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Jack Morton: Mejor amigo y caballero
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Intente leer, las palabras volaban por mi mente cuando mis ojos pasaban por las desgastadas hojas del viejo libro en mis manos, buscando una respuesta con desesperación, bajo la mirada del viejo, intensa y furiosa.

—Es una de ellos.- farfulla aún abrazando el cuerpo inconsciente de su nieto- Ella le hizo esto, es como la rubia esa.

—No, no, Bea es un caballero.- Hamish se apresura a defenderme

—Está usando esa bata.- señala con asco- Y dudo que esa máscara la tengan de decoración.

El objeto está sobre la mesa, a la vista de cualquiera.

—Si, es de la orden.- Randall rasca su nuca- Pero es como Jack, un doble agente.

Suspiro e ignoro las dagas que sus ojos quisieran lanzarme, el mismo párrafo ya ha sido leído por la voz de mi cabeza tantas veces sin realmente retener la información de este.

—¿Lilith, puedes prestarme algo de ropa?- cuestiono rindiéndome- Creo que todos aquí les incomoda lo que llevo puesto, incluyéndome.

—No creo que sea tu estilo.- responde, levantando levemente la comisura derecha de sus labios-¿Qué acaso no llevas nada bajo eso?

Niego, murmurando un "solo ropa interior" ocasionando que la sorpresa llene la expresión de los tres lobos.

—Por mi no hay problema que te quites eso.- sugiere Carpio.

—No es momento, Raquel.- bramo golpeando su hombro

—Cierto, no es momento, lo siento, chiquita.- repite asintiendo- No es momento...

La chica me indica el camino a su habitación, gritando una advertencia sobre tocar su ropa interior y los oscuros secretos que guarda con ellos.

—¡¿Entonces habrá un momento?!

Rio ligeramente y entro a los aposentos de mi amiga lobuna, mi dramática imaginación se decepcionó al encontrar un lugar sencillo, como el resto de la guarida y no paredes negras 
con dibujos satánicos esparcidos en ellas ni sabanas oscuras.
No le doy importancia a las prendas que elijo y antes de que la tentación sea mayor por curiosear en el mueble junto a su cama, imaginando bragas rosas de Hello Kitty.

—¿Qué hacen?- indago al verlos colocar a Jack sobre la mesa

—Lo necesario para salvarlo.- suelta el canoso hombre- Ayúdalo, por favor.

—¿Hay algo que no te quede bien?- Randall me ve y Hamish lo codea- No es momento, me callo.

—¿Ahora que?

—Esperamos.- indica el lobo más viejo.

Hago una mueca al ver la espalda descubierta de mi amigo, con una gran y asquerosa herida. Su piel se mueve y tomó aire para no devolver mi almuerzo, nos acercamos lo suficiente para sujetar a Lomo Plateado en cuanto se asome.
La preocupación es visible en cada uno de nosotros, las respiraciones aceleradas es lo unció que se escucha en la guarida.

—¡Ahora!- Randal sujeta la piel de lobo, mientras sostenemos a Jack, quien grita- Me retracto, esto parece más un parto que un rechazo de tejido.

—¿En que planeta esto se parece a un parto?- interroga incrédula Bathory

—Tiene algo escrito.- informa el rubio

Los alaridos de Morton paran abruptamente en cuanto Carpio saca por completo el espíritu, alarmándonos por su falta de movimiento.

—No, no.- solloza el mayor, recargándose en su nieto- Tu sabes magia, tráelo de vuelta.

—Yo...no, no puedo.- balbuceo cerrando mis ojos con fuerza, evitando que las lágrimas salgan- La necromancia es magia oscura.

—Me importa un carajo si es oscura, rosa o azul.- su tono se hace fuerte- ¡Tráelo de vuelta!

—No lo triaría de vuelta, ya no sería Jack.- murmuro y el nudo en mi garganta crece- Solo un cuerpo moviéndose.

—Primero mi Chloe.- susurra con rabia, como si yo fuera la causante de sus problemas- Y ahora Jack.

El viejo pasa por mi lado, empujándome antes de salir.

—Sr. Morton.- la voz de Hamish se rompe.

El sonido de la puerta cerrándose es lo ultimo que se escucha, el silencio abrumador nos abraza junto a la tristeza. Me recargo en el pecho de Randall y dejo salir el llanto.
Jack Morton había sido mi primer amigo real, el más sincero y el único que se había acercado a mi sin dobles intenciones, solo para meterme en su alocado camino de hombre lobo. Jack Morton era mi mejor amigo.

Mis rodillas flaquean y el hombre que me sostiene no evita que caiga, sino que cae conmigo, sollozando casi inaudible sobre mi cuello. Siento a los otros dos lobos moverse en silencio, por minutos o quizás horas en los que Randall y yo solo nos abrazamos en el suelo.

—Oigan.- Lil coloca su mano en mi cabeza, acariciando mi cabello por unos segundos- Ya no pueden ayudarlo.

Carpio es el primero en asentir, reaccionando, nos levanta y con su pulgar limpia el rastro de las últimas lágrimas que deje caer.

—Creo que esa inscripción es parte del Vade Maecum que mencionaron.- habla Duke- Este es el diario de Grafton Davis, también conocido como alfa.

—El diario de un hombre lobo.- hablo por lo bajo, sosteniendo el objeto que segundos atrás el rubio me ofreció- Siempre creí que tú eras el alfa.

—¿Hubo otro caballero?

—Aparentemente.- confirma sin vernos- El diario de rémora a fines de los cincuenta y luego para.

Mi concentración se pierde cuando mis ojos caen en Jack, sus voces suenan como ecos lejanos.

—Grafton y los caballeros ubicaron y despedazaron el Vade Maecum.- parpadeo repetidamente, regresando mi vista al inscrito- Cuando estaba por completar el conjuro final y unirse con el libro.

—Si Sawyer estaba unido al libro...

—El libro lo estaba de Lomo plateado.- concluye el rubio.

—Por eso se adhirió a él.- Mi voz sale ronca

—Lomo Plateado no estaba invernando, estaba en reposo.- dice Randall- No debía unirse a nadie, en cambio, lo deje escapar. Lo arruine todo.

—Todos lo hicimos.- recalca Hamish- Teníamos un labor y fracasamos.

—No lo sabían, no es su culpa.- niego y murmuro La palabras escritas.

—No creo que deberías estar recitando las palabras de un libro malvado.- la mano de Randall estira la mía, alejándome de la piel.

—Deberíamos guardarla.- Lilith remueve los cuchillos que lo retienen- La pondré en su caja.

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The daughter of the OrderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora