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Mingi no se sorprendió al aparcar frente a la plaza del barrio donde vivía Hongjoong, en uno de los distritos al sur de la ciudad. Más se sorprendió el no haber pensado que su amigo se podría encontrar acá.

Bajó del auto cerrándolo con un clic y subiéndose el cierre de su sudadera, guardando las llaves en su bolsillo junto a su teléfono. Pasándose una mano por el cabello naranja, caminó hacia la plaza poco concurrida, en busca de una cabellera blanca entre las bancas.

No le tardó demasiado, la plaza no era grande y Hongjoong destacaba por ser pequeñito y de cabello teñido, no le costó nada encontrarlo dándole la espalda en una de las bancas.

Mingi se quedó un par de pasos detrás, sin decir nada, empujando la punta de su lengua contra su mejilla mientras intentaba darse fuerzas. Quería darse vuelta y huir a los brazos de Yunho en este momento, y sabía que sonaba cobarde, pero Mingi realmente evitaba este tipo de situaciones cuando intuía que saldrían mal o lo acorralarían a una situación incómoda, y eso era lo que más evitaba en el mundo. Por tal razón ahora mismo estaba pensando seriamente en llamar a Yunho para ir a buscarle y fundirse en sus brazos porque se sentía cómodo y en casa.

Negó con la cabeza, y suspirando, se acercó los cortos pasos que le separaban de Hongjoong, cruzando por un costado de la banca y llamándo la atención del mayor antes de desplomarse en un extremo, sin mirarle.

Ambos se sumieron en un silencio totalmente incómodo, Mingi no había volteado a ver a Hongjoong, pero le pudo ver sobresaltandose con su llegada y escaneándole de pies a cabeza mientras él no tenía la valentía para girarse hacia Hongjoong.

Más sin embargo, Hongjoong no le dijo nada, esas pestañas largas del peliblanco no se escapaban de su figura, como a la espera de que dijera algo, y Mingi esperaba lo mismo, aunque dándose cuenta ahora, era ridículo esperar algo de Hongjoong cuando fue el mismo que pidió verlo, y que en realidad Hongjoong debía estar esperando por él y lo que sea que fuese a decir.

"Sé que te gusto", soltó sin más, sorprendiendose a si mismo y a Hongjoong a la vez, quien se quedó en blanco y palideció.

Mingi no volteó a verlo, tragando saliva al notar que Hongjoong estaba más tieso que una roca. No podía hacerle frente a una situación así porque no estaba preparado y no podía ver mal a Hongjoong. Pero este se quedó en silencio por al menos dos minutos, haciendo sudar aún más las manos de Mingi.

"Fue Seonghwa, ¿cierto?", susurró el mayor, con voz estable, Mingi solo asintió.

Abrió los ojos con espanto cuando Hongjoong se levantó de golpe de la banca hecho una furia.

"Ese maldito imbécil", masculló, comenzando a caminar con el rostro volviéndose rojo de la ira. Y Mingi se levantó entre confundido y asustado por su amigo, "¡Me las va a pagar!¡Park Seonghwa hijo de puta, de mi no te escapas!", comenzó a gritar, con las manos apretadas en puños.

"¡Hongjoong hyung!", Mingi se alarmó, alcanzando a Hongjoong en un par de pasos y colocarse frente a él para detenerlo. Pero apenas tocó al peliblanco, este chilló en su cara y se alejó de su tacto.

"¡Sueltame!¡Tengo que patear a Seonghwa por traidor!", Mingi intentó sujetar los brazos de Hongjoong, pero este se escurrió por su costado e intentó correr lejos de él.

"¡Hongjoong!", gritó Mingi, llevando sus manos a su cabello para tironearlo antes de comenzar a correr detrás de un insolente Hongjoong en busca de Seonghwa, y cuando volvió a alcanzarlo -era fácil alcanzarlo por su altura-, lo sujetó de la cintura y le elevó en el aire.

"¡Dejame ir a buscar a ese traidor infeliz de mierda!", el peliblanco pataleó en el aire, intentando removerse de los brazos de Mingi aún con el rostro rojo.

𝑲𝑰𝑵𝑫𝑬𝑹𝑮𝑨𝑹𝑻𝑬𝑵 𝑩𝑶𝒀 ⸗ ʸᵘᶰᵍᶦ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora