de sonar interesado.

–Hola, Sr. Malik. ¿Cómo le fue en sus vacaciones? –pregunta.

–Bien.

–Qué bueno, adiós... Zayn. –se despide con un movimiento de dedos y sale del salón.

Y esa era Leslie, una rubia de ojos azules con el cuerpo más codiciado de la secundaria, lleno de marcas y uno que otros tatuajes ocultos. ¿Cómo lo sé? Simple, la chica se desnudó frente a mí, una tarde después de clases y debo aceptarlo, los rumores de su cuerpo son bien merecidos, pero no podía faltar a mi ética así que me fui y desde entonces ella me tortura cada día. Lleva una reputación por el piso y quizás uno que otro rayón. Llevaba la típica tilde de chica plástica hija de mami y papi, aunque Leslie podría  llegar a ser muy mala si se lo propone. Al igual que su novio, Seth Harris, un chico popular, jugador y capitán de fútbol, buscado por todas y querido por todos, pero no era más que un simple presumido que de seguro la tiene chica. Nada que no se vea en una secundaria.

Oscuros Deseos |Zaylena|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora