Los desaparecidos

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By jooyneol


He de decir que esto no me parecía la mejor idea de todas, pero como dijo Hyunjin, es sólo un reto estúpido.

Nos dirigíamos en tren hacia el pequeño pueblo en la cuál aguardaba la casa más embrujada, según leyendas urbanas, del país. Bah, no le tenía mucha fe a las leyendas porque realmente estaban realizadas para dar miedo a los turistas y atraer atención.
Delante mío, iban mis amigos con sus mochilas. Nos quedaríamos toda la noche allí.
Minho y Hyunjin iban tan entretenidos hablando de lo que llegarían a hacer en el descampado camino a la casa,  más bien sus ruinas.
Yo en cambio... Quería no pensar en ello y dejar que fluya, sí, tenía un poco de miedo.

El sol ya estaba bajando, eran al rededor de las siete de la tarde de un día bastante veraniego para estar en primavera.
Y el tren hizo su aviso.

 — A dos kilómetros se encuentra la última estación, por favor pasajeros recoger sus cosas y no olvidar nada.
Última parada, Tezanos Pintos.
Tragué duro al escuchar aquel nombre de pueblo alejado totalmente de la sociedad.

 — Es nuestra parada, Félix.
Avisó mi rubio amigo, para que en su rostro se encontrara la más grande de las sonrisas ¿cómo podía sonreír en estos momentos?

Una vez se detuvo, bajamos agradeciendo al chofer que sólo nos dedicó una mirada bastante extraña. ¿Nada en este pueblo podía ser normal?
Claro que había leído las leyendas acerca de este pueblo fantasma, siempre en halloween las repetían en la televisión, pero ya saben, no creo en esas cosas.
Lee mayor dirigía el camino, prácticamente íbamos por un camino de tierra rodeado de árboles, aún había un poco de luz y eso me tranquilizaba de a momentos.
Hwang se detenía de vez en cuando a mirar dentro de los carros abandonados que había por allí, no cambian más.
Tiempo después de caminar, Minho prendió su linterna, el sol se iba y yo deseaba que no pudiera ser así.

Llegamos, y las ruinas me daban escalofríos. Todo era descampado al rededor, no había ninguna casa cerca o personas a las que podamos pedir ayuda, sólo un camino extremadamente largo lleno de oscuridad.
Mis manos comenzaban a temblar, pero por el simple hecho de que si nos pasaba algo como que un animal nos atacase no habría nadie a quién pedir ayuda.
La única habitación intacta o bueno eso podríamos decir, era la de Eloisa, aún conservaba su techo y media estructura. Pondríamos una madera de puerta, según Hyunjin.

 — ¿Ya tienes miedo Lee Félix?
Preguntó muy burlón Minho, a lo que sólo negué.

Nos instalamos de maravilla podría decirse, pero aún me daba miedo aquello de los animales. Mucho de la casa no quedaba pero esperaba creer que aquí estuviéramos a salvo.

 — Será increíble poder contarle a Chan que lo logramos ¿no?
Animadamente Hwang habló. Se notaba un poco tenso, pero de igual manera no lo mostraba mucho.
Asentí sonriendo, tal vez así lo tranquilizaría.
Minho era el más calmado, no creía en los fantasmas ni nada por el estilo a pesar de que en todas las ruinas los demás "valientes" turistas escribieron 'cuidado con los espíritus'.

Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal.

Nos sentamos muy tranquilos allí en la habitación arriba de las bolsas de dormir. ¿Y ahora qué?

