Sonamy: Reverse Love

En Busca de las Esmeraldas 3/3

Tails se encontraba sobrevolando, mirando el radar en busca de energía Caos. Le sorprendió cuando Sonic dejó de contestar a la conversación improvisada que estaban teniendo, por lo que decidió encender los rastreadores que todos tenían en los comunicadores y conectarlos al radar.
3 Luces aparecieron en el radar, Una luz Roja, que era Knuckles junto a una luz Rosa que era Amy, ambas luces estando dónde de suponía debían estar, sin embargo, la luz Azul, que es Sonic, se dirigía hacía dónde estaban Knuckles y Amy.
Frustrado porque su amigo azul decidió saltarse la misión y correr tras la chica rosa, intento comunicarse con Sonic.

-Oye Sonic, dejala, ella está bien, necesitamos las Esmeraldas y eres el más efectivo por favor no te desconcentres.-

Lógicamente no hubo respuesta, Sonic aparecía desconectado en el comunicador.

Tomó aire para relajarse, odiaba cuando las cosas no salían como se supone debian salir, le gustaba mantener las cosas bajo control y era estresante para el cuando algo no salía de acuerdo al plan.

Una vez relajado pensó en lo que podría hacer, Sonic no iba a volver a la misión hasta asegurarse de que Amy está bien. Así que era inútil luchar contra eso. Decidió dirigirse donde Amy y Knuckles también, reencontrarse ahí, con suerte ellos ya habrían encontrado la esmeralda que estaba por la zona, luego irían al taller a guardarla.

Con un nuevo plan en mente, redirige su curso hacia donde estaban sus amigos. Sin embargo, al estar cerca de la zona, escuchó ruidos y voces ajenas a las de sus amigos, además de la característica risa de Eggman. Por lo que decidió esconderse y acercarse sigilosamente, por entre los arbustos logro distinguir a Eggman, volando en su nave Huevo, una murciélago blanca volando junto a él, Knuckles y Sonic estaban inconcientes y un robot gigante taladraba el suelo justo donde su radar indicaba que había una esmeralda. No vió a Amy por ningún lado, pensó que tal vez se había vuelto invisible.

De repente fue golpeado tan fuerte que salió de su escondite, volteó a ver quién era su atacante. Un erizo negro con vetas rojas, sus ojos carmesí lo miraban fijamente, pero estaban relajados. Eso lo confundió.