Capitulo 8

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-- ¡Estoy pensando en ti!.- Grito el omega rubio

-- ¡No debiste hacerlo! ¡Joder Nikolas!.- Joaquín jalo su cabellos castaños hacia atrás,  y arrancando uno que otro.

-- No es nada que no hubiera echo antes...- Susurro, sus palabras se clavaron en Joaquín, quien lo miro y las lágrimas se acumulan en sus ojos, picaban detrás de ellos, y no pensaba retenerlas, pero ellas simplemente no salían, seguramente de abstenerse tanto a hacerlo en otras ocasiones.

- Pero yo... Yo.- "Yo te necesito"-. Yo he pasado más tiempo aquí, tu solo llevas dos años.

- Por...- No termino su frase, no la diría, sabía que lastimaron a Joaquín de sobremanera, el no quería eso, sabía que no era la intención de Joaquín hacerle aquello, no fue su intención que lo descubrieran con un Omega de la calle, que no era su intención, no, no lo era.

- ¿Por?.- El castaño no entendía a lo que se dirigía, y estaba mejor así.

- Porque... ¿Por qué no entiendes que lo estoy haciendo por ti?

- ¡Pero te irás! A no sé dónde, y no sé cuándo te volveré a ver.- o si tan siquiera volvería a verlo, Joaquín también se callo eso, el también tenía cosas que callar, Nikolas y Joaquín callaban muchas cosas, pero aún así se conocían a la perfección, eran como una mezcla homogénea al principio. No se veían su propiedades (Esa metáfora la había creado Nikolas, por qué el muy maldito era un genio en la química)

Pero con el tiempo se volvieron una mezcla heterogénea, solo en algunos aspectos, sus dudas, sus sentimientos, algunos secretos, se miraban con el agua y el aceite juntos, sabías cuál era cuál, y no se mezclaban (sinceramente Joaquín nunca entendió a lo que se refería Nikolas cuando hablaba de esa manera)

-- Prometo que volveré.- susurro él.

-- ¿Enserio?.- se notó una chispa de emoción en Joaquín. Nikolas, jamás, jamás rompía una promesa.

-- Lo prometo...

Y lo hizo, solo que cuando volvió, Joaquín ya no estaba.

(...)

-- ¿Podemos hablar?.- La voz de Emilio saco a Joaquín de sus pensamientos, estaba sentado en su cama con varias libretas sobre el colchón, se suponía que estaba haciendo los apuntes de ese día que no asistió a la escuela.

-- Claro...- Emilio entro y se sentó en la orilla

-- Yo... Mmm ¿Dónde te quedaste a dormir?.- eso no era lo que quería decir, definitivamente no, Joaquín lo supo.

-- En aquella banca en dónde tu madre me encontró.- Aún así respondió la pregunta, se quedaron un momento en silencio. Emilio estaba mirando la pared frente a el, y se debatía mentalmente entre que hacer. Joaquín miraba a Emilio, sin ningún pensamiento en especial, solo lo admiraba.

El alfa suspiro.-- Joaquín...- rasco su nuca.- Yo solo quería decirte por qué me comporte así.

-- Tranquilo, dejémoslo en el pasado

-- No puedo, no era solo eso, se muy bien que te sabes cuidar solo, pero yo quería acompañarte por qué me importas ¿Si?.- El Omega sintió un revuelvo en su estómago, Emilio le miraba con unos ojos arrepentido y brillosos, parecía un cachorro.- Estoy casi seguro de que... Hubieras aceptado a María, y yo...

-- ¿En verdad no es una buena persona?.- Joaquín pregunto confundido, si Emilio solo quería protegerlo, por eso le advertía ¿No?

Emilio suspiro de nuevo.

-- María es una de las mejores alfas que existen en este mundo, yo solo... Quería decirte que sería genial que salieras con ella.- Lo último lo susurro.

Emilio se levanto dispuesto a irse aún con aquel semblante serio, preocupado y arrepentido. Joaquín supo que nada de lo que había dicho era exactamente lo que quería decile.

- Emilio...- el se paró frente a la puerta por el llamado del Omega, volteo sobre sus talones

- ¿Sucede algo?

-- Se que no es todo.- El bajo la mirada.

-- No se si estés listo

-- Emilio... Por favor.- rogó el, no quería quedarse con la duda.

-- Mi lobo estaba celoso, ¿Bien? Y ve a María como una amenaza.- volvió a susurrar, aún sin subir la mirada.

Sabía que Joaquín caminaba hacia el, ¿Que sucedía? ¿Querría golpearlo? Hay no, no debió decirlo.

Vio los tenis que el mismo había elegido para el Omega cuando fueron a comprarle ropa, muy cerca, estaba cerca, luego de eso, sintió las manos del Omega posarse en su cintura, subió rápidamente la mirada.

Antes de decir o hacer algo, sintió algo cálido en sus labios, abrió los ojos con sorpresa, Joaquín también le miraba, segundos después ambos cerraron los ojos, para disfrutar mejor el beso.

Los labios de Joaquín eran suaves y acogedores, eran grueso y de color rojo tirándole a rosa, parecían ser hechos justo a la medida. Se movían lentamente, casi sensuales, no era un beso delicado y tierno, pero tampoco hambriento y deseoso. Era perfecto.

El alfa tomo ambas mejilla contrarias para acercarlo más (si es que era posible) abriendo más la boca para intentar meter su lengua a la boca del Omega, sus lenguas comenzaron una danza, pero el beso seguía en su punto medio de ternura y deseo.

El aire comenzó a hacer falta, pero para Emilio el respirar en esos momentos se le hacía sobrevalorado. No podía separarse de tan perfecto momento. Pero el Omega si lo hizo, tenía que hacerlo antes de volverse morado, un chasquido se hizo prenderte en la habitación al separarse.

-- María no es una amenaza .- Fue Joaquín quien interrumpió el silencio, esa frase había echo sonreír más a Emilio, quien se sentía orgulloso y dichoso, su Omega le correspondía. El lo hacía. Le había dicho que aquella alfa castaña con pecas, cuerpo delgado, y perfecta a su lado, no era una amenaza. Que alguien le de un golpe por qué de seguro estaba soñando.

-- Estoy soñando ¿Verdad? .- fue lo único que dijo antes de unir sus labios con los del Omega, para separarse unos largos segundos después.- Espero que no, y si así e s, espero no despertar nunca.

Joaquín soltó una risita, subió sus manos por su pecho para enredarlas detrás del cuello del alfa, el abrazo su espalda.

-- ¡Por dios Joaquín, en verdad no puedo creerlo!

-- Yo... No quería aceptarlo, pensé en verte como un hermano, pero no pude.- Emilio colocó su nariz en el pelo del Omega, aspirando su aroma que era apaciguado por las pastillas.- Emilio, eres muy atractivo y tu olor es embriagante.

- Lo mismo digo Omega...- la mención de su raza lo hizo estremecerse, había algo en Emilio que le encantaba como sonaba aquello.

- Solo que... No quiero decirle aun a tu madre, no se si sea correcto hacerlo en estos momentos.

- No te preocupes Joaco, te esperaré el tiempo que sea necesario.- Dijo el, y sintió como sonreia sobre el.

Tal vez Joaquín también caía rápidamente por el alfa.








(...)

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:) Subí rápido ¿No?

¿No va muy rápido esto?

Nhaa

Omega ... you have a face to smile [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora