EPÍLOGO

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Había pasado casi dos semanas desde la muerte de Jimin, y Taehyung aún estaba en casa de sus padres.

Más que nunca dio gracias al cielo por la familia que tenía, a veces sentía que su apoyo era lo único que lo mantenía con vida.

En esos momentos no se sentía capaz de tomar ninguna decisión, ni siquiera las más básicas. Su familia lo obligaba a comer, a acostarse y a levantarse cada día.

Se sentía demasiado deprimido como para seguir con su vida. Sentía como si todo en su vida se hubiera detenido, y no le importaba. Ya nada le importaba ahora que Jimin no estaba.

Miró el agua de la piscina mecerse suavemente con la brisa. Todos los días hacía lo mismo. Se sentaba frente a la piscina y se dejaba hundir en sus depresivos pensamientos. Anhelando poder volver el tiempo atrás, deseando volver a ver los hermosos ojos de Jimin. Poder besarlo por última vez y decirle cuanto lo había amado.

—Taehyung... —Dijo su mamá sentándose en una silla a su lado.

La voz dulce de su mamá lo sacó de sus depresivos pensamientos.

—Tienes una visita amor. —Dijo su madre acariciando su mano.

—No quiero ver a nadie mamá. —Dijo cerrando los ojos.

—Lo sé, pero es necesario que comiences a ver a otras personas además de nosotros.

Abrió los ojos lentamente y miró a su mamá. No pudo evitar sentirse culpable por la tristeza que vio en sus ojos. Podía ver como ella sufría al verlo así. Toda su familia sufría con él.

—¿Cómo voy a seguir sin él mamá? —Preguntó con un nudo en la garganta.

—Con esfuerzo, pero debes hacerlo hijo. Jimin no hubiera querido verte así.

—Lo sé, pero no puedo hacerlo aún. Ni siquiera puedo aceptarlo todavía. —Dijo negando con la cabeza.

—Puedes tomarte todo el tiempo que necesites para superarlo hijo, sabes que puedes contar con nosotros. —Dijo besando su mano.

—¿Y si no logro superarlo? —Preguntó confesando uno de sus temores—. Esto no debió suceder mamá. Se supone que íbamos a estar juntos para siempre, a envejecer juntos como tú y papá...

—Lo sé hijo. Pero sucedió y debes aceptarlo. Cada día será más fácil de sobrellevar y algún día tal vez puedas mirar hacia atrás y recordar a Jimin sin sentir dolor.

Taehyung dudaba eso, no podía imaginar pensar en Jimin sin sentir que el dolor lo desgarrara como en esos momentos, pero fingió una sonrisa para su mamá.

—Gracias mamá.

—Ahora levántate. —Dijo cariñosamente apretando su mano—. Tu visita está esperando y creo que deberías verla.

—¿Verla?

Su madre solo asintió antes de levantarse y entrar en la casa.

Taehyung se pasó las manos por la cara, antes de obligar a su cuerpo a levantarse e ir a la sala. Cuando vio a su invitada se quedó congelado en la puerta.

Era Karen, la hermana de Jimin.

—Hola. —Dijo Karen con un hilo de voz.

Taehyung ni siquiera contestó, estaba furioso con ella. Karen y su familia no habían tenido la decencia de dejarlo asistir al funeral de su esposo.

—Sé que debes estar odiándome en estos momentos, pero te juro que no lo sabía... —Dijo Karen con los ojos llorosos—. Mi papá dijo que él se encargaría de avisarte del lugar y la hora. Recién durante el funeral me di cuenta que no estabas allí y ya era tarde, lo siento tanto.

TRISTE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora