Capítulo Cinco: Honor

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Dos hombres con maletines se reunían en una calle poco frecuentada de Tokio por la mañana; reverenciándose antes de hablar. 

—Diez kilos de la pura —dijo el de la izquierda mientras intercambiaba de maletín.

Pero entonces algo se abalanzó entre ambos mientras rasgaba sus maletas, provocando por el aire, una oleada de heroína y dinero.  

—¿Pero qué rayos? —se preguntó el hombre que traía la maleta de dinero; queriendo sacar una pistola por detrás de su espalda, pero deteniéndose al ver aquellas garras amenazándolo.  

—Yo no lo haría si fuera tú, bub. 

—¿Qué es lo qué quieres? —preguntó el hombre alzando las manos, mientras el de la heroína huía

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—¿Qué es lo qué quieres? —preguntó el hombre alzando las manos, mientras el de la heroína huía. 

—Tengo un mensaje para Lord Shingen —exclamó—. Dile que Wolverine, va a ir tras él. 

Yuniko camina por la tarde en una de las terrazas del clan Yashida, con dos guardaespaldas a sus lados. 

—Lord Shingen —dijo uno de ellos—, estamos en graves problemas. 

—Ese gaijin nos ataca de manera imprudente y abierta. 

Un hombre viejo salía aterrado de una de sus bases, sin darse cuenta que desde las terrazas un hombre en traje amarillo y azul lo asechaba. 

—Estoy al tanto de las actividades de Wolverine —afirmó Yuniko llegando hasta la cornisa. 

Disparos retumbaban en una bodega, con un yakusa siendo estrellado en una mesa llena de polvos blancos. Todo mientras desde las sombras algo masacraba a los integrantes. 

—No, no lo entiende —afirmó su guardia—. El imperio que ha estado años construyendo. 

Un hombre corría desesperado en un callejón, terminando por  estrellarse contra una pared: no había salida del estrecho lugar. Pronto giró entre llantos, viendo como aquella sombra de un hombre con garras terminaba por cubrirlo. 

—Wolverine lo está desmantelando en horas...

Una mujer anciana salía disparada de una ventana en un edificio; terminando por caer y morir en el techo de un auto. 

—La está haciendo quedar como incompetente y débil. Las bandas no seguirán a un líder que no temen. 

—Es por eso que he enviado a mis mejores ninjas tras él —aseguró Shingen mirando a su guardia de reojo—. Wolverine no verá el Sol de mañana. 

Las luces del la base canadiense se encendían de nuevo, la energía había sido restaurada, viéndose a Logan recostado en el suelo del cuarto de control; durmiente. Cuando abrió los ojos, hizo una pequeña mueca de dolor antes de levantarse y apoyarse en los controles.    

—Mi cabeza —se dijo al mismo tiempo que se tomaba de la frente—. Mi... cuerpo —exclamó al mismo tiempo que observaba sus manos; cerrando y abriendo el puño—. ¿Por qué me siento tan pesado? Diablos —exclamó volviendo a llevarse las manos a la cara—. Debió ser una buena fiesta —se dijo mientras se reía viéndose a sí mismo—. Y estoy desnudo. —Pero entonces alzó la mirada para así ver aquella mano en los controles—. Okey... esto ya no me está gustando. 

The Wolverine Berserker [CLASIFICACIÓN R]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora