Capitulo 3

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Le tomo una hora a Andy explicarle a su mamá lo que había estado haciendo durante las horas que no estuvo en su casa. Le contó la verdad, por supuesto. De haber hecho lo contrario, yo no estaría narrándoles absolutamente nada en este momento. Bueno, tal vez estoy exagerando pero la verdad es que Erica no podía parar de dar sermones sobre el peligro que conllevaba el hablar con un extraño, sin contar el gran pecado que había cometido al aceptar que le compraran una remera. Lo bueno es que sus papas no eran de los que te castigan, ni te sacan los celulares o computadores. Solo te dan largos sermones sobre los grandes riegos de la vida o en un caso mas extremo, unas cuantas cachetadas y listo. Andy solo se quedó parada en su habitación, sin decirle nada a su mamá durante el tiempo que duro su sermón. Luego de que el sermón terminó, su madre fue a la cocina dejando a Andy sola en la tranquilidad de su cuarto.

Se recostó en la cama, sin peinarse el pelo, ya que hacia unos minutos había salido de la ducha con el pelo todo mojado y su pijama puesta. Decidió que dormir era una buena opción, ya que estaba cansada y abrumada por todos los dichos de su madre. Había veces en las que solo no podía creer cuan exagerada podía ser una persona, pero su mamá definitivamente rebasaba todo los limites. Como era de esperarse, no iba a dormirse rápidamente, lo que la llevo a tomar su celular, conectar los auriculares y abiri el reproductor que contenía todas las canciones que mas escuchaba, que en su mayoría eran de su cantante favorita, Lana del Rey. Subió las piernas a la pared, dejándolas descansar ahí, con los auriculares puestos. Su cuerpo formaba una perfecta ´´L´´, lo cual era una comodidad absoluta para Andy. Cruzo sus piernas, moviéndolas lentamente de un lado a otro, mientras escuchaba Blue Jeans (su canción favorita), cuando su celular sonó.

Le había llegado un mensaje al Whatsapp, pero como no quería interrumpir ese precioso momento de paz y tranquilidad, no miró el mensaje. Luego de cinco segundos, su curiosidad pudo mas que su tranquilidad y abrió el mensaje. El número era de un desconocido, la foto de perfil tampoco se veía ya que el número era nuevo y su celular no se actualizaba tan rápido para poder ver la foto. Y, el mensaje decía: ´´Te arde en donde te tire el café?´´. En ese momento, y por segunda vez en la noche, Andy sentía como inmediatamente la sangre le subía a la cara. Era él, era Sebastián. Las manos le temblaban, le pasaba casi siempre que se ponía nerviosa por cualquier idiotez. Lo bueno es que en este caso, el auto-corrector le fue de mucha ayuda. Se tomó su tiempo para escribir una respuesta coherente y no cortante para poder enviarlo. Lo que contesto fue: ´´Si, tengo quemaduras de tercer grado por todo el pecho, pero estoy bien´´. Casi al mismo tiempo en que envió el mensaje, el teléfono le marco los dos ticks que usualmente aparecen cuando el mensaje es enviado y recibido por la otra persona.

Sebastián tardo una hora y media en responder el mensaje. Los primeros cinco minutos, fueron tranquilos para Andy, todo estaba de maravilla, su vida era tranquila mienras escuchaba a Video Games. Para cuando pasaron treinta minutos, Andy revisaba cada dos minutos su teléfono, lo puso en voz alta para que las notificaciones se escucharan bien cuando las recibía. Cuando paso una hora, Andy tenía la aplicación abierta con la pantalla desbloqueada frente a su cara, preguntándose si alguna vez iba a contestar o eso había sido todo. A la hora y media, Andy se había resignado. No quería pensar mas en él o en si iba a contestar o no el mensaje, y su mejor forma de olvidarse de las cosas era comiendo. Dejo su teléfono en la cama y fue camino con mucho cuidado a la cocina. Era casi media noche y sus papas estaban dormidos, a igual que Alejandro, su hermano mayor. Todos trabajaban y debían levantarse temprano al otro día, excepto ella. No porque no quisiera trabajar, sino que sus padres preferían que no lo haga. Preferían que Andy trabajara de lo que se suponía iba a estudiar este año entrante. Si, claro.

Llevaba puesta unas pantuflas violetas que en el centro tenían un corazón de color rosa, eran perfectas porque cuando caminaba no producía ningún tipo de ruido. Enfrente de la habitación de Andy, estaba la de su hermano. Al lado de la habitación de Andy, estaba la de sus padres. Por lo que tomo mucha precaución con cada paso que daba frente a las puertas de esas habitaciones, hasta que llego al pasillo en donde no corría peligro de que alguien la escuchara. Se preparo un café negro, con mucha azúcar y unas cuantas galletas. Camino de vuelta a su habitación, teniendo especial cuidado cuando pasaba por las puertas de las habitaciones de sus padres y de su hermano. Cuando finalmente logró llegar a su cuarto, dejo la taza en el piso junto con las galletas, para acomodarse en la cama. Tomó su taza y sus galletas, dejándolas frente a ella, mientras volvía a ponerse su auriculares y escuchar música. Estaba tomando un sorbo de su café, cuando puso play en el reproductor y vio el mensaje.

VeronicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora