Capítulo 9

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Capítulo 09: Infiltración Musical.

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Era su segundo año de secundaria. El fin de semana había llegado y consigo había traído su no tan esperado concierto de bienvenida del conservatorio en el que estudiaba. La tela de la que estaba confeccionada su corto vestido era del mismo color de las flores nomeolvides que encontraba en su jardín a diario. Había sido más que obvio que aquel vestuario le había sido otorgado para que haga juego con sus iris y vaya en armonía con su cabello. Su cuerpo yacía de pie en una pata del escenario esperando que el niño que interpretaba una hermosa obra en el violín, diera sus últimas notas.

"Yamato-kun tocaba con mucha más técnica y tenía mucha más interpretación." se dijo a si misma, lamentándose que el castaño haya decidido abandonar el instrumento clásico para dedicarse a la guitarra y la música moderna.

Parecía que sus nervios no existían. Tal vez era la recompensa por tantos escenarios recorridos o por los incontables días de práctica de sus dedos sobre las teclas blancas y negras. De igual importancia, la emoción y felicidad en su cuerpo en desarrollo tampoco estaban presentes. No le sorprendía, pues hace ya dos conciertos que se sentía de la misma manera. Se preguntaba qué le estaba ocurriendo.

Al oír su apellido seguido de su nombre de parte del presentador del evento, suspiró y avanzó hacia aquellas luces cálidas. Miró a los miles de asientos distribuidos tanto en el primer como en el segundo piso.  Se encontraban repletos de familiares, amigos, profesores del instituto o incluso expertos y profesionales que les gustaba dedicar su tiempo libre a ir a deleitarse con el talento de los jóvenes prodigios. En una de las primeras filas, mientras se reverenciaba ante los aplausos de bienvenida, divisó a Yamato con su madre que le habían ido a apoyar. Tampoco pudo ausentarse su padre que había llevado a su hermano menor, a pesar de que este tenga gustos totalmente opuestos a la mayor de los Kaneko.

Con sus partituras llenas de anotaciones a un lado de los compases y claves de sol y fa, se acomodó en el. Colocó las hojas en el atril para a continuación acomodar sus manos en el teclado con la mayor gracia posible. Trató que sus pies descansaran en los pedales de manera natural pero con una belleza inexplicable para el ojo humano. Los aplausos cesaron al percatarse que la presentación era de una de las jóvenes con más capacidad musical en el instituto, algunos incluso se atrevían a decir en todo Tokio.  Cerró sus ojos y sus extremidades comenzaron a moverse sin necesidad de tener que echarle un último vistazo a la guía en el atril.

Para el público, aquella joven estaba lo más concentrada posible en la música pues cada sonido era perfecto, armando de esta manera la melodía indicada transmitiendo sentimientos que dejaban a los espectadores un escalofrío recorriendo sus cuerpos. La infante estaba haciendo  que aquella obra ajena se convierta suya. Para Aika, era la oportunidad de poder saber cuál era la causa de su raro comportamiento ante aquel piano de cola los últimos días. No era porque no le salían los acordes o arpegios, ella ya se había perfeccionado al máximo en aquel aspecto para su edad. Tampoco era que había tenido malas experiencias con profesores o compañeros, pues apenas le hablaba a alguien que no sea su mentor, Hikaru o Yamato. Entonces, ¿Cuál era la razón?

" No puedo seguir con algo que ya no me apasiona. Sería como engañar e ignorar lo que dice mi corazón." la voz de su mejor amigo llegó a su consiente como una estrella fugaz.

En las partituras debajo de unas negras, la letra "f" estaba impresa. Siguiendo lo que indicaba esta, comenzó a tocar con mas intensidad las teclas blancas y negras. Aprovecho esos cinco compases para desahogar su enojo por no saber que quería y a continuación bajó el ritmo, esta vez tratando de cumplir con la expectativa de la palabra "pianísimo".

Kizuato キヅアト | Kuroo Tetsurō.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora