Capitulo 7

81 6 0
                                    

Habían pasado ya unos cinco días desde que Andy comenzó a ignorar por completo a Sebastián. No lo hacía porque el hubiera hecho algo, sino por lo que significaba que ella siguiera hablando con el. Lo que su mamá le había dicho ese día, no podía sacárselo de la cabeza así como así. Él no tenía la culpa, por supuesto que no. Pero no podía soportar esa estúpida idea que su mamá había formado en su cabeza, la de que Sebastián y Andy estaban juntos. ¡A penas se conocían hace una semana! Dios santo, ¿Que clase de relación se puede formar con solo una semana de conocerse? Nadie, bueno salvo algunas (muchísimas) excepciones.

Desde el sábado que Sebastián había estado mandándole mensajes a Andy. El primer mensaje que había recibido decía algo de como estaba o si estaba de mejor humor, o si ya estaba mas despierta que la noche anterior. Pero ella no contesto, solo se limito a ver lo que decía. Al rato mando otro, y otro y otro. Mando unos cinco mensajes, en toda la tarde del sábado. Andy no había respondido ni uno. Así pasaron los días, el le vivía enviando mensajes a cada hora y ella solo escuchaba música. Le parecía todo un logro que ni siquiera se limitó a mirar ninguno de sus mensajes ni a contestarlos. Estaba orgullosa de si misma. En algún momento tendría que verlos o limitarse a contestar, lo sabía muy bien.

Se suponía que el sábado vendría nuevamente a su casa, solo faltaban tres días para eso. No esperaba que viniera realmente, pero eso mismo había pensado la vez pasada, así que esta vez podría esperar cualquier cosa viniendo de Sebastián. Todos los días, eran los mismos. Sus papas y su hermano se levantaban temprano para ir al trabajo y ella se quedaba sola en su casa. No es que eso le disgustara, al contrario. Amaba la soledad que tenía, cuando estaba completamente sola en su casa. No había nadie que le dijera que hacer o que la interrogara hasta la muerte con preguntas estúpidas. Podía hacer lo que se le antojara, siempre y cuando, no ensuciara nada o rompiera algo.

Lo que generalmente hacia era escuchar música, comer y dormir. A veces, muy pocas veces, le agarraban ganas de bailar y por alguna extraña razón, se ponía la mejor ropa que tenía para hacerlo. En un día cualquiera, un martes por ejemplo, ella podría estar escuchando Radioactive de Imagine Dragons y le agarraban ganas de bailar. Ponía en pausa su reproductor de música y salia disparando hacía su habitación. Agarraba lo mas lindo que encontraba en su ropero, como por ejemplo unos shorts color negro, bien ajustados (los cuales casi nunca usaba, porque simplemente, no le gustaba como se veían en ella), junto son una remera blanca que le llegaba por debajo de la cintura, con grandes agujeros en vez de mangas. Se pone sus tacones de color negro y sale de nuevo a la ''pista'' que en realidad, es su living. Vuelve a poner la canción desde el principio y... comienza a bailar. O bueno, hace el intento, al menos. Puede pasar solo cinco minutos haciendo eso o horas, probándose toda su ropa, haciendo combinaciones que, nunca jamás en la vida, sabe que va a usar. Pero como esta sola y nadie la ve, o al menos eso cree, todo se vale.

Eso, es una de las cosas que hace cuando pasa casi catorce horas sola en su casa. O sino también limpia. Se pone a limpiar los pisos (de todas las habitaciones), o limpia se pone a limpiar todo el playroom. Pero no limpia porque le da la gana, lo hace por obligación. Si fuera por ella, la limpieza sería una vez al mes, nada mas. Otra cosa que también hace cuando esta sola, es pintarse sus uñas. Lo hace todos los días o bien, pueden pasar días sin que arregle sus uñas. La mayoría de las veces se las pinta, porque ver sus uñas tan arruinadas, le da lastima. Se pone a buscar diferentes tipos de diseños en internet y se trata de imitarlas, pintándolas en sus uñas. Pero siempre o casi siempre le quedan mal, aunque no lo saca, solo lo deja así hasta que vuelve a tener ganas de pintarse. Otra de las cosas que ama hacer y, casi todo el tiempo esta haciendo, es comer. Lo que sea, cosas dulces, saladas, agridulces, etcétera. Todo lo que pueda llegar a encontrar en su cocina. Andy tuvo y tiene, muchos problemas con la comida. Nunca supo muy bien cual era o es, el problema en si. Tal vez ansiedad o una forma de pasar sus emociones. Andy es una persona cero demostrativa. Odia completamente demostrar sus emociones. No le gusta que la gente la vea triste o enojada, contenta o feliz. Nunca nadie supo darse cuenta de cuando ella estaba bien o mal. Nadie, absolutamente nadie. Ni su familia, ni sus mejores amigas, nadie. En eso, era muy buena. Sufrir en silencio, era como un deporte para ella. El único que le gustaba hacer o al menos, sabía hacer. Ya que, si hablamos de deportes, ella odiaba todo deporte existente.

