We Fall In Love In October.

Capitulo 11.

(canción sugerida: I Shall Believe- Sheryl Crow)

Un año despues. 

Todo siempre sigue y el mundo no se detiene,
por nada ni por nadie,
el mundo no se detiene,
la vida perdura y el tiempo pasa,
las palabras se van pero el dolor queda,
las relaciones se terminan pero el amor jamás;
todo siempre sigue y el mundo no se detiene.
Todo depende de la perspectiva,
nada es eterno,
nada es entero,
nada es absoluto,
la existencia es incomprensible
y para cuando logre comprender algo
ya todo habrá cambiado;
todo siempre sigue y el mundo no se detiene,
por nada ni por nadie,
el mundo no se detiene

(*poema " Infinito" de Rulito5 )

Juliana estaba sentada sobre un banca en Central park, sus piernas estaban cruzadas y en sus manos sostenía un libro. 

Una leve brisa la envolvió por unos segundos, el viento hizo que las hojas de los arboles a su derecha volaran llamando la atención de la joven por unos segundos.

Sintió  tanto frio que la hizo temblar, seguido de una cálida sensación. 

-¿Sabias que no todas las mariposas mueren en 24 horas?.-pregunto una extraña y familiar  voz a su izquierda. 

Aquello congelo a Juliana por algunos segundos, con esperanzas miro hacia aquel lado pero sus ojos solo le afirmaron lo que su mente pensaba, no era ella. 

Sin embargo no pudo no notar la extraña similitud de esta joven con su chica de la mesa 13. 

-¿Lo sabias?.- insistió aquella joven. Tan parecidas. 

-No lo sabia. - respondió Juliana sin dejar de verla, desvió su mirada solo para tomar aquella nota que le habían dejado un año atrás, solo que ahora estaba un poco mas arrugada por el tiempo, y la puso en el capitulo que había leído en su libro para luego cerrarlo y volver a mirar a la mujer sentada a su lado. 

-Muchos piensan que todas las mariposas mueren en un día pero no es así, de hecho esta que tengo sobre mi mano vivirá nueve meses .- comento ella con una sonrisa.  El pequeño animal yacía con tranquilidad sobre su mano y luego simplemente voló. 

Juliana solo le sonrió como respuesta, y por un segundo su mente recordó aquella conversación en la parada de autobús con Valentina. 

-Debes pensar porque esta  chica rara comienza de repente a hablarme.- comenzó a decir la joven haciendo sacar una sonrisa tímida a Juliana. 

-Es justo lo que pensé .- respondió ella sin borrar la sonrisa. 

-La verdad es que no soy tan desconocida de todas formas.- confeso ella.

- ¿a que te refieres?.- pregunto confundida Juliana. 

-Hace varios días almuerzo en aquella banca.- respondió señalando un asiento a unos metros de distancia. 

-Yo también vengo cada día aquí, es casi un ritual.- respondió Juliana intentando conversar. 

-Lo se.- respondió la joven.- Quiero decir te he visto antes, sentada con un libro en la mano perdida entre esas paginas.- comento sonriendo.

 -Suelo ser así.- respondió esta. 

Un gran silencio las invadió, e incomodo a Juliana quien usualmente le agradaba estar en soledad, por eso simplemente se levanto no sin antes despedirse.

-Nos vemos en otra otra ocasión.- dijo Juliana con una cordial sonrisa. 

-Ha sido un placer hablar sobre mariposas contigo.- comento la muchacha un tanto nerviosa. -Por cierto mi nombre es Macarena.- dijo levantándose del asiento y extendiendo su mano, sus ojos se veían celestes casi como el océano. Y sus mejillas se tornaron rojas de seguro era alguien bastante tímida al igual que ella.