Oh Que me Jodan

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"¡Deja de darme la ley del hielo y déjame ayudarte!" Baekho no pudo soportar más su silencio. No quería enojarse con Minhyun pero sentía que el otro estaba llevando todo el asunto del silencio demasiado lejos en este momento. Notó que las lágrimas caían por los ojos de Minhyun y sintió que su pecho se contraía. "Por favor dime qué pasa..."

Minhyun solo podía llorar en silencio ya que no podía hablar. Se llevó las manos mojadas a la cara y se tapó los ojos, fingiendo que todo estaba bien. Todo estaba bien.

¿Por qué te importa lo que está mal? Tú y yo no tenemos nada en común.

Baekho se acercó hasta que pudo alcanzar a Minhyun. Agarró las manos del otro con las enguantadas y las apartó de su rostro. Minhyun comenzó a luchar para que Baekho lo soltara.

No me toques. Déjame ir.

"No te dejaré ir hasta que me digas qué está mal y por qué hiciste esto", exigió Baekho. Minhyun jadeó y miró a Baekho con incredulidad. ¿Este hombre realmente iba a usar su fuerza contra él? Minhyun comenzó a negar con la cabeza y aun así trató de apartar sus manos de las de Baekho. Sus lágrimas sólo se derramaron más cuando el miedo se apoderó de su mente.

Déjame ir. Déjame ir. Déjame Ir.

"Deja de luchar tanto. No estoy tratando de lastimarte", dijo Baekho preocupado cuando se dio cuenta de que Minhyun se estaba destrozando. También tomó nota de las lágrimas interminables de Minhyun y le desgarró el corazón. No podía entender por qué Minhyun estaba llorando tanto o por qué incluso estaba entrando en pánico sin decir una palabra. Le asustó de alguna manera. Era evidente que algo andaba mal pero no sabía porqué el otro se negaba a decírselo. En su lugar, jaló a Minhyun en un fuerte abrazo, sin molestarse si él también se estaba mojando bajo la ducha. Los ojos de Minhyun se abrieron y el cuerpo se puso rígido cuando los brazos de Baekho se envolvieron alrededor de su cuerpo con firmeza.

No no no no. Nnonono.

Minhyun intentó alejar a Baekho con solo una pequeña superficie de sus palmas, pero ya sabía que no tenía sentido. Baekho era mucho más fuerte que él y el otro era inflexible en que las cosas salieran como él quería. Eso fue lo que Minhyun pudo decir desde su primer encuentro.

Por favor para.

Baekho deseaba que Minhyun simplemente le hablara. Sabía que no empezaron con el pie derecho, pero tampoco quería que las cosas fueran así porque, por alguna razón, se preocupaba por el otro mucho más de lo que pensaba. Minhyun dejó de luchar cuando sintió el cuerpo de Baekho presionando aún más contra el suyo. Pecho contra pecho. Cadera contra cadera. Piernas enredadas entre sí. Volvió a paralizarse de miedo. Sus pensamientos volvieron al momento en que el hombre había tratado de hacerle algo. Tocarlo. Se atragantó con su propia saliva y jadeó, pero Baekho no se dio cuenta ya que lo estaba abrazando y Minhyun técnicamente no estaba haciendo ningún ruido obvio. Cerró los ojos, tratando de sacar los pensamientos de su cabeza solo para ser reemplazado por sus sueños con Baekho y cómo había pensado que habría sido mucho mejor si hubiera sido Baekho en lugar de ese hombre. Y entonces su cuerpo reaccionó de una manera que nunca antes había experimentado.

Sentía un nudo en el estómago y rodillas débiles y, lo peor de todo, un dolor punzante y creciente en el área de la ingle. Resopló y trató de alejarse de Baekho, pero no pudo. Baekho pareció darse cuenta de lo que estaba pasando ya que retrocedió un poco y miró hacia abajo. Minhyun se quedó allí con las mejillas enrojecidas, un estado mental confuso y un latido cardíaco palpitante. Tampoco entendía lo que estaba pasando con su cuerpo, solo que no se sentía en control y que odiaba tanto ese sentimiento.

Mi mano y la tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora