Hailee Steinfeld y Ovidio Guzmán López en "Volver a amar"
Paloma tiene 18 años, lleva una vida aparentemente perfecta llena de todas las comodidades, tiene un familia que luce ajemplar en las fotografías. Incluso tiene su vida planeada, solo tiene q...
Con mucho cariño, comis Gracias por todo el apoyo, conocer personas como usted me alegra la vida. ValentinaPolanco3 ❤
Diciembre 26, 2015. -En algún lugar de Sinaloa, México.
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En todo el camino me la había pasado pensando en el hermoso acto bondadoso que mi amigo estaba haciendo por mi. El hecho de afrecerme su casa para que yo pudiera estar mas tranquila y lejos de los problemas con mi mamá y todo ese drama qué implicaba mi relación fallida y compromiso acelerado con Elías, me calentaba el pecho.
Ovidio siempre había sido protector conmigo. Cuando él y Pablo se conocieron yo era una puberta, razón por la cuál-muy a mi pesar-conferme fui creciendo me había visto como a su pequeña hermanita.
Siempre me habían protegido y consentido ambos, cumpliendo cada uno de mis alocados caprichos de adolescente, pero ahora sólo lo tenía a él y me alegraba tanto que Pablo lo hubiera conocido. Me hacía sentir menos sola. Fuera hijo de quien fuera. Para mi Ovidio era más que el hijo de Joaquín Guzmán. Era una parte importante en mi vida.
Sentí al Robinson tocando suelo, detuvo todo moviento y eso enseguida me alertó de que habiamos llegado por fin a nuestro destino.
Si de algo estaba segura es que estábamos muy lejos de Culiacán, todas esas horas en las que Ariel había conducido y después el viaje en helicóptero me lo confirmaban.
Suspire, sintiendo las piernas entumecidas. Además de tener mucho sueño.
Senti las manos de Ovidio enseguida viajar a mi cabeza, desatando la venda sobre mis ojos. La llevaba puesta desde que habiamos salido de Culiacán, así que cuando la quito me sentí un poco mareada. Había aceptado ponermela por que sabía lo importante que era para ellos mantener en secreto sus ubicaciones. Ademas, por seguridad de ambas partes era preferible que no supiera a dónde me llevaba. Y estaba bien con ello.
Escuché a Ariel -quién venía piloteando el r44- bajarse y enseguida abriéndo la puerta de manera caballerosa, para ayudarme también a bajar. Solo que antes de hacerlo, Ovidio tomó mi mano, impidiendo qué siguiera el camino fuera del Helicóptero.
-Paloma. Hay algo que tiene que saber antes de entrar. - me miró serio y lucia tan mortificado qué por un instante me temí lo peor.
Ariel, me sonrió a modo de disculpa y volvió a cerrar la puerta, alejándose lo suficiente, dándonos privacidad para que Ovidio continuara hablando.
Enarque las cejas asustada, acomodandome en el asiento para quedar frente a frente. -¿Qué sucede?
-Es que... Hay un pequeña mentira que tenemos que decir...-se rascó la nuca, acción qué le salía de manera inconsciente cada que estaba nervioso. -Es pa' que pueda estar aquí el tiempo que necesite.
