Pt 1: Rin se va.
P.O.V Sango:
El sol brillaba por sobre lo alto esta mañana, el viento parecía ser una muestra entre feroz y juguetón por sobre lo árboles mientras nos dirigimos hacía la colina en el pequeño claro fronterizo con la aldea.
Los niños siguen jugando aún mientras caminan a pesar que ya les he hablado al respecto, Kagome les recrimina de nuevo suavemente al ver cómo Yumi tropieza con un puñito de tierra, pero los ve tan contentos que su voluntad flaquea y se muestra débil y lánguida ante sus encantos, ella es así siempre que se trata de ellos y caigo en cuenta de lleno de lo mucho que se revuelve en mí el grato anhelo de querer verme rodeada de pequeños prontamente, pero esta vez todos ellos de cabellos negros y ojos de un bonito violáceo; de tener mi propia familia con Miroku y ser finalmente mamá.
No tardamos mucho en llegar, dentro de poco lo hicimos y es así como logro ver que Kagome sonríe y a un lado también lo hace la pequeña Rin hasta entonces reservada, quién como siempre lleva una flor de un profundo color rojizo intenso en sus manos y otras más claras entre su cabello: es un tanto increíble cómo ha crecido, toda una dulce señorita.
Con lentitud y casi una delicadeza extrema la pequeña adolescente hace girar la flor en su mano hacia el cielo maravillándose con su vista, y cuando Kagome lo permite es que todos los chicos entienden que ya es momento de divertirse y jugar. Rin empieza a correr poco después, y la sigue Yumi y Ken, los demás parecen sumidos en su propio mundillo distinto al de nosotras y ligeramente contrario al que han formado los otros tres.
Me permito relajarme y disfrutar del Sol, de sentir como este pega directamente en mí cabello y la hebras castañas y algo gruesas últimamente se calientan, dejando una sensación nostálgica debido a las batallas transcurridas también bajo el arduo Sol pero, de alguna manera, esa nostalgia se vuelve saludable al mismo tiempo.
Tal vez duro así un rato, un corto intérvalo que me hace perder un instante a Kagome de vista quien está unos pasos tras de mí meditando todo con calma y así mismo, pierdo de vista su rostro: porque puede que parezca que todo está bien, puede que su silueta estuviese firme y tranquila, y sus cabellos amenamente revueltos por el viento pero algo la perturba, lo sé.
En cuanto ladeo la cabeza y la observo de frente es que noto que su boca está semi fruncida y que sus ojos se han perdido revoloteando en el vacío con una inquietante fijeza: que me cortaran un brazo sí algo no iba mal. Pensé en llamarla, preguntarle que sucedía ya que mí instinto de cazadora puede más que otra cosa, pero después lo analizo un poco y eso habría de dejar todo en evidencia (y sí se tratara de algo grave ella lo diría, más aún con la presencia de los chicos más pequeños) por lo que decido observarla. Poco después su boca se entreabre como para decir algo y busca a alguien entre los muchachos con la mirada, ansiosa.
Fijo la vista en el foco de su atención y no veo más que a la pequeña Rin que permanece ajena, riéndose de Ken que sacudía sus manos de una forma extraña hacía Yumi como sí le enseñara algo y como ésta se ríe de forma risueña restándole importancia. Los ojos castaños de Kagome se separan de su silueta brevemente y vuelven un rato por sobre los demás niños para luego posarse sobre mí, atrapándome observándola: ella me sonríe, como dejando todo de lado a pesar de que verdaderamente no lo hace puesto que la sonrisa no llega en totalidad a su semblante.
Es curioso como a veces ella cree que puede mentirme, como las personas creen a veces que son buenas fingiendo, pero la dejo hacerlo, de creer a poder hay un largo tramo y más si has experimentado tantas travesías con sus sombras y luces, tanto como cuando hay confianza como no. No obstante, tal vez le debía a ella su toque de privacidad, aún cuando pesaba de alguna forma el título y responsabilidad de ser mejor amiga.
ESTÁS LEYENDO
Sombras.
RomanceKagome tan solo tenía que soltar su pesada sombra, pasar el capítulo y dejar de preocuparse tanto por los intereses de ese demonio. [Sesshômaru y Kagome]