 — Saben la leyenda de esta casa, ¿verdad?
Comenzó Minho inspirando misterio en su tono de voz.
Negué, pero porque sólo quería que contara su versión.
Hwang no emitió ningún movimiento, con la certeza de que prosiga con su relato.
 — Bien, se dice por ahí que hace más de cien años en esta mansión vivía una familia de buen poder económico, estaba su hija Eloisa, y su hermano mayor que hasta ahora no se sabe como se llama. ¿Increíble, no?
Se dice así, que Eloisa se volvió loca porque su amado la abandonó y nunca volvió. La encerraron en su habitación porque en esos momentos estaba muy mal visto llevar a la gente a los psiquiátricos, más si eras adinerado. Entonces, ella fallece en su oscura habitación. Su hermano al tiempo, también muere.
Cuentan los habitantes de este pueblo fantasma, que si se atreven a dormir en la habitación de Eloisa, osea, donde estamos ahora mismo... Ella aparecerá divagando por el campo y con su belleza te hablará pidiéndote un poco de agua porque está sedienta de esperar a su amado. Mas, si lo haces todo estará bien. Pero, también se dice que su hermano aparece de traje negro preguntando a los turistas si han visto a su hermana, no debes de contestarle sólo mirarlo porque sabe que viniste a invadir su privacidad.
Terminó el pelinegro con una sonrisa.
 — Esa es una de las tantas leyendas que se dicen, uno nunca sabe.
No les voy a mentir, esa versión no la sabía.

Pasamos así un poco, contando anécdotas y demás. Tratando de calamar el ambiente para así poder dormir. Afuera no se escuchaban más que los grillos cantando, y eso me tranquilizaba.
Llegó la peor parte, Hyunjin bostezaba y quería irse a dormir.
Con el corazón en la garganta, puse mi cabeza en la almohada.
Me dormí, o eso creía.
Abrí mis ojos repentinamente. Mi teléfono, sin señal alguna marcaba las 3:30 a.m y se estaba quedando sin batería, maldita sea.
Giré para encontrarme con la espalda de Hwang, y levanté mi cabeza para ver a Lee mayor.

No estaba.

Rápidamente sacudí a Hyunjin con tal de que mi rubio amigo se despertara.

 —¡Hwang, Minho no está!
Ya un poco alterado comencé a golpearlo de manera brusca, hasta que él entró en realidad.
Miró hacia todos lados pero la puerta improvisada estaba como la habíamos dejado.
Sus labios comenzaron a palidecer, esto lo sabía porque habíamos dejado una linterna encendida.

 — Tal vez fue a hacer sus necesidades. O está aquí cerca.
Trató de tranquilizarme. Pero sabía que Minho no desaparecería así como así.
Negué varias veces mientras buscaba las linternas, ¿y si tal vez se había lastimado?
Hyunjin me miró con algo de temor, pero me acompañó.
De repente un grito se escuchó, y el temor renació en mí.
Hwang me miró. Respiré algo entrecortado.

 — ¡Lee! ¿Dónde estás?
Grité algo nervioso, Hyunjin me miró a la hora de que los pasos se escucharan entre las ramas.
 — ¡Lee Minho, contéstame!
Grité una vez más algo desesperado, el terror corría por mis venas.
Le hice una seña al más alto para que camináramos por los alrededores. Él sólo asintió, en sus ojos podía ver la desesperación...

Comenzamos a caminar juntos, y las ramas crugían a nuestro paso. ¿Lee, dónde estás?
Otro grito se escuchó. No podría explicar el miedo que en ese momento sentía.
Esto fue una mala idea.
Sentía una mirada fija en mi nuca y aquella sensación era tan horrible, a Hwang le temblaban las piernas y lo podía notar.
Alumbramos hacia aquella zona, y no había nada, pero hacia allí nos dirigimos con la esperanza de que tal vez allí estaban.
Mi respiración no daba más, mi corazón parecía que iba a explotar. Lee, aparece ya, quiero irme.

Sentía la necesidad de llorar, pero no me lo permitiría.

Pasos se escucharon detrás de nosotros y en cierto caso sentimos alivio. Pero no nos duró mucho, mi piel se volvió tan pálida como un papel.

 — ¿Me darían un poco de agua? Estoy realmente cansada.

(...)

 — Tres muchachos se reportaron como desaparecidos esta semana, ellos no volvieron a verse desde que bajaron del tren hacia el pueblo fantasma de Tezanos Pintos.

BOO ;; STRAYKIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora