EL CALLEJON DEL MUERTO

2 0 0
                                        

La calle 2 de Abril de la capital oaxaqueña es ahora una transitada vía de salida del Centro 

Histórico. Antes, durante la época de la Colonia, muchas de las calles del centro de la ciudad 

eran pintorescos caminos adoquinados que serpenteaban hacia el cerro del Fortín y al río

 Atoyac. En los tiempos en que la corriente eléctrica no había sido instalada en la ciudad, 

rondaban "Los Serenos"; personas que patrullaban las calles portando un farol y que

 anunciaban en la quietud de la oscuridad las horas y mantenían vigilados los barrios de la 

población.

Cerca de la Basílica de La Soledad corría un Sereno a mitad de la noche. Corría de prisa, rumbo 

a la iglesia del Marquesado; momentos antes, un grito desgarrador rompió el frío silencio del 

callejón 2 de Abril. El grito de dolor de un hombre llenó la callada atmósfera del rumbo. El

 paso veloz e insonoro del hombre que descendía por el callejón no parecía inmutar el 

ambiente.

Al llegar a la iglesia llamó a la puerta y apareció el párroco; el individuo le dijo que en el

 callejón 2 de Abril había sido apuñalado un hombre, que yacía moribundo y con la firme

 intención de dar su confesión antes de partir. Condujo al párroco hasta donde el 

desafortunado se debatía entre la vida y la muerte con una gran herida en el pecho; el cura se 

inclinó hacia el herido y escuchó una larga y penosa confesión para después absolverlo. Al 

término de la confesión, buscó con la mirada a su acompañante pero ya no se encontraba. Se 

dice que por curiosidad levantó el farol sobre el rostro del ya muerto entonces. Se encontró 

con la gran sorpresa de que el muerto era el mismo hombre que lo había guiado hasta el lugar.

El cura regresó al curato presa de gran miedo y terror. Días después cayó enfermo de gravedad

 y, al reponerse, conservó durante su vida una sordera total del oído con el que escuchó al 

penitente.

HISTORIAS DE TERROR PARA NO DORMIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora