Aniversario sorpresa para mamá y papá.

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Yui comprende perfectamente la situación de sus padres.

Yui sabe que ellos están muy ocupados por su trabajo.

Yui sabe perfectamente que ese día se acerca.

Yui también sabe que es su deber ayudarles.

Es debido a ello que la pequeña hija de diez años del matrimonio Kirigaya idea el plan perfecto para la ocasión. Pero tenía un problema.

O, bueno, varios...

—¿Por qué nadie me toma en serio?

La joven azabache colgó la llamada con enojo. Después se cruzó de brazos y frunció el ceño. Desde que llegó de la escuela, comenzó a llamar a diferentes restaurantes para hacer una reservación en lugar de sus padres, pero desafortunadamente las recepcionistas del establecimiento siempre pensaban o interpretaban todo como la broma de una niña.

Todo era frustrante. ¿Por qué no le creían? Si seguía así, no iba a conseguir nada.

Una vez más, la pequeña Yui suspiró y se recargo en el respaldo del sillón donde estaba sentada.

¿Ahora que haría?

—Yui-chan, ya está la comida —avisó una joven de cabellera corta, la cual salía de la cocina con un delantal puesto—. ¿Comemos ya o lo quieres hacer después de terminar tu programa? —preguntó ella, pero al ver que la televisión estaba apagada y la menor se encontraba cruzada de brazos con la misma expresión que su hermano hacía cuando algo no le parecía bien, supo que algo estaba pasando.

Como la responsable de la menor hasta que sus padres regresaran de sus respectivos trabajos, era su deber saber qué le pasaba. Fue por ello que no dudo en acercarse a la sala para posteriormente sentarse al lado de la menor de los Kirigaya y poder hablar de lo que le sucedía.

—¿Qué sucede, Yui-chan? ¿Te pasó algo malo en la escuela?

Aquella posibilidad era casi nula, pues su maestra siempre hablaba de lo encantadora y bien portada que era Yui. Nunca habían recibido queja alguna de ella, pero eso no quería decir que todo estuviera bien en la escuela. La relación con los demás niños era un tema aparte.

—No... —respondió la niña—, bueno... En la escuela no pasó nada malo.

Si no pasaba nada en la escuela, entonces...

Rápidamente Suguha creyó entender el problema. Desde hace unas semanas el joven matrimonio Kirigaya había estado muy ocupado y casi no pasaba tiempo con la menor. No era culpa de la pareja, ellos lo sabían. El trabajo había incrementado con nuevas oportunidades que tal vez no se presentarían de nuevo en la vida, pero aquello, entonces, significaba un gran sacrificio; su hija.

Al principio rechazaron rotundamente esa posibilidad, pero con el apoyo de sus familias y sus consejos, decidieron tomarla. Así, una nueva rutina se estableció, las cosas cambiaron y el tiempo en familia se redujo.

Extraña a sus padres...

Sugu no estaba equivocada, la menor si los extrañaba, pero en su mente estaba otro pensamiento.

Aunque el tiempo con ellos se redujo, seguía sintiendo su cercanía con pequeños detalles que ellos hacían.

¿Cómo no sentir a su madre si ella personalmente le dejaba el desayuno echó junto a su bento?

¿Cómo no sentir a su padre si él todas las noches y mañanas le da un beso en la frente y le dice lo mucho que la quiere?

¿Cómo no sentir su cercanía si siempre le dejaban notitas (aunque algo torpes las de su padre) en su libretas y exámenes dándole ánimos para seguir esforzándose ?

¡Sorpresa! ¡Sorpresa! Aniversario para mamá y papá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora