Capitulo 1: primer encuentro

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Un camión de mudanza llegaba al frente de un edificio de apartamentos

Terushima: hey! ¡Pecas!

Exclamó llamando la atención del chico de cabellos algo verdes

Yamaguchi: ah

Levantó un poco su mano, su compañero lanzó la lata de cerveza, atajándola con la mano que había levantado y comenzando a abrirla

Yamaguchi: gracias, te lo pago luego
Terushima: no es necesario

Dijo llegando al lado de Yamaguchi, apoyando la espalda contra la pared al igual que su compañero, quien bebía la cerveza observando los trabajadores del camión cargando las cajas

Yamaguchi: ¿alguien se muda?
Terushima: desde nuestra pequeña pelea con la banda de Tendou muchos del edificio decidieron mudarse
Yamaguchi: vamos~ que no fue una discusión fuerte
Terushima: es cierto, solo le rompí la nariz a ese chico...como se llamaba...a ver...¿Futakuchi?
Yamaguchi: pff

Se atragantó con su cerveza, riendo junto con Terushima, estaban en sus risas mientras un auto negro y fino se parqueó delante de ellos, haciendo dar un silbido a Terushima ante la belleza del auto

Terushima: mira esa belleza
Yamaguchi: en tu vida podrías comprarlo
Terushima: vamos~ no seas grosero, si no gastara en cervezas y cigarrillos podría comprarme uno

Rieron, un tipo alto salió del auto, se veía refinado, era rubio, usaba lentes negros, sus ojos eran serios al igual que su expresión, llevaba un traje tan fino como su auto, y el teléfono que apenas salía del bolsillo de su pantalón también se veía cuidado

Terushima: mira eso, es un millonario
Yamaguchi: si fuese millonario no vendría por aquí

Sugirió dándole otro sorbo a su cerveza, observando al rubio de arriba a abajo, observando el fino caminar, sus zapatos de charol brillantes y limpios, y su contextura delgada que iba bien con el traje

Yamaguchi: jamás podría vivir por aquí
Terushima: quizás no viene a vivir por aquí

Se equivocaba, de inmediato le miraron hablar de lejos con los conductores del camión de mudanza, dándoles algo de dinero, bastante para ser en efectivo, y señalando la puerta del edificio de apartamentos

Yamaguchi: ¿por qué iría a vivir en un lugar donde las pandillas suelen pelear?

Terminó su cerveza, pero no apartó la mirada del rubio

Terushima: cambiando de tema, conocí a una chica en un bar hace unos días, la ex de uno de la banda de Tendou al parecer
Yamaguchi: ¿vas a acostarte con ella?
Terushima: te la presentaré si quieres
Yamaguchi: naa

Dijo sin apartar su mirar del rubio, quien seguía conversando con los conductores y trabajadores de la mudanza

Yamaguchi: no he tenido interés en esa clase de cosas últimamente
Terushima: casi nunca de echo

Mencionó, quedaron en silencio un segundo un segundo hasta que alguien corrió al frente de ellos, tomando la chaqueta de jean de Yamaguchi (la cual colgaba de su cadera) y corriendo con ella

Yamaguchi: ¡maldita sea! Ahí está mi teléfono

Mencionó comenzando a correr, dándole una seña con los ojos al hombre del camión, pero este le ignoró haciéndose a un lado dejando pasar al hombre con la chaqueta robada, sin embargo el hombre rubio tomó el brazo del ladrón, tomando la chaqueta

Yamaguchi: muchas gracias

Dijo tomando la chaqueta, Terushima lanzó al hombre del camión, haciéndole rebotar contra el mismo camión del que era cargo

Terushima: ¡mi socio te dijo que lo detuvieras! ¡Pedazo de mierda!

El hombre de la mudanza se reincorporó en su postura normal, -ví la seña- mencionó el hombre rubio, el hombre del camión dio una mueca de desagrado -señor, con todo respeto, la chaqueta que salvó de ser robada le pertenece a un tipo diferente de ladrones- el hombre rubio miró a Yamaguchi ante las palabras del hombre del camión

Yamaguchi: no somos ladrones
Terushima: contrataste a una mierda

El hombre rubio desvió la mirada, comenzando a ignorar tanto a Yamaguchi como a Terushima, quien comenzó a caminar hacia atrás

Terushima: ¡no vamos a devolverte el favor imbécil!

