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que todo era un mal sueño. El calor que había bajo sus sabanas intensifico la necesidad por respirar, para ese momento, el chico tuvo la sensación de que sus piernas ya no le respondía, pronto le siguieron sus brazos y por último el cuello, no podía moverse, no podía respirar, a de más del sudor frio que brotaba de su cuerpo. El chico sintió que algo se posaba sobre él, las sabanas se retiraron de su cara, ahora estaba frente a frente a esa cosa que lo miraba con esos ojos huecos, con esa expresión cadavérica de horror. "es" pronuncio esa cosa como si le faltara el aire "solo" jadeó con esfuerzo "un sueño" finalizo la frase, el chico sentía que no podía mover su boca o sus ojos, en su mente resonaban sus propios gritos de horror.

A la mañana siguiente, después de que sonara su despertador, la madre entró para levantar a su hijo, esta gritó horrorizada al verlo tendido en su cama, rígido, completamente inerte, con una expresión de horror en su rostro, su cuerpo estaba completamente pálido, con un tono grisáceo y azulado. La madre estaba llorando, el padre subió corriendo quedando horrorizado por la escena.

Esa tarde la policía entrevistaba a los padres por lo ocurrido.

-¿algo raro que hayan encontrado en su habitación?-preguntó el oficial al padre

-nada-dijo en seco

-¿está seguro?

-si-se detuvo-bueno, mi esposa y yo encontramos la ventana del cuarto abierta.

El oficial estuvo observando cada parte de la habitación, nada parecía fuera de lo normal, pero al dirigir la mirada hacia la ventana abierta del niño, este se fijo en unas extrañas marcas en el marco, largas y negras, como si una mano carbonizada se hubiese apoyado ahí.

Fin.

Hay algo afueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora