Dulce Omega

Me Olvidarás

Harry tenía tomado de la mano a Draco, caminaba por los pasillos junto a él recibiendo miradas de extrañeza y enojo al mismo tiempo.
Draco por su lado estaba contento orgulloso de ser la persona que "el niño que vivió" quería a su lado, estaba muy feliz y lo demostraba ignorando todos las miradas y comentarios que decían a su paso. Todo era perfecto, o eso quería creer Draco una noche de invierno en la que decidió no ir a casa al igual que Harry, dormía en la habitación del moreno junto a él en la cama, habían tenido una noche muy linda, Harry lo sorprendió con una cena en la Torre de astronomía y al terminar fueron a la habitación de Harry sabiendo que no se encontrarían con ninguno de los chicos con los que compartía esta misma, no se encontraban en el castillo, al terminar una merecida cesión de sexo Draco acariciaba la cabellera rebelde de su novio pero algo lo interrumpió mientras el niño que vivió dormía tranquilo abrazándolo y recostado sobre su pecho.

–Draco, el señor te ha encomendado una misión–decía la carta que llegó–quiere que la cumplas al terminar este año–continuó leyendo

El rubio sonrió triste, desde que se levantó esa mañana sabía que está sería la última noche con Potter, se desenredo de los brazos de Harry, al terminar de ponerse su ropa sacó de su túnica un baúl reducido, lo regresó a su tamaño y comenzó a meter todo lo que tuviera algo que ver con su relación con Harry Potter, así terminó, solo faltaba una cosa, la foto que el Moreno tenía junto a la de sus padres, ambas eran tan parecidas, mirando a la cámara para de darse un beso y sonreír nuevamente.
Se acercó a la cama y con decisión apuntó su barita hacia Harry, se concentró en los recuerdos de ellos dos juntos y dijo el hechizo
–Obliviate–poco a poco todos sus recuerdos juntos se desvanecían, vio como de la foto, donde estaban ambos el se desvanecía, dejando solo a Harry mirando a la cámara, al terminar el hechizo, tomó la foto y la metió al baúl, lo redujo nuevamente y salió de la sala común Grifando sin que nadie lo viera.

Las vacaciones terminaron, todos regresaron a clases, todos miraban extrañados el distanciamiento de Harry y Draco, todos se preguntaban si tuvieron una pelea y eso los separó, no importaba mucho el motivo, estaban alegres, el niño que vivió ya no estaba con la sucia serpiente, Hermione extrañada decidió investigar y cuando tuvo la oportunidad enfrentó a Malfoy

–¿Qué está pasando?–preguntó molesta–y quiero la verdad–lo señaló con la varita.

–Sangre sucia–respondió el rubio con arrogancia

–Ese apodo dejó de ser un insulto el día que comenzaste a salir con Harry–gruñó la chuica y Draco suspiro

–Herm, no es algo que pueda decirte–dijo decaído.

Desde que le borro la memoria a Potter se alejó de él todo en su vida se volvió triste pero era por el bien de su amado, miró a la castaña y con otro suspiro sacó un pequeño vial, con su varita sacó el recuerdo de lo sucedido de su mente y dejándolo dentro del vial, se lo dio a la chica
–Dile a Dumbledore que te preste su pensadero–le dijo el chico rubio con la mirada triste

Después de eso, ambos se fueron por su lado la chica no pudo esperar a ver el recuerdo y fue directo a la oficina del detector.

–Buenos días señorita Grenger–saludo el hombre.

–Buenos días director–respondió la chica nerviosa

–¿Qué la trae por aquí señorita?–preguntó notando el vial en sus manos

–Podría usted prestarme su pensadero, es algo importante–pidió la chica.
El hombre la miró extrañado pero con un asentimiento el pensadero salió de sus escondite y el anciano salió de la oficina para dejar a Hermione sola con el recuerdo que parecía de suma importancia, aunque el hombre ya sabía de que se trataba, también sabía que ese recuerdo era un acto de amor.

La castaña vio todo lo que había pasado, ahora entendía el comportamiento de Draco y por qué Harry regresó a los insultos con los que molestaba a Draco, tenía que admitir que era demasiado obvio, desde que regresó de sus vacaciones navideñas noto el cambio de su amigo, también noto como Draco ya no se defendía de los insultos de Harry con otros insultos o con bromas, para después abrazar feliz al moreno y seguir con su camino, era una costumbre que ambos tenían, fingir pelear, para al finalizar tomarse de la mano y caminar juntos bromeando, pero desde que regresaron de vacaciones los insultos eran reales, Harry en verdad quería lastimar a Draco y ahora entendía el porqué del cambio.

Sabía que Harry odiaría aún más al rubio después de lo que tenía como misión, dejar entrar a los mortifagos y matar al único hombre que apoyo a Harry en algunas ocasiones desde de la muerte de Sirius.

La chica se encargó de hacer saber de la verdad a todos sus amigos, todos compadecían al rubio enamorado que sacrificio su amor por el bien del mundo mágico.