La premonición de Eunbin de pensar que después de aquella tormenta, donde Jungwon arruinó tantas cosas en su habitación y en su cabeza, llegaría la calma, fue verdadera. Y muy literalmente.
Para empezar, los días que siguieron a eso fueron soleados. No soleados como podrían serlo un día de verano, ya que a veces corría viento, pero sí lo suficiente como para usar shorts, faldas o blusas que mostraran más piel. Eran días bonitos, y se sentía bonita.
Lo segundo fue que unos días más tarde de que ella hiciera ya su quinta denuncia, la volvieron a llamar. Y esta vez, para avisarle que harían un juicio, así que debía buscar un abogado para llevar a Jungwon a la cárcel.
En el caso de Youngjae y Jaehong, no se demoraron mucho en decirle que estaban juntos. Que, una de las noches donde la fueron a dejar, se quedaron hablando mucho y algo surgió entre los dos. Pronto se besaron, y la razón por la que Youngjae parecía tan enojada aquel día era porque estaba insegura de si el chico la consideraba como un ligue más o algo serio. Y terminó siendo algo bastante serio.
Y lo último, Jeongin. Bueno, eso era un tema aparte.
La calma con Jeongin no había llegado inmediatamente. Para partir, apenas su madre los dejó por la noche, Jeongin dijo que dormiría en el sofá, que no le importaba lo que ella dijera. Eunbin tuvo que interrumpir su sueño y decirle que fueran a dormir juntos, porque el chico estaba temblando en la sala de estar y no podía soportar que se sacrificara de esa forma por ella.
Aún así, Jeongin seguía molesto, y no sabía porqué. No entendía el porqué. Luego de unos días se le pasó. Y luego pasaron más días. Y más días. Y los días se convirtieron en semanas... Y Eunbin y Jeongin seguían durmiendo juntos.
Ya no sabía como evitarlo, la verdad. Se había vuelto una rutina. Llegaba de la universidad o del trabajo, cenaban, se duchaban, e iban a dormir juntos. Eunbin siempre terminaba insistiendo que la abrazara porque se sentía sola, pero aquello se volvió una excusa que no tuvo más que decir porque Jeongin se acostumbró.
Y sí, tuvo muchas excusas. Porque su jefa, al enterarse de lo sucedido, le dio dinero en adelanto. Su madre también. Incluso Hyunjin, que juró matar a Jungwon cuando llegara a Corea. Tenía dinero para reemplazar su habitación, y fue de a poco, con cosas como;
"¿No vas a comprarte un colchón nuevo?"
"No, la tableta es más importante. Y cuesta bastante"
Pasaba una semana. Eunbin llegaba con una nueva laptop porque la suya había sido destrozada.
"¿Y el colchón?"
"Necesito la laptop para trabajos"
O, simplemente;
"¿Compraste ropa nueva?"
"Es que no puedo seguir robándole a Youngjae..."
Y así. Sabía que era injusto para Jeongin, pero le gustaba dormir con el chico. Le gustaba dormir con su brazo en su cintura, y cómo parecía apretarla contra él en sueños. Le gustaba despertar y que el chico esté respirando suavemente en su oído, sin moverse ni un centímetro en toda la noche porque era prácticamente un palo. Y también le gustaba cuando ella era la que debía levantarse temprano, y Jeongin se quejaba adormilado acerca del frío y de que no quería que se fuera.
Es extraño. No se sentía así desde que había comenzado su relación con Jungwon, y siente que eso es lo que le ha estado deteniendo un poco a ver a Jeongin con otros ojos.
No quiere que se malinterprete. Jungwon es un asco. Un idiota estúpido lunático. Un chico que merece estar en la cárcel por todo el daño que ha hecho. Y Jeongin es todo lo contrario.
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Compañero de piso [Y. JEONGIN, AU]
FanfictionJeongin es un universitario que necesita compartir la renta con su mejor amigo, Hyunjin, para poder llegar a fin de mes. Para mala suerte de él, su compañero de piso se irá de intercambio por un año y debe encontrar a alguien nuevo para seguir pagan...