Leyendas en Japón

Capítulo 21

POV Antonia
Es la hora de almuerzo y me llamaron a la oficina del director. Adela se encuentra en las habitaciones ya que está con su celo, mientras que Ignacia partió en la mañana junto a Todoroki a quién sabe donde.

Me siento un poco preocupada ya que la liga de villanos no ha dado señal de vida desde que escapé de ahí junto a mis amigas. Pienso todos los días en Dabi y me pregunto seriamente el porqué.

Mientras estuve en la liga mantuve una relación con él solo para que no me hiciera nada, no era amor ni amistad o eso intento creer.

Antes de abrir la puerta tomo una larga respiración y finalmente la abro encontrándome con una oficina muy ordenada y elegantemente decorada.

En el gran asiento de cuero frente a una mesa se encuentra un oso pequeño de pelaje blanco el cuál es el director.

Hago una reverencia cuando este me ve y me acerco al escritorio sentándome en una de las sillas. 

-Buenas tardes Señorita Antonia - saluda cortésmente el oso a lo cual respondo con un asentimiento de cabeza - me imagino que se preguntará el porqué la llamé a mi oficina.

-Soy un poco impaciente, director - digo simple mientras lo miro directamente produciendo una sonrisa sincera en su rostro, bien, no es una amenaza. Me relajo notoriamente a lo que el ríe levemente.

-Conozco a los de tu especie - toma un sorbo de té de la taza que se encuentra cerca suyo - siempre a la defensiva en territorio desconocido, tranquila, aquí estarás segura.

Unos leves golpes en la puerta cortan nuestra pequeña conversación, el oso permite pasar a la persona y Aisawa-sensei aparece en mi campo de visión.

-Señorita Antonia - me levanto para hacer una reverencia y vuelvo a mi asiento - traigo la información - lo miro de reojo con interés luego de que haya pronunciado esas palabras. El oso frente a mi suspira y asiente hacia Aisawa-sensei - recibimos información de que la liga de villanos se a paseado por los alrededores de la academia en estos últimos días.

Todo a mi alrededor se vuelve borroso y mi respiración se mantiene nula, el sonido de la taza siendo agitada levemente me saca de trance. Los dos profesores me miran con atención al notar que yo estuve haciendo el movimiento con la taza inconscientemente.

-Perdón - agacho mi cabeza dispuesta a seguir escuchando cosa que Aisawa-sensei hace.

-No los hemos detenido aún ya que aparentemente no están atentando contra la U.A y se mantienen en una distancia prudente, por otra parte, como heroes nuestro deber es acabar con todo mal - el director asiente ante tales palabras - de igual forma queremos verificar algo.

-¿Qué cosa? - pregunta el oso mirándome intensamente.

-Si es que están por acá por Antonia - las palabras toscas de Aisawa son ciertas, debe ser por mi, porque me quieren devuelta.

-En ese caso tendremos que usar nuestro mejor movimiento - la mirada del oso la cual antes era cariñosa y alegre cambió a una de decisión - usáremos a Antonia como señuelo.

POV Ignacia
El ambiente se vuelve tenso y miro atentamente a mi familia.

Mis padres portan unos bellos ojos negros mientras mis hermanos unos ojos totalmente blancos, iguales a los míos cuando era pequeña, tal cual lo mencionó mi "Madre" en el sueño.

Me acerco temerosa dejando atrás a Shoto y a Enji, mis padres se levantan de sus asientos y bajan las pequeñas escaleras que nos separan. Al momento de quedar frente a frente el tiempo se paraliza, mis ojos se vuelven lágrimas mientras alzo mis manos alcanzando la de mis padres. Ellos rompen la distancia en un abrazo donde pequeños sollozos abandonan la boca de mi mamá.

-Volviste a casa mi pequeña Vesta - la voz entrecortada de mi madre hace que yo iguale su llanto, donde mi papá aumenta la fuerza del abrazo pero sin llegar a hacernos daño.

Luego de separarnos, mi papá llama a acercarse a mis hermanos donde los dos hombres se acercan con alegría, mientras mi única hermana se mantiene sentada en su trono. La miro con atención pero nuevamente unos brazos me envuelven.

-Bienvenida a casa Vesta, soy tu hermano mayor, Edahi - tiene una piel tan blanca y unos cabellos tan negros dándole una belleza única, sonrío aceptando a mi hermano mayor y una corriente de viento me eleva levemente.

-¿Dios del viento, ehh? - digo picándole un poco, ya veo que nos llegáremos bien. Mi segundo hermano se acerca a mi y me mira atentamente de una manera seria.

-Soy...- trato de presentarme nerviosa ante la mirada de mi hermano, pero su repentino acto me desconcierta.

-¡Vesta! - grita alegre rodeando sus brazos en mi cuerpo y saltando conmigo - hermanita - alcanzo a escuchar su murmullo mientras esconde su cabeza en mi cuello.

Se queda así unos segundos y finalmente se aleja, lleva su vista a sus pies llamando mi atención y noto como el piso se mueve levemente.

-Dios de la tierra - murmuro para mi misma.

-El es tu otro hermano, Gavin, Dios de la tierra - dice mi papá a mis espaldas, nos quedamos un rato en silencio donde Shoto aprovecha y se acerca nuevamente a mi, con delicadeza toma mi mano y une nuestros dedos - ¿son pareja? - la pregunta que hizo mi papá hace que mis mejillas se tiñan de rojo.

-No, nos estamos conociendo, señor - dice cortésmente Shoto.

-Mizu, hija - la voz de mi mamá llamando a mi hermana, la cual se mantiene en su puesto, me llama la atención - ven a conocer a tu hermana - pide ella, espero que se levante, pero lo que dice hace que un dolor en mi pecho aparezca.

-Ella no es mi hermana, es una impostora - dice mirándome fijamente  - mató a sus propios guardianes y a parte de la población de el país donde la escondieron. Ella no merece ser llamada princesa real ni diosa, no la veo como mi hermana y ustedes no la tienen que ver como una familia - siento la mano de Shoto apretar la mía mientras yo miro el piso escuchando sus palabras - quiere ocupar el trono, pero se lo tiene que ganar.

Se levanta elegantemente de su trono y baja las escaleras, pasa a un lado mío y choca su hombro con el mío y sigue su camino saliendo de la sala. Llevo mi mano a mi hombro el cual dejó humedecido con gotas. Diosa del agua, Mizu.