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Caminaba por los pasillos, era una de esas veces en la que estaba despejado, lo cual raramente ocurría y más aún para este tiempo.
Fue prácticamente arrastrada a un rincón abandonado, mi primer instinto fue gritar, patear o morder lo que fuera que me había secuestrado, pero al darme cuenta de lo frío y duro que se encontraba, fue fácil deducir que este era algún miembro de esa rara familia Cullen.
Una vez allí fue sentada en una silla con delicadeza como si tuviera miedo a romperme.
—Jasper
—lo siento, lo siento, realmente lo siento, pero si te decía que quería hablar por las buenas no me hubieras prestado atención y me hubieras dicho que no—su voz casi sonaba rota y con un eje de desesperación en ella.
—¡claro que te hubiera dicho que no!, ¡maldito loco!.
—baja la voz, si lo que quieres es una explicación entonces te la daré—¿tenía otra opción?, no la tenía.
—tenía miedo, bien. Mucho miedo, soy el miembro más nuevo de mi familia, se me es difícil controlarme y más aún a tu alrededor, pero hay algo que lo evita y es ese sentimiento de protección que tengo, aquello que me obliga a permanecer a tu lado, a lo que quiero llegar es a que realmente lo siento y soy consciente de que no vas a perdonarme pronto, pero que importa tenemos una vida larga. Te amo, porque eres todo lo que durante décadas he estado esperando, en un pasado fui herido y ahora me odio por hacértelo a ti, pero Chung-ho, tienes que entenderme estaba desesperado.
¿Ella tenía que entenderlo?, ¡ella Tenia que entenderlo, claro porque es fácil, entender dos años de completo dolor, ellos jodieron su autoestima y ella tenía que entender, solo porque el decía amarla y todas esas mierdas. Quizás ella sea joven y casi inesperta en las cosas del amor, pero estúpida no era y sabía que sí amas a alguien, quieres lo mejor para esa persona, permaneces cerca de esa persona pase lo que pase, la proteges, le deseas lo mejor y lo mas importante procuras no lastimarla, porque se supone que su dolor era también el tuyo, era sincero, era duradero, era puro, era felicidad y en algunos casos dolor y tristeza... Era Yoongi, era Ella, eran ambos... Eso no era Jasper.
—¿querías protegerme?, ¡eso querías, he?, ¡dime!, ¡fue protección tanto dolor!, me protegiste cuando me rompiste un brazo hace meses, cuando dañaste mis libros, cuando me causaste un dolor de cabeza, ¡cuando casi mataste a mi hermano y no te atrevas a negarlo idiota por que sabia que eras tú! , ¡cuando besaste a Bella Swan frente a mi! , ¡cuando me lanzaste la tarea en la cara porque decías que no estaba bien, después de que estabas más que consciente de los tres días que había estado sin dormir! , cuando me tiraste una sillas y me sacaste el maldito aire porque no quería estar junto a mi en literatura, ¡eso es proteger!, ¡para ti eso es amar, déjame decirte que tú definición de amar es muy diferente a la mía!, ¡si eso para ustedes es proteger, prefiero estar desprotegida!... Si tanto me amas, Aléjate de mi, dejame en paz, olvidate de mi existencia, se lo que eres, siempre lo sube, que crees que después de dos años detrás de tú asqueroso trasero no me iba a dar cuenta de lo anormales que eran, se que eres un maldito vampiro y estaba más que dispuesta a soportarlo, porque te amaba...perdón, decia amarte.
Mi intención era irme una vez que tuve oportunidad, pero fui detenida por su voz desesperada y triste... Hipócrita.
—se que hice las cosas mal, no me justifico, me odio por hacerte daño, pero se que me quieres, al menos Chung-ho lo hacia, ¿porque Rosé no?!.
Imbecil, idiota, que se pudra, que se vuelva a morir.
—dicen que si amas de verdad es difícil olvidar, y entonces, ¿porque me fue tan fácil olvidarte?—esa es la pregunta, aquella que a esta altura ya tenía respuesta.
—quizás no fue amor real de tu parte, Rosé
Evite contestar a su estupidez y le respondí con lo que realmente sentía.
—¿porque busque amor en otra parte?, si quien me merecía estaba frente a mí.
—no tienes idea de cuánto me duele, el que ya no te interese—mentiroso.
——si realmente me amaras me dejarías ser feliz.
Y me retire dejándolo solo con su supuesto dolor.
El no me amaba, y ahora lo entendía... Yo tampoco lo amba.
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Este es el final de el acto dos. Espero que realmente lo hayan disfrutado, porque en lo personal es mi favorito y me encantó escribirlo.
