❀𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝓂𝑒

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Restriega sus manos sobre sus pantalones tratando de quitar el sudor de ellas, estaba mucho más que nervioso en ese preciso momento.

1 año...

Tan solo en un año logró enamorar y enamorarse más de Jaemin, había aprendido tanto del menor y este mismo le había enseñado a ver el mundo desde una perspectiva diferente a como él lo veía antes.

Había planeado la sorpresa para el menor un mes antes, quería estar seguro de lo que haría y no arrepentirse a última hora. Sabía que hacia lo correcto cuando al despertar veía el rostro tranquilo de su hermoso novio, sin duda pasar una vida entera junto su Nana sería algo realmente maravilloso.

Dentro de poco los clientes comenzarían a llegar, tenía que terminar de arreglar el escenario y quitarse los nervios que traía encima.

Observa a Jaemin moverse acomodando las mesas y sillas, lo saluda y sonríe cuando el menor le devuelve el saludo mostrando su hermosa sonrisa. Se da la vuelta y suspira enamorado.

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Sonríe mientras las notas salen de su garganta.

Ha compuesto una canción para Jaemin aunque este mismo no lo supiera, iba a poder oírla dentro de un rato, pero no se iba a volver especial para ellos hasta que hiciera su sorpresa.

Termina de tocar y sale del escenario tomando un pequeño descanso para su garganta, busca al menor con su mirada y su corazón late rápido cuando lo encuentra atendiendo a un par de clientes, sin duda su novio era el más bello del mundo y del universo entero.

Toma un pequeño respiro y después de un rato más vuelve a subir al escenario para presentar su siguiente canción.

Las siguientes dos horas el sigue cantando y tocando, interactuando un poco con clientes, esta ansioso por mostrar su sorpresa frente todos, sin duda era una manera especial de hacerle saber a Jaemin que lo quería el resto de su vida a su lado.

Planeo todo con ayuda del dueño del bar y algunos trabajadores más, estaría muy agradecido si todo sale como él y su corazón quieren.

Jaemin desaparece de su vista entre la gente que baila y da por finalizada la canción.

Baja del escenario para dar la orden de iniciar con su sorpresa, una de las camareras le tiende la pequeña caja aterciopelada con el lindo anillo dentro que escogió para su chico.

Jaemin sale de nuevo con nuevas bebidas y el sabe que es hora de cantar la canción.

Toma su guitarra y cierra los ojos comenzando a cantar la canción, es más lenta pero no menos pegadiza, una linda canción perfecta para dedicársela a alguien como Jaemin.

Todo el público disfruta de la canción, va terminando la mitad de la canción y sabe que es el momento. Mira en dirección del chico que se encarga de las luces en el lugar y asiente en forma de orden.

Las luces se apagan y se vuelven a encender apuntando a directamente a Jaemin quien tiene los ojos cristalizados gracias a las lagrimas que amenazan con salir de sus ojos.

Deja la guitarra a un lado comenzando a mover sus manos bajo la mirada confundida y sorprendida del menor. Hizo una seña para que esperara con una sonrisa en el rostro.

Para ahogar esta pena, buscaré una sirena.

Imaginando de eso besos tuyos, porque no tengo de esos besos tuyos.

Para ahogar esta pena, buscaré una sirena.

Imaginando de eso besos tuyos, porque no tengo de esos besos tuyos.

Te encontraré.

Aunque se bien que si no hay otra, voy a buscarte en otra boca y al final te encontraré.

Te encontraré.

Será tu culpa si me muero.

Porque tocarte ya no puedo y otra vez me mentiré.

Te encontraré.

En una sirena te encontraré.

Ay, en una sirena.

En una sirena te encontraré.

Ay, en una sirena.

En una sirena te encontraré.

Junto su frente con la del menor y beso sus labios suavemente. Se separó lentamente y de igual manera se arrodillo bajo la mirada desconcertada del azabache, sacó la pequeña cajita mostrando el anillo que traía dentro.

El menor se tapo la boca sorprendido y las lagrimas comenzaron a bajar de sus hermosos ojos.

Él estaba igual que el menor, sus ojos estaban nublados gracias a las lagrimas que querían salir de ellos, y que pudo soltarlas cuando el menor asintió efusivamente con su cabeza, abrazándolo y escondiendo su rostro en la curvatura de su cuello.

Los aplausos los envolvieron y sellaron el momento con otro beso.

Tenía claro que no se arrepentiría de haberle propuesto matrimonio a su chico.

Y supo que no se equivocaba cuando meses después ambos estaban frente al altar dispuestos a salir unidos bajo matrimonio de ese lugar. La luna de miel fue la mejor parte, pudo disfrutar mucho mejor de su amado Nana.

El menor no podía hablar, pero al igual que una sirena lo cautivo y hechizo desde el primer momento, la única diferencia entre una sirena y su hermoso Jaemin es que este supo cautivarlo aún si no podía decir nada.

╰►𝒮𝐼𝑅𝐸𝒩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora