Capítulo 3

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JAEHYUN

Cuando llegue a Jeju decidí ir directamente a la casa de mi primo, ya era tarde y el viaje me había dejado más cansado de lo que estaba, cuando llegue a la casa, todo se encontraba oscuro, por suerte tenía la llave que mi tía me había dado, entre en silencio, no escuchaba ningún ruido y simplemente parecía estar vacía.


¿Cómo?, se supone que tenían que estar aquí


Fui a revisar  las habitaciones,  entre a cada una, solo vi una maleta y la cama desordenada en una de ellas.

Después de deambular por la casa decidí sentarme en la sala a esperar, luego de un rato de tomar un vaso de Whisky, escuche un ruido de la puerta de entrada, supuso que ya habían llegado, me puse de pie esperando ver una escena algo acaramelada, pero lo único que me encontré fue con un chico que podía jurar, era la persona más hermosa que habían visto mis ojos, trae solo una polera algo ancha que dejaba a la vista sus clavículas y me dejaba apreciar su pálida piel, traía puesto un pantalón que marcaba sus hermosas piernas y se ajustaba a su perfectamente delgada cintura, su suave aroma no tardo en acariciar mi olfato, su rostro traía un poco de maquillaje y mi mirada se quedó clavada en esos dulces labios rojos que me hacían una invitación a devorarlos y morderlos.


Mi apreciación fue detenida cuando me di cuenta que aún no sabía el nombre del ángel que tenía delante de mí.


- ¿Quiénes eres tú? – pregunto mirándolo a sus dulces ojos


- Me llamo Kim Doyoung – su rostro se ciñe lentamente  - ¿Puedo preguntar quién eres tú? –  >> Así que este es el lindo cazafortunas que esta tras mi primo<< sonrió, pero lo veo algo incómodo y decido presentarme


- Mucho gusto Doyoung, soy  Jaehyun, primo de Johnny –


¿Miraría a mi primo de la misma forma en la que me ve a mí?

Claro que sí, cualquier hombre se sentiría halagado si un chico tan lindo lo mira así, como si fuera un superhombre.

¿Cómo describirá yo a Kim Doyoung?

Bueno, se veía mucho más hermoso de lo que habían comentado, llevaba un atuendo que marcaba sus sensuales curvas y todas ellas en los lugares correctos.


Era hermoso a mis ojos y me atrevería a decir que al de cualquier otra persona.


Tenía el pelo algo desordenado y eso lo hacía lucir más sexy. Tenía unos ojos tan oscuros como la noche, estos hacían juego con su cabello igual de oscuro, ambos hacían ver aún más pálido su hermoso rostro. Doyoung, con aquel pelo negro, aquellos ojos, aquella nariz tan bonita  y esa boquita que tenía esos labios tan bien delineados. Si, definitivamente era la fantasía sexual hecha realidad de cualquier hombre.



Debo admitir que aunque tenía mucho autocontrol, tuve que hacer un gran esfuerzo para recuperar la compostura y no terminar arrojándome encima de él.


- Pareces llegar de una fiesta y supongo que te divertiste en compañía de mi primo – comento con algo de acides en mis palabras, aunque al mismo tiempo tenía una erección apretándome los pantalones.

- Me divertí, nunca pensé que me divertiría un lunes – sonrió algo sonrojado – Aunque hoy era un día especial –


- ¿Y mi primo? –


- Está de viaje por trabajo  – dice lamiéndose los labios


Me estaba costando mantener la conversación, mientras Doyoung hablaba, tomaba mucho aire, lo cual hizo que su ropa se moviera y mostrara un poco más de su lechosa piel.

- Eso quiere decir que mientras mi primo está de viaje por trabajo, ¿Tú aprovechas para irte de fiesta? – quería hacerlo enojar y ver como reaccionaba – Si fueras uno de mis empleados, ya estarías despedido – levanta un ceja y luego sonríe


- Creo que estas muy equivocado, yo no siempre salgo a divertirme y si así fuera no habría problemas porque estoy en mis vacaciones – contesto el chico – Y creo que es una suerte que no trabaje para usted –



- Bueno, no eres mi empleado, pero mientras estemos bajo el mismo techo en casa de mi primo, considero tu comportamiento inaceptable y vulgar – Me fui acercando haca el chico con cara de conejo y me di cuenta de que él era más bajo que yo, no por mucho, pero él tenía que levantar la mirada para verme con esos ojos desafiantes.



- ¿Qué pasaría si en lugar de encontrarme a mí, hubieras encontrado a mi tía aquí? – lo  mire a  los ojos y poco a poco mi mirada bajo a sus labios, esos labias que te hacían una invitación a ser besados.


- Ya te lo dije, estoy en mis vacaciones y Johnny tuvo la gentileza de prestarme su casa. También no me importaría que la señora me encontrara aquí, este haciendo algo malo o bueno ella siempre arma un escándalo a mi alrededor –


Me sorprendió la manera en la que me respondió, al parecer el conejito era un desvergonzado, él parecía tener mucha confianza y eso demostraba que su primo tenía un trato favorable hacia él, lo que demostraba que su tía tenía toda la razón.


- ¿También le hablas con esa confianza a tu jefe, a mi primo? –


- Su primo, que si es mi jefe gracias al cielo, es al parecer mucho más agradable que usted – tenía una mirada desafiante – Ahora, si no te importa, me gustaría ir a descansar – dijo con una de las sonrisa más deseables que había visto en mi vida




En aquel instante me di cuenta de algo. Lo deseaba, a pesar de toda esa altanería lo deseaba, quería tener control sobre ese cuerpo, tenerlo desnudo debajo de mí, quería acariciarlo mientras me rogara que lo tomara y me hundiera en él. Normalmente yo sabría mantener en línea mis deseos y estaba hasta sorprendido de la fuerza con que lo deseaba.




Ninguna persona que me viera se resistía a mis encantos y después de un minuto ya se me insinuaban buscando algo más que simple atención.


Sin embargo, ahora solo podía ver la espalda del conejito alejarse subiendo las escaleras, se agarró del barandal para no caer y ahí vi mi oportunidad. Sabía que no me rendiría hasta hacer mi fantasía realidad, quería ese hermoso cuerpo debajo del mío, así que di el primer paso, me acerque y lo tome de la diminuta cintura. El conejito brinco y me miro sorprendido. Claro ahora venía el momento donde se apoyara completamente en mí.



- No es seguro subir las escaleras cuando has bebido demás – le sonrió y lo acerco más a mi apretando el agarre en su cintura



- No necesito de su ayuda – me miro molesto y aparto mi mano de su cintura – Puedo subir perfectamente la escalera yo solo – se apartó de mí, pero ya era tarde, su dulce aroma a durazno había acariciado mi olfato y eso no había hecho más que encenderme más.



- Temo que debo insistir – lo volví a tomar de la cintura, trato de alejarme pero se rindió y eso era una buena señal. Lo lleve agarrado de la cintura hasta la puerta de la cual era su habitación.




- Supongo que gracias, pero desde aquí ya podre yo solo – entro en la habitación, esperaba que me invitara seductoramente a pasar, pero lo único que recibí, fue la puerta en mi cara




Mire la puerta cerrada incrédulo, quería gritarle un par de cosas al chico que había sido grosero, pero al tomar aire y calmarme. Decido que en cuanto me lleve a la cama a ese dulce chico, que por como vestía y actuaba no era tan inocente que digamos. Le haría pagar por todas sus groserías y claro, Johnny se olvidaría del chico que se había acostado con su primo.




No voy a decir que sería un sacrificio acostarse con aquella belleza, de hecho, de solo imaginarlo con sus cabellos desparramados sobre la almohada, mirándolo con aquellos ojos negros tan seductores y con los labios abiertos dejando escapar sonidos de goce. Aquel encuentro sería mucho más agradable de lo que imagina, aquel conejito definitivamente seria devorado por un lobo feroz. Por el momento tenía que ir a la habitación donde se quedaría para arreglar aquel problemita que tenía en los pantalones.

COMPLICADO | JAEDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora