Capitulo uno.

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Ruido.
Escucho demasiado ruido, las voces gritan y yo no entiendo.
Es muy fuerte, con mis manos en los oídos intento apagar el ruido pero no puedo.
¿Qué hago?
Quiero que se callen, que me dejen en paz.

Y Grito.
Grito tan fuerte que siento como mi garganta quema, aplasto más mis manos a mis oídos y al parecer a las voces les causa gracia mi acción, se ríen. Se están burlando de mi.

<<A esta altura deberías saber que es imposible dejar de escucharnos>>

Me da un escalofrío al escuchar a la voz hablarme tan claro y fuerte, como sí estuviera hablándome al oído.

Y huyo.
Con la ilusa idea de que sí corro dejare de escucharlas. Pero estoy equivocada, están cada vez más fuertes ¡Quiero que se callen, que me dejen en paz!

Volteo hacia a mi lado izquierdo y estoy en la calle, la gente a mi lado me sonríe de una forma que me eriza la piel. Esto esta mal ¿Por qué están a mi lado? Estoy corriendo y ellos caminando, debería de arrevasarlos, no estar a su lado.
La lágrimas caen de mis ojos y estoy en shock.

¿C-Como es posible? ¿Qué es esto?
¿Dónde estoy? ¿Qué esta pasando?

Las voces aumentan pero la gente a mi al rededor no mueven los labios.
Un niño se acerca a mi lado y con una sonrisa que demuestra que ha perdido algunos dientes de leche me da la mano, la tomo y comenzamos a caminar. El no habla y yo tampoco.

Algo extraño esta pasando, el niño voltea a verme y vuelve a sonreír, le sonrío de vuelta y apresura el paso.

El entorno cambia y ya no estoy en una calle, miro a mi alrededor, hay muchos árboles, se escuchan diferentes sonidos de animales y al instante me doy cuenta de que estoy en el bosque pero ¿Qué hago aquí? ¿Como es que llegue aquí? Parpadeo varias veces para ver mejor, me doy cuenta de que hay dos caminos que sobresaltan en el bosque, uno a la izquierda y otro a la derecha, cada vez estoy más confundida, observo el camino a la derecha, los arboles se mesen con el viento, todos coordinados, hay muchas flores de colores, el lugar esta liso, se ve muy vivo, realmente hermoso. Fijo mi vista al camino izquierdo, y es más oscuro que el derecho, los arboles se mesen violentamente y el suelo no es parejo. Suspiro.

El niño me lleva hacía el camino derecho, cada paso que doy es como si me quitaran un peso de encima, llevamos alrededor de dos metros caminando y es cuando me doy cuenta de que algo extraño me está pasando, no siento mis manos ni mis piernas, cada vez el aire es más escaso, pero, no siento esa desesperación de no tener el aire suficiente, sigo caminando, siento como si estuviera flotando ¡Es fantástico! sigo caminando y sigo caminando, me detengo ¿Por qué no estoy respirando? ¿Qué está pasando? Volteo hacía el frente y más adelante distingo dos caminos, el de la izquierda es hermoso y aluzado y el de la derecha es oscuro y simple. Aquí hay algo extraño, fijo mi mirada en mis manos y me sorprendo al ver que cada vez nuestras manos (las del niño y las mías) se ven menos distinguibles, como si alguien las estuviera difuminando, retrocedo asustada, estoy desapareciendo, el niño intenta hacerme caminar hacia adelante pero yo no quiero.
Suelto su mano y comienzo a correr de regreso, escucho al niño detrás de mi intentando alcanzarme,aumentó la velocidad y a continuación lo inexplicable sucede.

Algo me avienta hacia otro extremo.
Gimo de dolor e intento levantarme. El niño ya no es un niño, es un monstruo, me toma del brazo e intenta arrastrarme con el. Sus garras se están clavando en mis muñecas, la sangre escurre.

-¡Detente!- grito con los ojos cerrados.- ¡Alejate de mi! ¡Alejate!

Silencio.

Abro los ojos y estoy en mi habitación.

Sola.
Suspiro aliviada y me repito mentalmente que todo es un sueño, que todo es un sueño. Que todo es un.... Clavó la vista en mi muñeca derecha y noto las marcas que me dejaron las garras.

Agrando los ojos y lo veo, escrito con letras rojas en mi espejo.

"Deberías de estar aquí en donde faltas y no allá donde sobras"

D R A M ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora