Otro comienzo

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Estaba ocurriendo de nuevo, leves como el viento, pequeños fragmentos se acumulaban a su alrededor creando imágenes.

¿Estaba soñando de nuevo?

Lluvia, una muy tenue, llegaba a sus oídos desde la lejanía, parecía estar marcando el inicio de una tempestad.

¿Qué estaba haciendo en ese lugar?

Sus ojos parpadearon varias veces mientras intentaba asimilar que ocurría, de alguna manera, parecía como si ya hubiera estado allí antes; una guarida, en medio de las rocas, hecha de madera y lianas -para poder estar estables-. No poseía una puerta, ni tampoco sillas o sofás, era una última oportunidad de escape, un lugar donde debían de sentirse seguros.

Entonces ¿por qué estaba temblando?

Bajó la mirada sorprendiéndose en el acto, en sus brazos había un bebé, sereno y dormitando, soltando unos leves suspiros mientras se sumía en un sueño que parecía ser sereno. Sin una razón que se lo explicase, la vista de aquella tranquilidad calmó sus sentidos. A fin de cuentas, tenía razón, esto era un sueño, uno de esos que habían sido cada vez más repetitivos, similares escenas, pero siempre las mismas personas. Aquel bebé definitivamente le recordaba a alguien, el único problema es que no lograba saber quién.

Intentó mover sus pies, pero al parecer el cuerpo de aquel sueño no le hacía caso, estaba sentada e inmóvil; sólo podía ver y nada más. Incluso sus anteriores acciones no fueron por su libre albedrío; Algo más tenía el control de ese cuerpo y sólo quería que viera lo que sucedía.

Sin más, decidió esperar, iba a despertarse en cualquier momento (eso esperaba con todas sus fuerzas de voluntad) no quería quedarse allí, un sentimiento la estaba incomodando, sin saber el porqué, estaba segura de que un suceso infortunio pasaría en ese mismo lugar.

-¡Annie!- Aquello la sobresaltó, una voz había llamado su nombre, una voz que no reconocía.

Su mirada giró de nuevo, apuntando a una hendidura, que de seguro era la única manera de entrar a ese lugar.

De allí surgió una figura, un niño de cabellos castaños -lo único que logró ver entre tanta oscuridad- y la cual no le permitía ver su rostro con definición. Sus ropas estaban desgastadas y parecía cansado. Sin embargo, como si fuera una palanca, esa "Annie" de aquel sueño había sonreído, no lo veía, pero podía sentirlo, la presencia de ese chico la había llenado de felicidad.

-Hermano, regresaste- ¿H-hermano?

-Tranquila, todo estará bien- Sintió un cosquilleo en su frente al tiempo que el chico se acercó, agachándose y quedándose al frente de ella.

Aunque allí lo notó, no era la oscuridad del lugar lo que le impedía ver el rostro del chico, simplemente veía una imagen borrosa; su rostro no podía detallarlo, no lo veía, aun así, lo único que logró identificar fue una sonrisa que se incrementó cuando agarró su mano.

-y... ¿Cómo está la gran leyenda?- Susurró mientras acariciaba al bebé que seguía soltando suspiros.

-Muy bien- Aun no podía acostumbrarse a escuchar su propia voz cuando estaba consciente de que no lo había hecho por su cuenta. Esto no era un sueño, no podía serlo. Era... Demasiado real.

-Pronto despertará- Sus ojos se posaron en los del chico, que seguían irreconocibles -Los protectores van a venir ¿Cierto?

La sonrisa del chico se desvaneció siendo reemplazada por un gruñido leve -Tienen que hacerlo, eso fue lo que nos prometió papá- Volvió a acariciar su cabello -Annie, no te preocupes, tu hermano está aquí.

-Lo sé, lo sé muy bien- El terreno empezó a desvanecerse, estaba despertando, por fin esta extrañeza iba a terminar, sin embargo, justamente cuando ya estaba desapareciendo del todo, un sonido seco llenó el ambiente, la guarida estaba cayendo en pedazos y un grito aturdió sus oídos.

-¡Annie!- Abrió sus ojos de golpe y se levantó de inmediato, con la respiración agitada clavó sus ojos en el suelo mientras intentaba mantener la calma -Annie- Al escucharlo con claridad, giró con suavidad hacia la persona que había la había llamado y soltó un resoplido de alivio al ver que era su compañero de viaje.

-Akira- Soltó una sonrisa forzada -No me asustes asi- A pesar de su tono burlesco, su compañero agarró su mano llamando su atención.

-¿Otra pesadilla?- Los ojos de Akira parecían apagados, con una expresión de seriedad que incluso a esas horas de la tarde le recordaban el aura tan temible que suele soltar.

-No- respondió de inmediato, no iba a dejar que él lo supiera. La mirada del de cabellos oscuros empezó desde sus ojos y terminó en sus pies.

-Estás temblando- Proclamó -¿Fue de nuevo ese Pokémon?- Annie se lo quedó mirando, soltando un resoplido en el acto. Definitivamente no podía ocultarle nada a Akira.

-No, esta vez no- Murmuró -Esta vez me encontré con un chico al que no reconocí.

-¿Algo más?

-Un bebé, estaba en mis brazos- A pesar de que había ocurrido hace unos segundos, aquellos sueños se desvanecían con rapidez, por lo que Akira se había tomado la tarea de usar su propia memoria como "base de datos".

-¿El lugar?- Espero en silencio, pero recibió el gesto que se esperaba, Annie estaba negando con la cabeza.

-Nada, nada más- La desilusión estaba en su tono de voz. Akira levantó su rostro y colocó su mano en la mejilla de ella.

-¿Segura?- Era difícil ver sus ojeras y quedarse tranquilo, Annie estaba sufriendo mucho desde que empezaron esas pesadillas... Como ella les decía. Sin embargo, Akira sabía que no lo eran, ni siquiera podían asemejarse a una de ellas, pero ¿Cómo podía decirle que era la realidad? Que aquellos sueños eran en verdad... Sus recuerdos arrebatados.

Él mismo desconocía el porqué de su regreso, se suponía que aquel "ser" debía de tenerlos, debía de haberlos devorado hace bastante tiempo, pero allí estaba, intentando cumplir la única tarea de su vida y en la cual estaba fallando miserablemente.

-Sí- Sonrió de nuevo mientras se acercaba a él con lentitud -Aki...-

-Lo sé- Respondió de inmediato, sabía lo que ella le solicitaría -Lo haré, me quedaré aquí- La recostó con suavidad -No me moveré hasta que te hayas dormido por completo.

-Aki...- Su sonrisa pareció intensificarse mientras dejaba que el cansancio la venciera -Recordé algo más...- susurró en medio de su somnolencia.

-¿Y eso es?

-Aquel chico... Era mi hermano- Allí cayó rendida como de costumbre, dejándose llevar por la tranquilidad de tener a alguien protegiéndola. Sí, algo que no era normal en Annie, aquellas pesadillas estaban afectándola de gran manera.

-¿Hermano?- Repitió Aki mientras admiraba como respiraba con lentitud - Asi que ya está comenzando- Con fuerza reprimió su enojo en lo más profundo de su ser, tenía que soportar esta etapa y pronto Annie regresaría a la normalidad. Aun así, esa memoria había marcado el inicio de algo de lo cual estaba seguro.

-La oscuridad es más rápida de lo que esperábamos- Susurró para sí, mientras levantaba la mirada al sol que desaparecía a lo lejos.

- ¿No es así, Rey?-

Un linaje Pokemon II: La busquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora