02 › ice tea 。

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— a ver si entendí bien. ¿me estoy muriendo de hambre y lo primero que se te ocurre es llevarme a tomar un simple y común café?

el castaño se sentía irritado. no había pasado ocho horas sin comer sólo para que, al bajar del avión, lo primero que ingiera sea un aburrido y amargo café.

— shh. lino, te saldrán arrugas.

— pero yo–.

— sin peros. — felix alzó sus cejas un poco desafiante, haciendo sentir a minho como una pelusa diminuta y gruñona con una simple mirada y un regaño corto pero bien estructurado.

— cómo sea, pediré té helado. — mencionó min, igual de fastidiado pero más calmado.

aún faltaba para la cena, así que ambos lee's prefirieron salir a caminar y tomar algo por ahí. lastimosamente, chaewon no los acompañaba. minho tendría que soportar a felix y sus energías de otro planeta en su mayor auge.

el viento soplaba muy poco, y a pesar del calor, el clima era agradable. felix estaba emocionado y no dejaba de tomar fotos, extrañaba tanto sus orígenes, aquellos lugares que lo vieron crecer. esbozaba una bella sonrisa en rostro, tan radiante como el mismo sol.

detuvieron su silenciosa y cómoda caminata en la puerta de una cafetería que nada más el menor recordaba.

— es hora de visitar a un amigo. — mencionó este, sonriendo con dulzura.

— creí que yo era tu único amigo. — respondió el otro, bromeando, devolviéndole el favor.

lixie puchereó en protesta, pero ya nada de eso importaba cuando el dulce aroma a caramelo y crema los invadió sin advertencia previa. pasteles de todo tipo se lucían en el mostrador de cristal, y una decoración simple pero acogedora y minimalista captó la atención de minho.

el pecoso sugirió que tomaran asiento en la barra, casualmente frente a los empleados del lugar. una chica rubia de pelo corto y rojizos labios se acercó hacia los dos lee's al poco tiempo, teniendo más apuro por saludar a felix que a minho.

— ¡lixie, no puedo creerlo! — dijo abalanzándose sobre el jóven, dándole un cálido y reconfortante abrazo.

— arin, te extrañaba tanto~. por cierto, él es minho, mi mejor amigo, no creo haberte contado de él. — respondió, fastidiando al mayor nuevamente.

minho sólo rió y se presentó dulcemente ante la muchacha de ojos color canela.

se preparó para tomar las órdenes de ambos en su diminuta libreta de hojas rosa pastel. como era de esperarse, felix pidió un café con leche, crema y caramelo, el antiguo "especial" de la cafetería. minho, más exquisito, pidió un té helado de naranja y chocolate. arin, extrañada por esta última petición tan poco usual, se encaminó a continuar su labor.

— ¿era ella a quien viniste a visitar? — preguntó lee mayor, curioso. — es bonita.

— claro que sí, pero se trata de alguien más que quiero presentarte.

¿qué? oh, no no no, y no.

la nueva historia ni había comenzado y min ya veía el final de la misma, porque siempre que felix le presentaba a alguien para "algo más", todo acababa más aburrido y vacío que la nada misma. el castaño no se sentía con ánimos para esto y menos en esta etapa de su vida. estaba tan bien estando solo... no quería arruinar su racha de buena suerte. ya sabía que felix le tenía preparado un nuevo target, o "touch and go" como minho prefería denominarlo.

se escuchaban murmuros por donde los pedidos se convertían en materia. un chico de cabellos negros con escasos mechones rubios se encontraba igual o peor de extrañado que arin al oír que alguien quería un té helado en la barra, pero minho no era sordo, sólo no quería debatir sus gustos, a los cuales no les encontraba lo cuestionable.

aquel chico trabajaba hábilmente y con rapidez en los pedidos, parecía feliz haciéndolo y se notaba. por algún motivo, minho no dejaba de mirarlo.

tampoco quería dejar de mirarlo.

la voz de la mesera trajo a ambos chicos al planeta tierra otra vez. felix, perdido en su celular, y minho, perdido en el empleado pelinegro. agradecieron la gentileza de la mesera y sin más, se sumergieron en sus azucaradas bebidas.

a medida que los pedidos disminuían, aquel mesero se acercó donde los jóvenes lee se encontraban, debatiendo sobre cosas que solamente ellos dos creían válidas.

— felix, por última vez, los narvales no son hijos de delfines y unicornios. — dijo este, metiéndose en la conversación.

— jisung, ¿desde cuándo eres biólogo marino o algo de eso, eh?

ellos dos simplemente rieron, minho no emitió palabra para no arruinar el momento. felix le dió una pequeña palmada en la espalda.

lino, él es jisung, es quién quería presentarte. y jisung, él es lino... y es quién quería presentarte. — dijo, astuto.

— ¿lino? raro nombre, pero lindo. un gusto conocerte aunque pidas té en una tienda de café.

"lino", aquel apodo que sólo felix usaba para referirse a minho. se sintió extraño escuchar a alguien más llamarlo de esa forma, pero no hizo más que saludar tímidamente a jisung y dejar que el resto fluyera de forma incómoda.

la charla entre los más jóvenes no duró más de veinte minutos; han debía trabajar y felix tenía que mantener entretenido a su introvertido mejor amigo. sin embargo, minho se sintió muy raro en presencia del pelinegro, como si por un momento este lo hubiera excluido de lix.

dejó que el rubio de pecas le tomara fotos en la cafetería mientras tomaba su té de naranja, y eso mágicamente le subió los ánimos.

esa leve sensación de inferioridad frente a jisung no le gustaba. pero decidió ignorarla, si total la conversación había acabado. no es como si siempre que vayan a ahí minho quede como un fantasma forzado a escuchar una charla entre dos pequeñas hadas...

☁︎

⭔ ࣪ ˖ 𝗻𝗼̷ 𝗰𝗼̷ึ𝗳𝗳𝗲 𝗽𝗹᪶𝘀 ٫٫ 𝗆꯭𝗂𝗇𝗌꯭𝗎̲̽𝗇꯭𝗀 𓄼 [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora