Kacchiko

Capítulo 1: "Rabioso Pomerania"

Pov Deku

Kacchan se había ido.

Kacchan murió, y era mí culpa...

La liga de villanos logró localizarnos en el campamento y fuimos atacados, su objetivo era él. Y lo consiguieron, no reaccioné lo suficientemente rápido y fue secuestrado.

"N-No...vengas, Deku" esas palabras no han dejado de rondar en mi cabeza, su rostro expresaba terror y... realmente no puedo ponerle significado en ellas, pero no podía quedarme de brazos cruzados por lo que tan pronto pude moverme de nuevo, Kirishima, Todoroki, Iida, Yaomomo y yo  nos infiltramos en su rescate...Pero llegamos muy tarde, demasiado tarde.

Ya ha pasado una semana desde aquello...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por alguien tocando la puerta de mi habitación. Sí, luego de lo que pasó, crearon dormitorios en la escuela como medida de protección; Me levanté de la cama y abrí la puerta para ver de quién se trataba. Al ver que era mi profesor, pude destensar mis hombros un poco.

—Midoriya...— Tomó un poco de aire— Sé como debes sentirte..., En serio. Sin embargo, mañana deberemos tratar de seguir adelante al comenzar clases—. Al escucharlo apreté mis puños inconscientemente, ¿Ibamos a dejarlo pasar tan fácil? ¿Cómo si nadie hubiera muerto? No podía hacerlo...No podía.

—Entiendo...— fue lo que pude decir, casi inaudible y cabizbajo.

—Habrá una ceremonia en su honor en la mañana— Después de eso no pude escuchar más allá, mi cabeza se puso en blanco, no podía entender nada  mi alrededor. ¿El profesor seguía hablando? No podía escucharlo...

No asistí a su funeral, me arrepentiría más tarde pero no podía procesarlo e ir, solo lo haría más real. Al siguiente día tampoco asistí a clases, ni a la ceremonia en su memoria, me quedé en mi mi habitación sentado en un rincón de mi cama con una caja de mediano tamaño en frente. Era blanca y su tapa era de color beige, cuando fui a buscar mis cosas al mudarme a los dormitorios, mi madre me la entregó...Aún no tenía el valor para abrirla porque sabía perfectamente lo que había dentro: Recuerdos. De ambos.

Y recordarlo en esos momentos no era mi actividad preferida, sentía un enorme hueco en mi pecho, al mismo tiempo que parecía querer cerrarse con tanta fuerza que no dejaba a mis pulmones respirar (a pesar de que lo estaba haciendo perfectamente).

Soy muy sensible y es algo que siempre me han dicho de mí, lo heredé de mi madre, por lo que muchas cosas me hacen llorar. Pero por primera vez y cuando al fin tengo una razón para hacerlo, no puedo. Es como si no pudiera creermelo.

—Kacchan...—Susurré, apoyando mi cabeza sobre mis rodillas. Mis palabras disolviéndose en mi solitaria habitación, esperando su respuesta..., Un: "¿¡Qué mierda quieres maldito nerd!?" O un "¿¡Ahora qué, Deku!?" Incluso un simple "¡Muere!" De su parte, porque sí, quien debió ser secuestrado y asesinado era yo.

Eventualmente tuve que seguir con mi rutina, lo hacía de una manera automática, sin emoción alguna, no podía de otra manera. Mis compañeros estaban mejor, incluso Kirishima, quien se lo tomó peor, pero yo no podía dar ese gran paso y aceptarlo aún.

Me encontraba entrenando fuera del dormitorio, eran alrededor de las cinco de la tarde, al acabar, justo cuando iba a recoger mi cuaderno sentí algo peludo caminar entre mis piernas, haciéndome caer sentado

—¡Ouch! —Me quejé y busqué alredor a ver qué era, solo para encontrarme con un pequeño perrito con el cabello esponjado. Aunque parecía tener rabia, no quise tocarlo al principio pues estaba gruñendome de manera amenazadora. —Ey, tranquilo...No voy a hacerte daño" el pequeño parecía aterrorizado más que enojado, temblaba por el frío, pues había estado lloviendo y estaba algo sucio. Sin embargo, siguió gruñendome y al intentar cargarlo, me mordió. Para ser tan pequeño, clavó sus colmillos en mi dedo, haciendo dos perforaciones que sangraron —E-Eso duele!— Le dije, viendo mi mano sangrar, pero luego lo volví a mirar, se escondió detrás de unos arbustos, así que se me ocurrió una idea. Entré al edificio y dejé mi cuaderno por ahí, yendo a buscar algo de comida en la cocina, el perro parecía bastante hambriento por lo que me dejaría traerlo dentro si le daba algo de comer.