La sangre de mi padre recorría todo mi cuerpo, después de todo, esta sensación de suciedad no era tan desconocida para mí.
La sed de venganza, el odio, la ira, las ganas de calmar esta monstruo que se ha engendrado en mi durante los últimos años, todos estos pensamientos me obstruyeron el raciocinio y únicamente quedo un deseo, el de asesinar.
Cada paso que daba era un pensamiento más, otra voz que se sumaba al coro de las mismas el cual me impulsaba a hacerlo. La vida me ha arrebatado mucho, es hora de cambiar los papeles.
Tocar la puerta de mi casa y ver a una señora que decía ser mi madre me saco una sonrisa, era la persona a la que buscaba.
No necesite un arma o algo filoso, el odio se apodero de mí, una fuerza física y mental me permitieron cerrar la puerta rápidamente y colocarme sobre ella haciendo que mi peso la tirara,
Mis dientes, un objeto de burla de muchos ya que son extrañamente grandes y fuertes, en este caso me ayudaron a destrozar su cuello, una mordida llena de tanta rabia que me dejo sacar el primer pedazo de carne, sangre, mucha sangre, se expandía por el suelo generando poco a poco un charco.
Escupí el pedazo al suelo y me levante con ganas de contemplar mi obra, logre observar que mama seguía viva, mirándome con terror, sus ojos no parecían que vieran a su hija, solo veían a una asesina, y de cierta manera la comprendo, así veía yo a mi padre.
Siempre me gusto experimentar y ver las cosas desde un plano mas detallado, siempre tuve la intriga de como era el cuerpo de un ser humano por dentro, no quería ver ilustraciones de un libro o fotos, quería verlo en carne propia, sentir la sangre, tocar los órganos.
Arrastre a mi madre como pude hacia el patio de la casa, allí sería más fácil limpiar y deshacerme de las partes. Sus quejidos ya eran muy queditos, pero aun así no podía arriesgarme a que se escuchara algo fuerte, recordé que mi padre tenia cinta plateada en su caja de herramientas así que decidí ir por ella y de paso buscar mis utensilios para jugar a la doctora con mi mami.
Al volver prácticamente ya estaba muerta, pero no podía dejar que descansara sin primero devolverle todo el dolor que me causo, un trapo con agua fría y hielos me servirían para mantenerla despierta un rato más, lo coloque sobre su cara y procedí a echar el agua con hielo sobre este.
Unos suspiros de ahogo me dejaron en claro que había ganado tiempo, así que agarre el cuchillo y comencé a despedazar su ropa, dejando su abdomen y piernas al descubierto, una esponja con cloro me ayudo a cerrarle la boca y de paso quemarle la garganta y lengua, poco a poco hundí el cuchillo en su delicada piel y pude ver como el rojizo néctar de la vida afloraba por medio de mis cortes, fue una sensación maravillosa.
El olor de la sangre me impulsaba a seguir cortando y así fue, las lágrimas que salían de sus ojos ya apagados me llenaban de satisfacción, el placer de decidir sobre la vida de alguien, un sentimiento que me erizaba la piel.
Al poco tiempo ya había abierto y examinado varios órganos, pero ya estaba aburrida, el siguiente paso era limpiar todo, puedo ser pequeña pero no soy idiota, se que por este crimen tan atroz me buscaran insistentemente, puedo simular un accidente, o un suicidio, el ultimo seria poco probable, sea lo que sea tengo que actuar rápido antes de que la peste de un cadáver llegue a otras casas.
Continúe cortando la piel, musculo y sacando órganos para meterlos en varios contenedores con sosa caustica, también conocida como lejía que ayudarían a la descomposición de este cuerpo inútil.
Cuando termine de cortar a mi madre en trozos ya era bastante tarde y yo estaba muy cansada, rápidamente limpie la sangre que estaba en el patio con la manguera y jabón el polvo haciendo que quedara un aroma a limón y un aspecto impecable, claro exceptuando por las bolsas y contenedores con un cuerpo humano.
Me asee y me duche eliminando cualquier rastro de porquería que quedara en mí, después de eso me deje caer sobre la cama completamente rendida.
Al día siguiente con las fuerzas renovadas me encargue de buscar hasta el ultimo billete que encontrara en esa casa para llevármelo, al igual que mis cosas mas preciadas.
En mi mochila escolar guarde todo lo necesario para irme y continuar con esta nueva afición que había encontrado, y lo llamo así ya que gracias a esta experiencia tan renovadora por fin pude encontrar algo que me llenara por completo, algo que hiciera que el vacío que quedo en mi por fin se sintiera completo.
Sin remordimientos o rencores esparcí los componentes y cosas mas flamables que encontrara por la casa para prenderle fuego e irme lo más rápido posible para que nadie nunca me encontrara otra vez, ese día Prudence murió, y un demonio ocupo su lugar. Josephine
ESTÁS LEYENDO
Las lagrimas del demonio
RandomJosephine es una chica traumada y con sed de venganza ya que ha pasado por una inafancia dura, lo cual la dejara marcada para siempre. Historia Original de ValBo.