Sacó su dedo del medio, el hombre rubio le miró de reojo y ni siquiera se exaltó ante los actos algo "vulgares" de Terushima

Yamaguchi: nos miras como si fuéramos escoria o como si tuviésemos alguna clase de demencia, la gente de dinero siempre es así, como rescataste mi chaqueta creí que eras diferente

Dijo a pesar de ser ignorado (aunque realmente el hombre rubio le había escuchado) y solo le dio la espalda hasta alcanzar a Terushima

Terushima: ¿¡quien se cree que es!? No es divertido en lo absoluto

Seguía quejándose a pesar de estar lo suficientemente lejos

Terushima: ¡agh!

Se detuvo, Yamaguchi le volteó a ver, entre su chaqueta Terushima sacaba la caja de cigarrillos

Terushima: ¿quieres uno?
Yamaguchi: ahora no
Terushima: no entiendo como puedes negarlo

Sacudió suavemente la caja logrando sacar uno, guardando la caja y sacando un encendedor, dandole el fuego necesario hasta encenderlo, metiendo el cigarrillo a su boca mientras guardaba el encendedor en la chaqueta, para luego sacar el cigarrillo y expulsar el humo

Yamaguchi: verte fumar es todo un arte
Terushima: tienes que saber disfrutar el sabor del cigarrillo, si no, estás enfermando tus pulmones para nada
Yamaguchi: si genial, ¿desde cuando tener cancer vale la pena?

Dió una risa sarcástica, para luego fijarse en su reloj

Terushima: mierda, tú trabajo
Yamaguchi: agh, por un demonio, ¡me voy! llegaré solo dos minutos tarde si me voy ya
Terushima: si, ¡ah! Noya dice que lo busques cuando puedas
Yamaguchi: si lo vez dile que lo veo luego del trabajo en el callejón al lado del supermercado
Terushima: claro

Yamaguchi corrió, quitándose la chaqueta y volviendo a atarla a su cadera, desatando su cabello y volviendo a atarlo para que se mirase más "arreglado" y así pudo llegar algo decente a su trabajo (un pequeño supermercado)

Lev: llegas tarde
Yamaguchi: me entretuve en la calle, pero ya estoy aquí
Lev: ¿quieres acomodar las revistas?
Yamaguchi: ¡déjamelo a mi!

Corrió tomando la caja con las revistas de la semana, dirigiéndose al estante para acomodarlas, comenzando a separarlos por género, en eso, un hombre entró a la tienda, dirigiéndose al sitio de las revistas, de inmediato Yamaguchi miró de reojo, notando que era el hombre rubio y alto de la mañana

Yamaguchi: vaya que eres alto eh, ¿cuánto mides? ¿1.95? ¿1.90?

Sin embargo no respondió, el hombre le ignoró, revisando las revistas que recién habían sido acomodadas, entre todas Yamaguchi tomó una de la caja y la ofreció

Yamaguchi: ¿buscas algo para esta noche?

Dijo divertido con la revista para adultos entre sus manos, si, una revista bastante atrevida, de mujeres con un busto grande, sin embargo el hombre la apartó

Yamaguchi: y...ya veo

-el periódico- dijo por fin en un tono monótono -ya que quieres ayudar, busco el periódico- dijo de nuevo

Yamaguchi: ...el...el periódico...¡ah! Está al lado de las cajas registradoras

Dijo amable, -Gracias- dijo, pero Yamaguchi le detuvo sosteniéndole del hombro, de inmediato el hombre rubio le apartó la mano

Yamaguchi: dime tu nombre, ¿o tendremos que conocerte por los alrededores como el hombre alto y rubio?

El hombre dio un mal gesto -No veo porque deberías conocer mi nombre, emo- se retiró dejando a Yamaguchi con la revista entre sus manos

Yamaguchi: ni siquiera soy un emo

Dijo para sí mismo algo ofendido

Continuará...

Opuestos - Tsukiyama (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora