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Una vez se le menciono que para ser alfa debía dejar de lado los sentimientos, debía mostrar su orgullo ante todos y cada movimiento pero esta vez era difícil. Esta vez mantenía la cabeza abajo mientras los guardias reales revisaban sus cosas, miraban sus telas e incluso cuando un beta le dijo al oído que "si se aburría del rey fuera por él".

El trato era indigno, jamás mereció ser tratado así ningún omega debía ser tratado como un objeto al que cambias de lugar, ningún omega era digno de ser humillado.

— ¿Han acabado ya? Debo presentarme ante el príncipe por petición del...— TaeHyung se vio interrumpido.

— ¿Quién te ha dado permiso para hablar, omega? — Menciono el guardia alfa molesto.

YoonGi observaba todo desde el comienzo de la gran habitación, quería ver si todo ese balbuceo de que fue entrenado como alfa era real, quería saber si ese omega podía valerse por sí mismo sin ayuda de ningún alfa pero jamás espero aquello.

El omega en unos segundos tenía la espada que el guardaba en su cintura en el cuello de aquel guardia alfa, observó como una gota de sangre descendía por la pálida piel del guardia, vio los ojos de terror en el afectado pero los ojos de TaeHyung estaban fríos, repentinamente sin expresión alguna.

— Ten respeto, no soy como tú.— Dijo.

TaeHyung estaba molesto, su actitud lo hizo desafiar aquel guardia. Es que al omega no le agradaban las falta de respeto en contra los omegas machos.

Era verdad que eran mucho menos fértiles que una omega, era verdad que eran de más cuidado por su fisiología e incluso era verdad que podían ser de más cuidado que cualquier omega pero eso no le quitaba el hecho de ser un lobo, un fuerte y poderoso lobo que también podía desgarrar gargantas si se lo pedía.

Cuando el beta intento atacar al menor el príncipe entro en la habitación con una sonrisa en el rostro, no aceptaría que nadie le haría daño a ese regalo tan sin igual.

— A tu lugar...— Menciono el futuro rey haciendo que el beta se pusiera rígido luego de hacer una reverencia.— Cariño suelta la espada, por favor.— TaeHyung quiso gruñir por el apodo denigrante.

El no era el Cariño de nadie, no tenía tiempo para enamorarse mucho menos para jugar a eso de ser el omega de un alfa, era un alfa de corazón que tenía que seguir cuidando de los omegas que estaban en las calles. Sin quererlo vino a su mente su mejor amigo, un omega igual que él al cual entreno y cuido solo por ser dos años menor que él.

Bajo la espada lentamente tirando al suelo, no podía ser real, nada esto se sentía bien porque pudiendo desgarrar la garganta de ese estúpido alfa no lo hizo porque aún quería conservar lo único que le quedaba, la vida.

— Te cambiaré a los guardias pero por favor mantén la calma.— Los ojos del menor se llenaron de lágrimas de rabia, era lo que menos tenía.— Vamos, necesito hablar contigo.—

Salieron de lo que sería el cuarto de TaeHyung caminando por los largos pasillos de aquel costoso palacio en el que no se encontraba, miraba las pinturas que posiblemente en otra situación lo hubieran deslumbrado, la decoración era fantástica como todo en aquel lugar.

Miró de reojo el fuerte caminar del próximo rey, había escuchado todas y cada una de las historias de aquella cicatriz que adornaba su rostro pero había encontrado la real cuando por petición de su padre había matado a los reales culpables de ese horrible atentado.

Quiso disculparse por su padre pero no podía, la primera regla para convertirse en un alfa era la lealtad a tus familiares por lo que hablar del repugnante hecho que había perpetuado el viejo Kim era imposible aparte al futuro rey parecía agradarle aquella cicatriz.

Cuando llegaron al sitio donde supuso que hablarían se dió cuenta de varios detalles, era un salón gigante que era liderado por un omega en particular, habían alrededor de cinco chicos y tres chicas, todos se inclinaron ante YoonGi.

— Te unirás a ellos, uno de ustedes me dará un heredero y para quien lo logré será bendecido con ser mi rey o reina.— TaeHyung se mordió el labio con fuerza al sentir la mano de YoonGi posarse en su espalda baja.

— ¿Esto es lo que somos para usted? — Pregunto con la voz distorsionada.

Se sentía asqueado y unas inmensas ganas de gritarle en la cara que los omegas no eran solo una encubadora.

— Si.— Respondió seco YoonGi.

Desde pequeño supo que el amor en su vida no tenía cabida, que nadie jamás lo aceptaría como rey por aquella cicatriz en el rostro, que nadie lo iba a amar realmente porque estaba marcado de por vida y que su cara ya no era digna de amar o adorar.

— Es una pena porque si piensa que al menos yo me acostaré con usted para asegurar una vida prospera y una seguridad está muy equivocado, señor.—

TaeHyung refutó mirando hacia al frente aún al lado del próximo rey, YoonGi lo miro mal y los demás omegas estaban sorprendidos porque nadie de su rango se había atrevido a reclamarle nada al futuro rey.

— Serás el primero entonces.— Dijo YoonGi.

— Para hacerlo tendrá que matarme o violarme y no creo que el rey lo permita, si algo se debe este reino es que siempre se respeto la palabra respeto.— TaeHyung miro a YoonGi, este le mantuvo la mirada.— Usted lo único que podrá obtener de mi es protección porque jamás le daré un hijo, jamás.—

Tomo la poca valentía y dignidad que le quedaba y salió de aquella habitación con un nudo en la garganta, se sentía inútil y pasado a llevar.

Camino a los jardines lo más digno posible hasta que llegó a lo que parecía un almacén, se dejó caer en el suelo y por primera vez en mucho tiempo se permitió exteriorizar sus sentimientos después de todo ahí era un débil omega.

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El Regalo Del Rey.  (YoonTae) EMISIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora