Me besaba con pasión y amor mezclados, colocó una de sus manos en mi mejilla y la otra en mi cintura. Se separó unos milímetros de mí para tomar aire y en cosa de nada lo tenía nuevamente en mis labios. Enredé mis manos en su suave cabello y cerré los ojos disfrutando del beso. Era una necesidad. Su lengua jugaba con la mía y me hacía sentir que no me encontraba en este mundo. Era como una droga, cuando lo pruebas, quieres más y más.
Sentía que dependía de sus besos. No necesitaba más que eso. Me separé un poco sin dejar de besarlo para poder verlo y él me miró tan arrepentido que lo único que se me ocurrió fue volver a pegarme a él y besarlo con todas mis fuerzas.
Esto iba a pasar a mayores y yo no quería. Empezó a besar mi cuello por lo que lo detuve. Agitada le hablaba.
–Tengo.. que irme ___.-su mano se posó de nuevo en su costilla.
No podía permitir que después de esto el se fuera.
–Quédate.. después de todo.. los dos vivimos solos, en casas diferentes.
–No puedo.. aprovecharme de esa manera..-cerró sus ojos.–No quiero molestar.
–Déjate de tonterías, te quedas y punto.
Después de eso me separé de el, le dije que se recostara se negó. Le dije que iba a preparar algo de comida, y dijo que me ayudaría. Se levantó y lo guié hasta la cocina.
Prendí la luz y vi que podría hacer.
–¿Que comen los vegetarianos?.-me preguntó.
–Ensaladas, pastas, galletitas, ortalizas.. entre otras.
–¿Tomas leche?
–Sí.
–Pero es de un animal..
–Vivo... es de un animal vivo. No muerto.-le dije.
–Ah.
El se sentó. Comimos. Le había preparado algo de hamburguesas. Me había dado tanto asco pero por suerte lo intenté y por él hubiera hecho aún más cosas.
Me sentía tan bien.
–Siento como que te conozco desde siempre..-dijo de repente, preste atención.–¿Sabes? cuando viniste aquí supe que algo en mí cambiarías.. pero aún no se que es.
Fue tan lindo escuchar esas palabras de él. Después de todo, lo ignoré. ¿Porque? porque no quería seguir con esto.
Se hacía de noche y el seguía ahí conmigo, aún lado. Estábamos viendo la tele. Los dos nos sentimos incómodos por un momento.
–¿Sigue doliendo?.-le pregunté.
–Aún no entiendo porque lo tuve que echar a patadas ____ ¿me explicarás? te salvé la vida, un poco más.
Dejé que me mirara y estaba decidida que iba a contarle.
–Una tarde estábamos hablando lo más normal, de pronto el hablar se fue a la mierda.. y subimos los dos de tono las voces. No recuerdo bien que era.. porque habíamos peleado. La conversación se fue.. a las manos sobre él. Me golpeó tan fuerte que hizo que mi cara se inflamara, desde ahí mi reputación como ejemplo para mis padres se había arruinado. ¿Que les diría? ¿Que me había caído? ¿Que me había golpeado? No, tendría que ser experta en mentiras, y jamás había experimentado con alguna mentira. Siempre fui directa para todo. Y tampoco les había mentido a ellos con nada.-Suga me prestó más atención, su ceño estaba arrugado y me miraba serio.–Luego de eso, lo volví a ver, le dije que no quería que me siguiera lastimando el dijo.. que me amaba y que lo había sentido. Que no era su intención..-empecé a llorar tanto que ni siquiera podía hablar, pero siempre lo hacía en silencio.– Pasaron 3 meses, y el volvió a pegarme, así de la nada un día estábamos en casa los dos, solos. Y vino de trabajar cuando el solo.. me pegó, de nuevo. Bueno así estuvo durante dos años.. cada vez mis golpizas aumentaban y yo ya no sabía que decirles a mis padres.. hasta que me arriesgué. Le comenté a mi padre, y dijo que siguiera actuando como si nada.. no entendía. Era como decirle que el blanco se había convertido en negro cuando te dabas cuenta de que seguía blanco.. y no negro. ¿Me entiendes?..-asintió.– Otro de esos días, volvió a golpearme de nuevo y esta vez me había casi noqueado.. no quería saber más nada de él. Había algo en mí que me decía que yo siga con el.. lo amaba Suga.. lo amaba tanto.
