Capitulo 4

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- Siento lo de su café si quiere le preparo otro para llevar, cortesía de la casa.- dijo Juliana mientras miraba sus manos intentando limpiarla aunque sabia que era inútil ya que necesitaba lavarlas, pero ahora solo quería centrar su atención en lo que fuera que no sea aquella chica con labios perfectos.

Valentina siquiera le respondió, solo observo sus manos y volvió a sonreír.

Juliana le llamo la atención aquello y maldijo a su amigo por haberla dejado sola con una extraña. Camino hacia el baño rápidamente sin dejar de mirar hacia atrás, lavo rápidamente sus manos sin perder de vista a aquella joven extravagante. Miles de interrogantes pasaban por su mente y sobre todo las palabras que usaría amablemente para echarla. Perdida en sus pensamientos, llevo su atención al espejo, el reflejo de una joven cansada y aburrida fue lo que obtuvo a cambio.

-¿A que le tienes tanto miedo Juliana?.- pregunto Valentina desde la puerta haciéndola asustar.

A ti, podría responder ella, pero la realidad es que no es temor lo que sentía de ella, mas allá de lo extraña que podía ser la misteriosa chica de la mesa 13, no le temia. El sentimiento era mas bien temor a si misma.

-Debo cerrar el bar, lo siento pero debes irte.-dijo como pudo Juliana pues Valentina se acercaba peligrosamente a ella, tanto que tuvo que sostenerse del lavado por la tensión.

Valentina volvió a sonreír maliciosamente y luego mordió su labio inferior, mientras su mirada viajaba desde los labios de la moza hacia sus ojos. Sentía desde allí el corazón alocado de Juliana, su respiración irregular y la forma en que sudaba solo le afirmaba a la bruja como la mortal la deseaba.

-Fue un placer.- dijo Valentina tomando la mano de Juliana y acercándola a sus labios para dejar allí un pequeño beso.

Juliana se quedo estupefacta ante esto mientras  la misteriosa chica se fue de ahí y el sonido de la campanas de la puerta afirmaban aquello. Puso su mano en su pecho y trago con dificultad.

Luego de unos minutos se recompuso y recordó que aun debía cerrar el bar, limpio un poco el pisos, hizo las cuentas de la caja, guardo el dinero en el lugar secreto, tomo la llave entre sus manos mientras apagaba las luces, un sonido desde el baño la asusto, y aunque solo quería salir corriendo no podía, por eso junto valor y camino hacia allí. Al llegar se encontró con la canilla del baño abierta, miro hacia los costados y intento recordar si la había cerrado anteriormente, y como no estaba muy segura creyó que no fue nada.

Cerro la puerta del baño, se quito el delantal y lo dejo en su perchero.

Antes de salir tomo su celular y consulto el horario de llegada de su autobús, pero este ni siquiera marcaba nada, no le llamo mucho la atención pues esa app siempre fallaba, asique solo le quedaba esperar a ciegas, tomo la llave y finalmente cerro el bar.

La parada quedaba a solos dos cuadras, la noche se veía hermosa, jóvenes pasaban por delante de ella sonriendo y charlando, pero ella solo se puso los auriculares y inicio la música, su vieja y confiable compañera. Deseaba bailar pero estaba en publico asique solo se limito a mover sus manos y balbucear en silencio. Al llegar a la calle donde estaba su parada de autobús noto que el alumbrado publico titilaba dando un ambiente tenebroso. Es por eso que puso su mano derecha en aquella cruz que colgaba de su cuello y dejo un pequeño beso en ella.

Al acercarse a la parada noto alguien sentado  fumando pero la falta de luz le impedía reconocer quien era. En otro momento no se sentaría pero Juliana había estado todo el día parada es por eso que aun así lo hizo.

Llevo su atención al celular rogando por que la app volviera a funcionar pero no fue así, vio el humo que despedía el cigarro de aquella persona sentada a su lado, el olor a tabaco y perfume entraron por su nariz. La curiosidad llevo a que mirara a su izquierda para saber quien era aquel extraño pero se llevo sorpresa de reconocerla. Vio a la misteriosa chica de la mesa 13 perdida en sus pensamientos mirando hacia la nada, observo aquella imagen por largo rato, la forma en la que sus dedos sostenía aquel cigarrillo y luego lo llevaba hacia su boca, la forma en la que sus labios despedían aquel humo, todo era digno de ver.

We Fall In Love In October.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora