qué equivocado estaba.
minho parecía gritar internamente cada vez que jisung se acercaba a felix e interrumpía sus conversaciones.
con el correr de los días, frecuentaban la cafetería casi al mismo horario y una rutina comenzaba a establecerse. lix no notaba la incomodidad del mayor, pero jisung sí.
y es que el castaño se sentía invisible, ignorado. jamás en su vida se lo había visto ser tan opacado por alguien y encima de forma indirecta. no estaba celoso, nada más le molestaba pasar desapercibido. quizás acompañar a felix fue una mala idea, pero por lo menos ahora tenía algo de qué quejarse, o alguien más que algo, mejor dicho.
se encontraba estático, bebiendo lo mismo, sentado en el mismo lugar, a la misma hora, con la misma canción repitiéndose en bucle en su cabeza.
la voz de felix lo "despertó" un poco. avisó que debía ir al baño antes de irse, y ahí fue cuando minho y jisung se quedaron solos.
el silencio duró tan solo cinco segundos, pero ambos podían asegurar que fue el silencio más incómodo de toda su vida.
— lino, ¿verdad? — preguntó, acomodándose frente al té de naranja y chocolate que tanto le costaba preparar.
— sip. ── respondió desinteresado.
— ¿por qué tan callado, huh?
jisung sintió determinado grado de rudeza en aquel "sip", pero su energía y buen humor eran mucho más fuertes. minho no lo miraba, y eso lo ponía ansioso.
— no sé, sólo no tengo de qué hablar.
— ya veo... pero deberías unirte a la charla, pareces un simple cliente que de casualidad se sentó al lado de dos niños gritones.
— ¿se supone que no soy un simple cliente? — minho alzó una ceja mientras acomodó algunos de los cabellos que caían por los costados de su frente.
— sí, pero... uhm... no, o sea, ¿felix no es tu mejor amigo? — ji parecía algo angustiado; min asintió suave en modo de respuesta. — con más razón deberías integrarte. además, me dijo que quería que nos conociéramos, por algo será.
el mayor estaba demasiado "volado" en sus propios pensamientos como para entender la rapidez a la que el pelinegro le hablaba. sus labios se movían con nerviosismo y su mirada iba hacia cualquier lado menos a un lugar fijo. era un poco desesperante, pero tierno, en cierto punto.
se estaba esforzando demasiado por tener un intercambio de palabras con minho, pero al no tener una respuesta inmediata, soltó un suspiro cansado y se apoyó en el mostrador, abultando un poco su boquita, aún sin atreverse a mirar al mayor. felix no le presentó a un amigo, le presentó un laberinto sin salida.
— bien, como digas. pero, ¿eres así de molesto y eufórico con todos los clientes o qué? — dijo lee finalmente, riendo un poco. — es pregunta seria, sabes.
y entonces han respondió, lleno de curiosidad.
— no, pero me llamaste la atención. — afirmó con seguridad. — aún así siento que me odias, ¿es posible?
su aura había cambiado drásticamente, pero aún así, para minho seguía siendo una gota de limón sobre una herida, una herida directa a su ego.
— dudo agradarte a fin de cuentas, pero si eso hará feliz a lixie, entonces... supongo que podría intentarlo. pero qué dices, no te odio.
— ¿te caigo mal entonces? — sonrió el menor.
— algo así. nada personal.
mentía, sí era algo personal, pero sabía disimular. para su suerte, el pecoso regresó y se sorprendió de verlos charlando. se despidieron con simpleza, como si fueran amigos.
de igual forma, esto no cambiaba nada, o al menos eso creía jisung. a su vez, minho se sentía confundido, porque... jisung era lindo.
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⭔ ࣪ ˖ 𝗻𝗼̷ 𝗰𝗼̷ึ𝗳𝗳𝗲 𝗽𝗹᪶𝘀 ٫٫ 𝗆꯭𝗂𝗇𝗌꯭𝗎̲̽𝗇꯭𝗀 𓄼 [editando]
Fanfiction꒷۪𓏲 minho decide acompañar a su mejor amigo a australia, sólo para que su receso labo- ral no fuese tan aburrido. quizás la ciudad de sydney trae algo más que hermosos paisajes y lugares turísticos. ...