Otra cosa que hace en los días que esta sola, además de comer, cantar-bailar, limpiar y pintarse las uñas, es mirar series de televisión. Durante todo el mes de enero, se decidió por mirar todas las temporadas de su serie favorita, Arrow. También planeaba ver The Vampire Diares, Teen Wolf, Bates Motel, Hannibal, La ley y el orden: Unidad de Victimas Especiales, Casel y muchas otras mas. Pero sabía muy bien que no llegaría ni a ver ni la mitad de todas esas series, excepto por Arrow. Esa si que la vería por completo. Andy pasaba mucho tiempo con su computadora, algo que su papá remarcaba muchísimo y su mamá siempre le ayudaba a recordárselo. De alguna forma, Andy siempre trataba de que ellos pensaran que no pasaba todas esas horas frente a su laptop. Pero siempre encontraban la forma de verla justo en el momento en el que la estaba usando, lo cual hacia todo mucho mas difícil ya que, no tenía otra cosa mas que hacer. Siempre que Andy le decía a su papá que no encontraba otra cosa que hacer en el día, mas que escuchar música y limpiar (ellos solo sabían eso, el resto, era secreto de estado), su papá le respondía lo siguiente: ''Hace ejercicio, anda en bicicleta, corre un par de vueltas a la manzana. No se, hace algo. Salí afuera a tomar aire, no estés adentro todo el santo día con la computadora''. Si había algo que ella realmente odiaba, era salir a sentarse afuera o al menos en el día. En la noche todo era diferente, estando frente a la piscina, sin nadie alrededor, con las luces de afuera iluminando lo justo y necesario. Ahí el escenario cambiaba realmente. De día no era tan lindo, con el calor dando justo bajo la piscina, con todos los vecinos despiertos, el wifi no llegaba hasta ese punto y no, realmente no era una buena opción durante el día.

Luego de haber pasado todo el día comiendo y mirando series, a eso de las siete de la tarde, llegaron los papas de Andy. Su hermano no había llegado primero, lo cual significaba una sola cosa... O bien, era el trafico, o una rubia descerebrada que se encontró por ahí. Si, poco a poco, Andy fue descubriendo todo o casi todo sobre su hermano. Y todo se debía a que el, era muy, demasiado, descuidado. Lo primero que hizo su mamá a penas cruzo la puerta, fue un cuestionario interminable de preguntas con las cuales siempre obtenía las mismas respuestas. Su papá, como siempre, se mantenía callado y en silencio. Se limito solo a saludar y a preguntarle como estaba y como había ido su día. Nada mas. Ella se sentía en total sintonía con su papá, siempre tranquilo y tan despreocupado. Eran iguales, en ese sentido. Pero con su mamá, era todo lo contrario. Ambas eran demasiado histéricas, tal vez era por eso que siempre que encontraban una oportunidad, discutían por una cosa realmente estúpida. Siempre tuvo en mente que su mamá siempre quiso que ella fuera igual o mejor que su hermano, perfecta, arreglada, inteligente, carismática, agradable, sociable y muchas cosas mas, que generalmente se definen como a una persona normal. Es decir, todo lo contrario a lo que es Andrea. En un momento, mientras Andy estaba en la cocina, su mamá le pregunto por él:

-¿Sabes algo de Sebastián?.-ahora, utiliza su nombre. Los dos primeros días era mi ''amigo''.-¿Va a venir el sábado?.-

-No, ni idea.-Y ahí venía el cuestionario de preguntas, para las cuales, Andy no tenía tiempo. Quería ir a ver Arrow, ya mismo.-

-¿No tenes el número de el?.-pregunto, justo cuando Andy cruzaba la puerta de la cocina.-

-Mamá, ni siquiera lo conozco. No lo conocemos, no creo que venga el sábado, porque es un desconocido. ¿Estamos? Así que, por favor, no me preguntes mas de él.-camino lo mas rápido que pudo a su habitación, pero escucho que golpeaban la puerta y tuvo que ir a abrirla.-

-¿Estas peleada con el?.-Otra vez, una de sus muchas estúpidas preguntas.-

-¡NO, MAMÁ!.-Se paró frente a la puerta, a la vez que posaba sus manos en el picaporte.-¡YA TE DIJE QUE NI SIQUIERA...!.-Y como arte de magia, ahí estaba él. Sonriendo como si hubiera motivos suficientes en la vida por los cuales sonreír.-

-Lo que menos esperaba era a que me recibieras a los gritos, ¿Estas enojada?.-ella respiro profundo y dejo pasar al nuevo favorito de la familia.-

Lo que ahora todos suponían, era que Andy, estaba enojada con Sebastián. Pero la realidad, no era eso. Era algo completamente diferente, pero jamás podría decírselo a nadie, porque... bueno, porque sonaría patético. Una vez mas, la cara de sus papas se había iluminado como luces navideñas, al verlo. Una vez mas, iba a ser una noche largisima.

Bueno, no voy a estar por unos días, así que este va a ser el último capitulo que suba hasta nuevo aviso. Voy a tratar de hacer lo posible para escibir el siguiente capitulo, pero no prometo nada. Feliz cominzo de mes a todos, kisses. 

VeronicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora