I'll wait for you forever

II

Al pasar las horas veo que en un momento Marco recibe otra llamada, le pide permiso al profesor para atenderla, pero lo que no me esperaba era que al mirarlo por la venta soltó su teléfono y quedó cómo una piedra, de inmediato salí del aula, le pregunté qué había sucedido y su respuesta me dejó helado...

- O-Olivert....

- ¿¡MARCO?! ¿Qué sucede? –en aquel momento mi corazón empezó a latir rápidamente-

- M-mi... -se rompe en llanto- mi padre ha muerto, ¡Olivert!, ¿y ahora qué? Me ha dejado solo al igual que mi madre. P-por favor, vamos a mi casa.

- P-por supuesto marco, ven, sostente de mí y tranquilo, yo estaré a tu lado. Estaba realmente impactado, pues el padre de marco fue como mi padre, siempre estaba ahí para escucharme, cuidarme e incluso alimentarme cuando mi madre no lo hacía, quería romper en llanto, pero debía ser fuerte en frente de mi amigo, no quería ponerlo más mal de lo que ya estaba. De camino a su casa ninguno de los dos dijo una sola palabra, lo único que le dije fue que tomara un poco de té para relajarse, cosa que lo hizo sonreír, aunque haya sido una sonrisa pequeña me sentí como si le ayudara un poco, nunca había sido bueno con las palabras así que no me animaba a darle alientos porque sabía que terminaría empeorando las cosas.

- Oye, Olivert...

Escuché la voz de marco, lo sentía realmente mal, no se escuchaba con la misma chispa de siempre. - ¿si, Marco? ¿quieres algo más?

-No, no te preocupes, solo quiero saber si es verdad lo que me has dicho hace un rato...

- ¿uh? ¿Lo de estar a tu lado? –dije un poco sorprendido-

- si... no te sorprendas, sé que lo has dicho porque estaba mal y tú querías subir un poco mis ánimos, gracias por hacerlo.

-no estaba entendiendo nada, pues todas mis palabras eran sinceras- Oye, ¿de qué hablas? Sabes que no soy de esas personas, siempre estaré a tu lado, no importa nada más que tú, siempre serás mi prioridad y tu felicidad está primero que la mía. Así que deja de decir tales cosas.

- Oh, perdón... es solo que a veces es raro oírte decir cosas así, Olivert, te quiero.

*Marco*

Al recibir la llamada de mi madre me sentí destruido, aquella persona que fue un superhéroe para mi había fallecido, mi madre debía estar más devastada que yo por lo cual yo debía ser más fuerte y darle un poco de aliento en este momento tan duro que ambos estábamos afrontando. Aunque yo estaba un poco mejor gracias a las palabras de Olivert, no sé si solo fueron para animarme o si fue real; de todas formas, más tarde le preguntaré. De camino ninguno de los dos había dicho algo, así que decidí romper ese silencio, no sabía que estaba diciendo y al percatarme ya era tarde, le pregunté acerca de las palabras que había dicho hace algunos minutos, él simplemente puso una expresión de asombro y dijo algo que dejó muchas cosas claras en mí, cosas que aún no las podía a llegar a entender muy bien.                                                         

estábamos a punto de llegar a mi casa... al lugar donde ya no estaba mi padre, un lugar vacío, sin la presencia de una de las personas que mas amaba. Mi cabeza estaba totalmente revuelta, un fuerte dolor en mi estomago no me dejó pensar más claramente ahora el único que podía tranquilizarme era Olivert, pero cómo le diría que me ayudase a tranquilizar de seguro el también está mal, pero creo que seria bueno ayudarnos a tranquilizarnos mutuamente, ¿o no? Ya no sé que hacer. Antes de poder tomar una decisión ya habíamos llegado a la parada que estaba cerca de mi casa; estaba totalmente paralizado.

*Olivert*

La parada estaba ya a la vuelta de la esquina, la verdad ya me había calmado un poco, pero aun así tenia un gran dolor en mi pecho, me resultaba difícil tragar saliva, pero al parecer yo no me encontraba tan mal como Marco, un tono blanco se apodero de él, estaba realmente pálido, quería decirle algo y calmarlo un poco, pero justamente en ese momento no salían palabras de mi boca, me odiaba; siempre que quería hacer algo bien todo terminaba mal.

Al fin habíamos llegado a la parada, fue un camino largo y más con aquella tensión que había entre nosotros, me bajé, pero sucedió algo con marco, su mirada estaba totalmente perdida, se encontraba totalmente inmóvil. Le toqué el hombro haber si reaccionaba, pero no, Marco seguía como una roca hasta que después de unos segundos reaccionó, de sus ojos empezaron a brotar lágrimas, en situaciones así no sabría qué hacer, pero esta vez fue diferente, le abracé como si ésta fuera la ultima vez que lo hiciera. Después de aquel abrazo él se compuso un poco, caminamos hasta llegar a su casa y al tocar la puerta alguien que yo no conocía nos abrió la puerta, volteo a ver el rostro de Marco y éste cambió a una expresión de repugnancia.

-- ¿usted que hace aquí?

-- vine porque tu madre me llamó, ven y dame un abrazo.

-- no, me da asco, aléjese. -dijo con un gesto de desagrado-

No entendía nada, hasta que marco me dijo la identidad de aquella persona.

-- Oliver, él es...