ch. 29

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Cinco meses después

Una hermosa pradera se visualizaba a su alrededor, el suelo y las montañas lucían tan verdes, un lago detrás suyo de color esmeralda y el cielo estaba tan azul que sentía que encontraba en algún paraíso de Suiza o Nueva Zelanda. Si bien no sabía dónde estaba, sin duda era uno de los lugares más hermosos que había visto.

Mientras observaba todo, de repente, un lobo omega de pelaje color grisáceo claro, apareció caminando cerca de la orilla del lago.

Él sabía quién era, podía reconocerle a kilómetros de distancia si pudiera, pero no quería llamar su atención. Estaba asustado de que, si volteaba a verlo, se iría de allí, así que decidió seguirle en silencio. Un aura de tranquilidad reinó su presencia, como si estuviera rodeado de paz y no tenía nada de qué preocuparse al estar junto el lobo.

Estuvo caminando sin saber por cuanto tiempo, casi llegando al final del lago y una manzana del suelo que había rodado hasta tocar las patas delanteras. ¿Como apareció eso ahí? Había árboles a lo lejos, pero no de manzanas, se preguntó él.

Cuando lo recogió, empezó a llover en ese mismo instante, pero el cielo seguía igual de un azul resplandeciente.

Dándole todavía dándole la espalda y ahora empapado por la lluvia, el lobo dijo: —Mis pequeños... Ustedes han pasado por mucho, sobre todo tú... —su voz se escuchaba dulce, femenina y con tono nostálgico también. —Oh, no llores, mi bebé. Vine a decirte que como conocieron a personas igual de singulares y especiales que ustedes, por fin me puedo ir tranquila.

¿Él estaba llorando? No podía ver sus lágrimas por la lluvia, pero sabía que estaba triste y su corazón le dolía porque quería verla... Debía verla. Abrió la boca para hablar, decirle que no se alejara porque la extrañaba demasiado, pero ni un sonido salió de su garganta.

—¿Sabías que cuando llueve es porque se avecinan cosas buenas? —fue lo último que escuchó de ella. Alzó su brazo para tocarla, hasta que su vista se volvió negra.

Jungkook se encontraba en la cocina preparándole la comida a Cloud, al terminar, se quedó viendo a su mascota comer animadamente mientras tomaba café. El día recién empezaba y era el primero en despertarse porque había dormido temprano.

Sin embargo, poco a poco empezaba a sentirse triste sin razón aparente, tenía ganas de llorar y frunció el ceño mientras se tocaba el pecho. ¿Porque se sentía así?

Jimin.

Fue hasta la habitación, encontrándolo aún dormido pero su expresión era triste, e incluso su aroma cambió debido a su estado de ánimo. Se acercó hasta él, sentándose a su lado y movió su brazo para despertarlo, estaría soñando una pesadilla así que el castaño no quería dejarlo que continuara durmiendo.

Jungkook le preguntó si estaba bien al despertar, pero Jimin no le contestó, solamente tenía su mirada fija en él y lucía totalmente ido por un minuto.

Hasta que sacudió su cabeza, reaccionando de repente y luego lo abrazó, escondiendo su cara en su pecho. —Por un momento pensé que lo que vi era real —murmuró Jimin en voz baja.

—¿Que soñaste? Estas bastante triste y pude sentir que querías llorar.

—Mi mamá... Nunca había soñado con ella así que estoy algo aturdido, pero no fue nada malo.

De pronto, escucharon como tocaban la puerta de abajo. Sabían que era Jiseok porque lo esperaban, ya que pasaría el día con los dos.

Jimin dijo mientras se separaba de Jungkook: —¿Porque no bajas primero? Yo me tengo que cepillar.

singularity • kookmin [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora