Capítulo IV: La Cueva del Lobo.

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La Cueva del Lobo.

Cerca a la cima de la montaña se hallaba la entrada a la base, el helicóptero se posa suavemente a una plataforma que se baja hacia el interior de un inmenso e iluminado hangar, dónde también se apreciaban otros dos helicópteros mas y vehículos blindados.

- Esto es el paraíso, hermano - dice Tony, quién estaba como niño en una tienda de golosinas.
- Aerolíneas Frost agradecen su preferencia y les desean una feliz estancia - dice Frost ante las sonrisas de los demás - ahora deberán ir al área médica para que los atiendan.

Los mellizos, los Blake, Jade y Salvador se adelantan. Al bajar del ascensor, se encuentra un pasillo extenso y luminoso que da al área médica del lado izquierdo y a los laboratorios del lado derecho.

- Bienvenidos, soldados. Soy el Coronel Cohen y él es el Teniente Pierret, ambos somos médicos y junto a nuestra colega que está en su consultorio, seremos quienes los atiendan. Sigannos, por favor.

Antes de que puedan continuar de escuchan unos grititos de emoción. Jade corre en dirección a una jovencita de cabellos oscuros, piel blanca y brillantes ojos azules. Por lo que entendieron, se llama Lena. Ambas se abrazan fuerte, antes de que Twister las interrumpa.

- ¡Oh, sí! Mi prima, que emoción - dice de forma sarcástica.
- ¡Papá! - la jovencita corre a sus brazos y él la abraza.
- Mi princesa. Te eché tanto de menos.
- Y yo a ti, papá.
- Mira, te quiero presentar a unos amigos - voltea a verlos - Soldados, les presento a mi hija Helena. Cariño, ellos son Salvador, Anthony y Benjamin. Los verás muy seguido por aquí.
- Mucho gusto - Lena va saludando a todos, sin quitarle la vista a Ben. Twister se dio cuenta pero, al ver que el menor de los Blake no le correspondía, sintió un profundo alivio.
- Prophet - le llama Lola al Dr Cohen - los dejo en tu manos.
- Quedarán como nuevos. Síganme, soldados - Los tres amigos se van a ser atendidos.

- Giada, cielo. Ve a tu habitación, date un baño y ve a ver a tu padre. Estaba muy angustiado cuando se enteró lo que hiciste.
- Pero mamá...
- Sé que le echas de menos también. Por favor, no te dejes cegar por nuestra situación y ve a verlo.
- Sí, mamá.
- Ve con ella, Lena. Seguro tienen mucho de qué hablar.
- Sí, papá. Te veo luego - el capitán le da un beso en la frente a ambas jóvenes que se retiran al sector de habitaciones.

Los mellizos van a la zona de laboratorios, en donde se encuentran con el hijo del General Dalla Noce y primo suyo, Valentino.

- Hermanos, ya era hora - abraza a los mellizos - les tengo grandes noticias.
- ¿Trabajo? - pregunta Lola.
- Y uno bueno. Una base cerca de una aldea en España.
- ¿Y qué esperamos? - pregunta Twister.
- Hermanos, ya saben que no podemos desgastar a Frost pilotando un helicóptero, lo necesitamos para cubrir mas terreno. Hay que encargarnos de reclutar otro piloto.
- Hermano - le contesta Lola - tengo la solución ideal para eso.

Las puertas del ascensor se abren y aparece una mujer pelirroja, vestida con atuendo de oficina. A su lado, un hombre de mediana edad, bastante apuesto, pero con una expresión de angustia en el rostro. Vestía un traje gris y camisa blanca, sin corbata; y en su mano llevaba una especie de bolso térmico, el cuál él observaba de vez en cuando.

- Sigame, por favor - le dice la mujer. Caminan hasta la puerta del área médica, ella coloca su mano en un escáner y las puertas se abren hacía otro pasillo con una docena de habitaciones y dos consultorios enormes, a lado de sus puertas habían unas placas que decían "Dra S. Pierret / Dr S. Stendahl" y en el otro "Dr E. Cohen / Dr P. Pierret"; a este último es conducido el hombre.

- Prophet, Slasher - dice la mujer - Éste es...
- ¡Papá! - gritan al unísono los hermanos Blake, lanzándose a los brazos del hombre.
- Mis niños - responde su padre, besando sus cabezas.
- Bernard Blake, padre de los soldados - termina de decir la pelirroja, cuyo identidad es Greta Köhler, prima política de los Dalla Noce.
- Ya veo - le contesta Slasher - Benjamin, me alegra mucho este encuentro con tu padre, pero necesito terminar de enyesar tu pierna.
- Lo siento, doctor - responde Ben un tanto avergonzado.
- ¿Enyesar? - Bernard es como una mamá gallina básicamente, pero luego les contaré el porqué.
- Tranquilo, papá. Estoy bien. De no ser por los mellizos, quizá hubiera perdido algo mas que la pierna.
- Los mellizos, ¿en dónde...?
- Hola, sexy - dice Lola apareciendo de pronto y abrazándolo de su lado derecho - ¿me extrañaste?
- ¡Lola! Claro que sí - la abraza- gracias por traer a mis chicos.
- El resto del equipo también cuenta, ¿verdad? - le dice Twister desde su lado izquierdo, palmeando su espalda.
- Por supuesto. Les debo mucho, muchachos.
- ¿Como lo que traes en esa bolsa? - pregunta el mellizo menor.
- Sí. Les traje uno a ustedes y uno a mis hijos.
- ¿Pastel de pollo? - pregunta Tony.
- El favorito de todos, hijo.
- Bueno - dice Lola - solo pasamos a cerciorarnos de que te reencontraste con tus cachorritos. Nosotros vamos a compartirle un poco de pastel de pollo al Teniente, así tú les comentas a los niños que apenas tenga la sentencia de divorcio, me convertiré en su mami.
- ¡Lola! - exclamó papá Blake, para que ella deje de bromear.
- Nos vemos de un rato en la oficina del General.

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⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

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