Proyecto abandonado.

Capítulo 1:

El sonido de los grilletes y los gritos ahogados de una cantidad ingente de personas hacen insoportable la estancia. El olor a óxido y a carne muerta abunda el lugar. Se siente la desesperación en el ambiente, los látigos chascan, las cadenas rozan , un líquido burbujeante y viscoso calienta el ambiente, estamos en uno de los muchos campos de concentración de los caníbales, aquí se usan a los esclavos como 3 cosas: Como mano de obra, como ratas de laboratorio y como comida. Todos los días trabajan, comen basura una vez a la semana y aguantan como pueden. No hay uno que valga más que tres cuartos de Unity.

Mi código es 2808, pero mis apodos más comunes, como el de todos mis semejantes son: "Escoria", "Basura", "Mugre", etc. Sinceramente a mi me gustó un nombre, el único que he escuchado en mi vida... "Adán", o bueno, eso es lo que yo escuché... No se casi ni escribir, mi vocabulario está compuesto por todas las palabras que escucho decir a los demás, que por cierto, parecen extrañamente distintos unos de otros, yo apenas pasé de una sala con gente casi idéntica al hombre que me imita en los charcos a esta, dato curioso, dicen que ese hombre soy yo, pero eso es una completa gilipollez, yo estoy aquí... No tras el charco. ¿Me quieren tomar el pelo? Venga hombre, no soy el hombre más inteligente del mundo, pero sé que no puedo estar en dos sitios a la vez.

Acabo de escuchar una conversación de los altos... Parece que father les ha mandado que hagan algo... ¿Qué está pasando? Los altos siempre mantienen las distancias, pero hoy parecen curiosamente cercanos a nosotros, como si quisieran darnos algo.

El ruido de un disparo de mosquete y un fuerte golpe en el suelo de piedra, seguido por el sonido desagradable de una respiración forzosa frena al completo el ruido de las cadenas y las máquinas manuales, los esclavos miran completamente confundidos a todos los lados durante unos segundos, pero tras ese primer disparo de despedida, empiezan a sonar otros muchos, los rifles cargados de pólvora arrasan con la vida de la gente, los esclavos lloran, corren en círculos, se abrazan para poder morir junto a alguien.

¡¿Qué cojones?! ¡Acaban de dormir a mi compañero con esas cosas alargadas!
-¡Dejadnos trabajar!- 

Un chico como cualquiera de los demás resbala con un charco y cae al suelo, su cabeza impactó de mala manera y quedó aturdido antes siquiera de darse cuenta, los nervios de la situación le superaron, al parecer. Los guardias acaban con las vidas de absolutamente todos los que ven, dejando los cuerpos de todos en el exterior, un exterior nevado y bajo constantes tormentas de nieve, el chico torpe se arrastra como puede a la pila de cadáveres en el exterior y se acabó quedando inconsciente a su lado.

¿Hola? ¿Quién eres? 
Soy... Tú. 
¿Eres el  copión del charco? 
No, soy tú. 
Y dale... ¡Que una persona no puede estar en dos sitios a la vez!
Claro que no, eso es una tontería. 
Entonces... ¿Quién eres?
Tú.
A ver... Que me quede claro. ¿Eres yo?
¿Quién te ha dicho eso? 
Tú.
Pues que "tú" más tonto.

Un silencio extraordinariamente extraño inunda la conversación, el chico no para de pensar en lo que está pasando, trata de moverse, pero no puede, sigue tumbado, en un sitio blanco... Que por cierto...

¿Qué es esta sensación? ¿Por qué me duele la espalda? ¿Qué le pasa a mi cuerpo, por qué se mueve tan rápido?

El chico, que está temblando de frío, con quemaduras por la nieve en toda la espalda y la respiración completamente alterada, se levanta, su mirada es pobre, a penas ve la palma de su mano por culpa de una tormenta de nieve... La luz del sol ilumina sus ojos por primera vez en su vida.

¿Qué es eso? ¡AH, VOY VOY, DISCULPADME!

¿Cómo se me ha podido olvidar eso? es lo único que se me ha enseñado: "Si hay luces, hay que trabajar"

El chico, sin entender el por qué todo está blanco, camina hacia la luz del sol, aunque no encuentra nada, está adentrándose en un desierto nevado, kilómetros y kilómetros sin absolutamente nada le esperan si sigue por esa dirección.

¡¿HOLA?! ¿¡ALTOS, ESTÁIS AHÍ!?
No, ahí no hay nadie.
Hey... Eres tú... ¿Qué haces aquí? Respóndeme

El chico comienza a correr en una dirección muy específica, sus pies descalzos se hunden varios centímetros en la nieve, están azules, con cortes que no sangran ni lo más mínimo, la sangre que corre por las venas del chico es tan densa por el frío que ni siquiera sale de las heridas.

¿Quién diablos es esa persona? ¿Por qué me habla? Nunca me habían dirigido la palabra exclusivamente a mi. ¿Es tonto? Es probable... Le he seguido por todas partes y no tengo ni idea de donde estoy... ¿Los altos me han abandonado? ¿Father ya no me quiere? ¿Por qué durmieron a mis compañeros? ¿Cuándo les volveré a ver? ¿Me voy a quedar aquí para siempre? Me duelen los pies más que de normal. ¿Qué demonios? ¡tengo los dedos azules y no los siento! Creo que debería ir a hacer el trabajo, me he distraído muchísimo rato, me van a castigar.

El chico se dirige, de nuevo, al sol, la única cosa que resalta ante sus ojos, aunque poco a poco su cuerpo empieza a detenerse, el frío está congelando su carne, sus músculos atrofiados como pocos dejan de funcionar, primero sus músculos más pequeños y expuestos, como los dedos... Más tarde sus piernas se ralentizan y, con el paso de las horas, se paran, dejándolo caer, en medio de la nieve, a kilómetros de cualquier ser vivo... Se arrastra con sus brazos, los cuales a penas siente, cuando estos dejan de funcionar, él... Se queda ahí, esperado su muerte, la nieve le cubre casi las vías respiratorias, no queda nada más que... Dejar el tiempo pasar... De repente, la tormenta de nieve cesa, el sol derrite parcialmente la nieve que se posaba sobre el cuerpo del chico y da vida de nuevo a las partes más congeladas que tenía.

¿Ah? ¿Hola? ¿Compañeros?

El chico se encuentra ahora en una gran zona rocosa, con algo de nieve, pero también con plantas invernales, con un sol en el horizonte, muy cálido y agradable. La imagen es preciosa, un sol naranja del amanecer y una luz rosada que le rodea, una brisa suave y fría, pero mucho más cálida que el día anterior, el ruido del viento sobre las hojas secas de las plantas invernales y el movimiento de las aves en el cielo hacen sentir curioso a el chico, que se levanta como puede y anda en línea recta hacia el frente, donde hay un gran acantilado.

Esto es... ¿Cómo se dice? Alguna vez he oído esa palabra... Es... Poco desagradable... Como... ¿Bonito? 
¡ESO! Espera... ¡TÚ, CONTESTA A MIS PREG-! 

¿Dónde está? 

El chico, confuso, cierra los ojos y respira hondo, peina su pelo con su propia mano, apuntando hacia atrás, abre los ojos de nuevo y se sienta en el suelo, al borde del acantilado.